El FITU reclama reconocimiento internacional

Escribe Emiliano Monge

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La declaración de “apoyo internacional” que el FIT-U está distribuyendo a nivel internacional asegura de entrada que “representa la única alternativa a los partidos capitalistas y la política del imperialismo en Argentina” (LID y PO, 11/11). Es claro que se refiere a la ´alternativa´ electoral que, en estos límites, no podría ser nunca una ´alternativa´ socialista. El socialismo, por otra parte, no se ha presentado nunca como ´alternativa´ a los diversos partidos patronales o pequeño burgueses, o a ´políticas´ de diverso cuño, sino como oposición política e histórica al Estado y la sociedad capitalista. Aunque pueda parecer curioso, el FIT-U ha elegido una forma sinuosa de caracterización de ella misma, porque cada uno de sus integrantes se reserva el calificativo de partido revolucionario para sí mismo. Esta autoproclamación reprimida ha dado paso a la presentación de una ´alternativa´ que no se distingue metodológicamente, de cualquier partido pequeño burgués democratizante.

Aunque también señala que se estableció como coalición electoral en 2011, no dice que el Partido Obrero, en un artículo de Altamira, lo caracterizó, desde el primer momento, como “oportunista” (textual), o sea amorfo, política y estratégicamente. Tampoco advierte que el PTS intentó romperlo en 2012/3, por medio de una campaña a favor de “un partido de trabajadores” (textual), aún más amorfo en todos los aspectos.

Que las condiciones político-electorales del momento (e incluso con posterioridad) justificaran por lejos la formación del FIT, esto no debe servir como autorización para tergiversar la naturaleza del FIT desde el comienzo. En la actualidad, aquel “oportunismo” se ha convertido en parlamentarismo pequeño burgués y en una tendencia a la integración parlamentaria al Estado. La declaración que el FIT-U ofrece a la firma del resto del mundo tiene otra falla de lesa ocultamiento, pues no dice que no ha formado nunca un bloque parlamentario único, por pujas autoproclamatorias, de modo que nace cuando ocurre la inscripción electoral y fenece la noche posterior a los comicios. En las elecciones recientes ha recurrido al método de la interna para zanjar disputas de candidaturas, particularmente ´sangrienta´ en Córdoba. La sigla queda guardada en el archivo de patentes hasta la elección siguiente. El FIT-U no se presenta, como alega, en “todos los distritos del país” – no informa que no superó las PASO en Santiago del Estero con el mediocre propósito de ocultar el llamado al voto en blanco en lugar de hacerlo por Política Obrera, que es la única corriente que estará presente con boletas nacionales en esta provincia.

Tercera fuerza

En la proclama indican que la crisis del gobierno por los resultados de las PASO (o sea, podría ser revertida por otros resultados), intenta ser “capitalizado por la derecha”. No advierte, sin embargo, la crisis de esa misma derecha, fuertemente fraccionada, y la instala como una alternativa política, que la misma derecha rechaza, sencillamente porque no tiene condiciones para gobernar. La conjunción de ambas crisis representa una crisis de régimen político en su conjunto, convirtiendo a la situación argentina en explosiva. La derecha, para los autores de la declaración, no sería tampoco tal, porque está “la extrema derecha ´libertaria´ [que] busca canalizar parte del descontento con los partidos capitalistas tradicionales para plantear un modelo económico de mayor ajuste y con más mano dura contra el pueblo trabajador y la izquierda”. Mientras la derecha oficial no sería tan ´dura´ como la ´extrema derecha´, tampoco es completamente cierto lo que afirma la declaración de que esta última está “fuera de los partidos tradicionales”. El jefe de la banda fascistoide, Javier Milei, está oficialmente en negociaciones con Patricia Bullrich y Mauricio Macri, para apoyarlos en la disputa general dentro del campo derechista.

La declaración reivindica para el FIT-U la condición de “tercera fuerza política nacional”, sin medir la enorme distancia electoral y de poder que la relega del gobierno y el macrismo. En cuestiones vitales, sin embargo, el ´tercero en discordia´ otorgó el quórum o apoyó con su voto a los partidos patronales, en general cuando estos iban unidos. Y no fueron cuestiones menores, sino presupuestos de provincias, negociados inmobiliarios y la ratificación del tratado Netanyahu-Trump sobre sionismo-antisemitismo – entre otros. Sería un progreso que llegaran a ser ´tercera fuerza´, porque amortiguarían un poco el mencionado papel de furgón de cola de los partidos patronales. Es llamativo que la declaración no mencione que, desde 2020, el FIT-U se ha declarado parte de “la corriente internacional de izquierda” (textual) contraria a la cuarentena, y defendió como nadie la presencialidad escolar y laboral “cuidadas”.

