Escribe Juan Linarello
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En el transcurso del último fin de semana, los vecinos del Bajo Boulogne volvieron a convocarse en asamblea para pedir el retiro del depósito de autos que hace más de dos décadas está presente en el barrio. El mismo es un aguantadero de ratas y mosquitos, se producen incendios intencionales, contamina el suelo y el agua. La convocatoria surgió por parte de alumnos y docentes de la escuela Sta. María del Camino, la más perjudicada ya que es lindera al predio. El mismo está en las calles Rivadavia y Ravello.
Ya en 2014 hubo una primera experiencia de asamblea para erradicar al mismo. En aquel entonces, tanto fundaciones afines al municipio de San Isidro como los partidos patronales ofrecieron la vía judicial, presentando recursos de amparo y nada cambió la situación.
Siete años después, las problemáticas siguen estando. Ni los gobiernos provinciales de Scioli, Vidal y Kicillof en el último tiempo han mostrado interés, mucho menos el Intendente Gustavo Posse. La asamblea se ha pronunciado firmemente por la necesidad de organizarse, convocar a los vecinos, movilizar y darle un destino socio-educativo al enorme predio que hoy es pura chatarra oxidada. Hemos intervenido en esa línea, denunciando a los responsables de tal desidia y resaltado la importancia de la organización vecinal.
Desde el Polo Obrero y Partido Obrero Tendencia San Isidro estaremos acompañando a los vecinos, deliberando en asamblea para terminar con este flagelo que lleva décadas.