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La ´movilización´ a Plaza de Mayo encabezada por la CGT para conmemorar el “día de la militancia” pondrá en escena el realineamiento de fuerzas al interior de la coalición oficialista, luego de las elecciones del domingo pasado.
El protagonista excluyente, según está previsto, será Alberto Fernández. La cita había sido lanzada por la CGT y el pejotismo con anterioridad a los comicios, de manera preventiva, ante la posibilidad de un nuevo desplante de CFK como el ocurrido, el 12 de septiembre pasado, luego de las PASO. A la luz de los últimos resultados, que reposicionaron a los ´barones del conurbano´ por la remontada en provincia, la convocatoria ganó espesor político. El kirchnerismo, finalmente, se sumó a la cola. ““No tenían otra, se quedaban afuera”, comentó por lo bajo uno de los organizadores de la movida” (La Nación, 17/11).
Manzur, por su parte, tras recibir a los popes de la central sindical, recordó que “el movimiento obrero es la columna vertebral del peronismo”. La burocracia sindical reclama un acuerdo con el FMI; la relación con los empresarios ("No tenemos una posición ideologista sobre la relación con los empresarios. ¿Dónde Perón dijo que teníamos que enfrentarlos?"); y en materia de política exterior, dicen los capos cegetistas, "la alineación natural nuestra es con Estados Unidos" (Clarín, 11/11).
La ´movilización´ de este miércoles -a la que también adhieren las dos CTA y los ´movimientos sociales´ oficialistas- tiene dos aristas fundamentales.
En primer plano, escenificará el apoyo de todas las alas del pejotismo y sus variantes a un acuerdo con el Fondo, que ha sido convertido en ‘causa nacional’. La burocracia aconseja desmantelar conquistas convencionales “rubro por rubro y empresa por empresa”, no por ley, como comenzaron a hacerlo con los petroleros y los lecheros durante el gobierno Macri y, más recientemente, en Toyota.
El otro aspecto de la jugada es que será una suerte de emplazamiento a Alberto Fernández para que asuma plenamente la conducción del PJ y del gobierno y relegue a los K. Manzur viene tejiendo una “institucionalización” del peronismo. Por su parte, los intendentes, mientras maniobran para sortear las limitaciones a la reelección que pactaron Vidal y Massa durante la gestión pasada, reclaman que “se abra el juego” en los municipios a la competencia interna, con el declarado propósito de barrer las aspiraciones de La Cámpora en sus territorios. AF, cuyos recursos políticos son prácticamente nulos, parece intuir que detrás de esto está “el abrazo del oso”.
El gobierno acaba de anunciar la prórroga de las sesiones ordinarias del Congreso, para poder extorsionar al macrismo con la propuesta de una agenda ‘consensuada’.