Una campaña de disolución de la lucha de clases y de política identitaria

El FIT-U se ha destacado por disolver la lucha de clases en el marco segmentado del indigenismo, el feminismo, el ambientalismo y las reivindicaciones de la juventud. Sacrifica la estrategia socialista en políticas “identitarias”. Ha reconfigurado a Argentina como “estado plurinacional”, que queda como estación intermediaria al socialismo, y relega la soberanía india a una integración al estado burgués presente.

La declaración plantea que “el FITU se ha transformado en un canal de expresión política de la rabia social”. Lo de ´canal´ es pura autoproclamación. El método de la declaración sigue las reglas de la publicidad, o sea el autobombo, en perjuicio de los planteos políticos. “Un canal de la rabia social” sería candidato, hoy en Argentina, a ganar las elecciones nacionales.

“Lejos de aquellos reformistas que sostenían que, para ser exitosos electoralmente, había que rebajar el programa, el FIT-U plantea abiertamente un programa para ´expropiar a los expropiadores´”. Más allá de la ridiculización del reformismo, que ganó elecciones por su labor histórica de organización de la clase obrera, la declaración menta la soga en la casa del ahorcado. El FIT-U plantea invariablemente nacionalizaciones burguesas, como lo demuestra que eviten, ahora y siempre, la reivindicación de la dictadura del proletariado. Lo mismo ocurre con “la unidad socialista de América Latina” (ídem) para luchar “contra el imperialismo y las burguesías”, una frase vacía si no plantea, de nuevo la dictadura proletaria. Dime de lo que te jactas, y te diré de qué adoleces. El FITU reclama políticas públicas, control de precios, nacionalizaciones aisladas, regulación de la oferta inmobiliaria, todo aquello que no afecte la propiedad privada de los medios de producción, que no puede ser abolida sin un gobierno de trabajadores (dictadura proletaria).

Igualitarismo

Repitiendo los lugares comunes del “progresismo” internacional, y la socialdemocracia ´reformista´, la declaración indica que “Latinoamérica se convirtió en la región más desigual socialmente del mundo…”. La desigualdad de la declaración no se refiere a la que resulta de la explotación capitalista, sino a la llamada ´política de ingresos´, que tiene un alcance “policlasista”. Las rebeliones populares en América Latina son resultado de la destrucción de las condiciones laborales, de la concentración capitalista de propiedad y del incremento de la tasa de explotación.

Sobre la rebelión popular

En Colombia no solamente se desarrolló un enorme proceso de rebelión popular; se conformaron organismos de poder, en oposición al Comité Nacional de Paro, la llamada Asamblea Popular Nacional. En Chile ocurrió lo mismo en las barriadas y en la formación de los piquetes de la “primera línea”. Lo mismo ocurrió con obreros y campesinos en Bolivia, para luchar contra el golpe que el PTS y el PO oficial demoraron en advertir.

Derecha, extrema-derecha y derrotismo de izquierda

El documento, con la firma de muchas organizaciones internacionales, indica que los procesos de lucha del último tiempo son impulsados por la crisis capitalista mundial. Pero ¿qué ven en el desarrollo de este proceso? El “ajuste” capitalista-fondomonetarista. La lucha contra el ´ajuste´ ha venido a ocupar el lugar de la lucha contra el ´neo-liberalismo´; la ´izquierda´ se distingue del ´populismo´, en el lenguaje, para no apuntar directamente al régimen capitalista y para disolver el rol de dirección histórica del proletariado en un ´pluralismo´ y el ´pluriclasismo´.

La declaración de apoyo al FIT-U no se hace mención a la “implosión del NPA”, el FIT-U francés, y la ruptura promovida por un grupo vinculado al PTS. En Francia, la izquierda se des-une, como ocurre también en otros países – el PSOL brasileño y el Frente Amplio en Perú.

Negando el propio derrotero internacional y local del FITU, indican que “El FIT-U representa una perspectiva opuesta al centroizquierdismo y a toda variante cuyo estrecho horizonte es gestionar el capitalismo (…) El FITU no busca ganar una mayoría en el parlamento en coalición con partidos burgueses” (sic).

Ganar una “mayoría parlamentaria”, pero no en “coalición”: esto dicen los críticos del reformismo. El FITU no se ha caracterizado por usar el Congreso como una tribuna de agitación socialista (fuera de esto, todos los partidos se valen de él como tribuna). Por el contrario, la campaña del FITU ha sido un derrotero de lugares comunes y de apoyos solapados al kirchnerismo.

La declaración internacional es la representación ideológica de una coalición oportunista, que acomoda (por ahora) el arribismo electoral de sus tendencias.

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