La ‘plaza de la izquierda’ dividida

Escribe Julián Asiner

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Después de martillar durante toda la campaña con el eslogan de “la izquierda que se une”, el FIT-U exhibió este fin de semana actos divididos y denuncias cruzadas. El Partido Obrero oficial realizó un acto en Plaza de Mayo “con más de 35 mil personas”, aunque las propias imágenes aéreas de Prensa Obrera muestran grandes espacios vacíos y una convocatoria de alrededor de 8 mil, lo que tampoco está mal. Izquierda Socialista, por su parte, montó actos paralelos en Parque Lezama y en La Matanza. No faltaron algunos "saludos" recíprocos.

La crónica de la Izquierda Diario destaca que la composición del acto del aparato del PO, “estuvo aportada en su enorme mayoría por el Polo Obrero”. Polemiza, además, con Vanina Biasi, quien sostuvo en su discurso que “el Polo fue el que obtuvo el triunfo electoral” (sic); la votación por el FIT-U fue apenas superior a la del FIT, en 2015 o 2017, ahora con el agregado del MST. LID, repartió salomónicamente el crecimiento en las barriadas, pues se dio, dice, “tanto en barrios donde tiene inserción el Polo Obrero como en otros que no”, y destacó que “dentro de eso viene jugando también un gran rol el PTS” (sic). A la hora de la autoestima todos suben la barra propia.

El factor más dinámico, coinciden entre ellos, es la crisis económica y el fabuloso retroceso político del gobierno de “Todos”. Varios medios señalaron en estos días la preocupación oficial por la fuga de votos por izquierda, y atribuyen a este factor el corrimiento del discurso del cristinismo a las canciones sobre “el no pago de la deuda” y el endurecimiento del tono “contra el FMI”. Lo que no se dice es que, en cualquier caso, la burguesía debate sobre el derrumbe de su régimen político y el fantasma de una rebelión popular.

A la hora de intentar explicar este cuadro político, los oradores de Plaza de Mayo se vieron obligados a dejar de lado sus caracterizaciones previas, que hace un par de años habían sabido utilizar para expulsar a miles de militantes que hoy conformamos la Tendencia del Partido Obrero (Política Obrera). Cierto es que no es la primera vez que esto ocurre (https://politicaobrera.com/politicas/4709-el-partido-obrero-oficial-descubre-tarde-y-mal-la-rebelion-popular-en-colombia). En lugar de una "iniciativa estratégica de la burguesía", la cantinela usada durante tres años, el aparato visualiza ahora un “cuadro mundial convulsivo” (Pitrola) y gobiernos débiles en todo el continente, que tienen “miedo” de ajustar a las masas (Solano). De la "capacidad de contención del peronismo", pasamos sin términos intermedios a un “gobierno de morondanga” (sic). Todo esto no caracteriza obviamente nada, ni económica ni políticamente, porque las "convulsiones" pueden responder a causas de naturaleza diferente; las huelgas en EEUU, por caso, expresan una tendencia a la reconstitución del poder de clase del proletariado. Las "convulsiones" son las que han producido la difusión de drogas opiáceas.

Pitrola discierne que “el pacto con el FMI es la perspectiva de una década de depresión económica y de ajuste”; la tendencia cambiaría después del decenio. Luego de mentar rebeliones populares por todas partes del globo, el PO oficial sigue descartándolas para la Argentina, o sea que no inscribe en ellas a las movilizaciones piqueteras –una forma de confinarlas al reclamo de planes y asistencia. Esta versión de la izquierda es mucho más conservadora que la mirada acerca de la crisis que tiene la clase capitalista, que advierte acerca de un "plan bomba" (según Melconian).

La carencia de un reconocimiento de los propios giros discursivos es aún más evidente en los giros propositivos. De la insistencia con un ´Congreso del FIT-U´, se pasa ahora a un “Congreso de Bases del movimiento obrero”, es decir la CGT, “consigna histórica”, según Pitrola. Violenta la lógica de "quien no puede lo menos, tampoco puede lo más". La división en los actos se traslada a los sindicatos, donde el PTS enfrentó a la Negra en el Sutna. La autoproclamada "plaza de la izquierda" no pudo explicar porqué tres cuartas partes del FIT-U decidieron ausentarse de ella.

El acto dio su aprobación a las intervenciones parlamentarias de los diputados del FIT-U, sin explicar si era un apoyo a Mónica Schlotthauer (IS), que denunció correctamente la "emergencia alimentaria" pactada entre macristas y kirchneristas, o al voto favorable que le dieron Del Caño y Del Plá. Algo similar ocurrió con la izquierda en la Legislatura porteña a raíz de la rezonificación de Boedo y de la ley pro-sionista, aprobadas ambas por Bregman y Solano con el rechazo de la bancada de AyL de Luis Zamora. En el parlamento, el FIT-U está separado en bloques, y esto seguirá ocurriendo.

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