La jornada del 11, debates y contradicciones

Escribe Marcelo Ramal

Impulsemos la marcha a Plaza de Mayo contra el FMI.

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La movilización convocada para el próximo sábado 11, en oposición al acuerdo con el FMI, ha dado lugar a debates y contradicciones. Se focalizan, en parte, en torno del “documento único” propuesto por los convocantes para ser leído en la Plaza de Mayo.

En la asamblea de Parque Lezama que convocó a la marcha se expresaron diversas posiciones. La conclusión fue compactar esos puntos de vista divergentes en un texto “consensuado”. El arco político y social que se congregó en Lezama incluyó, además de la izquierda, a otras corrientes políticas y organizaciones. Entre ellas figura Barrios de Pie, que en la última elección apoyó a Florencio Randazzo en la provincia, aunque su principal dirigente político llamó también a votar a la izquierda en la Ciudad. Aunque todas ellas podrían participar en una movilización contra el FMI, otra cosa es un compromiso en torno de lo que el documento llama un “programa integral”. Los integrantes del FITU parecen suponer que la condición de “tercera fuerza” los habilita para acaudillar detrás de sus reivindicaciones a un abanico difuso de corrientes centroizquierdistas o nacionalistas. Esta tentativa convive, sin embargo, con una agria pelea al interior del propio FIT U; la decisión del PTS, por ejemplo, de convocar a un acto propio, luego de la movilización, ha disparado una acusación de divisionismo del PO Oficial. El PTS, por su lado, ha iniciado una campaña para que el Sutna convoque a la marcha, con la insinuación de que demora en hacerlo.

La pretensión de consensuar un “programa integral” es significativa metodológicamente, porque advierte la intención de convertir a la movilización en una jornada propagandística. Algunas corrientes de centroizquierda no quieren acompañar las nacionalizaciones de bancos y exportadoras; reclaman que el acuerdo político de la marcha se limite al rechazo al acuerdo que gestiona el gobierno con el FMI. Del otro lado, al “programa integral” del FIT-U le faltan consignas de movilización política de la clase obrera, e incluso evade denunciar la decisión de la burocracia de la CGT de convertirse en “la columna vertebral” del acuerdo con el FMI. El FIT-U llama a “ampliar los acuerdos contra la firma con el FMI”, y en forma contradictoria reclama la aprobación de su programa. Por un lado, es un intento de llegar a compromisos con sectores que han marchado con la CGT en defensa del gobierno de los Fernández, y, por el otro, de darle a la marcha una fisonomía autoproclamatoria, en términos programáticos.

Plan de lucha

En lugar de una movilización de propaganda y hasta de autoproclamación, la jornada debería apuntar a iniciar un plan de lucha que contemple la deliberación política en la clase obrera, como plenarios, asambleas de activistas, coordinadoras regionales o sindicales, para que la clase obrera se prepare a enfrentar el ajuste fondomonetarista, y desde ya, la inflación creciente de este fin de año con reclamos de aumentos salariales y jubilatorios, y la convocatoria de nuevas paritarias, bajo el control de las asambleas de cada sindicato. El compromiso de la burocracia de la CGT y la CTA con el acuerdo con el Fondo, es el dato político fundamental para diseñar un plan de lucha en la clase – sindicatos, cuerpos de delegados, agrupaciones combativas y movimiento piquetero. El programa debe subordinarse a las consignas de la lucha, incluida la huelga general, y a un conjunto de reivindicaciones transitorias ligadas a esa lucha. Un punto fundamental de esas reivindicaciones es un Congreso Obrero, o sea la organización política de la clase contra el poder capitalista.

Las cúpulas de la CGT y la CTA han marchado en defensa de Alberto F. inmediatamente después de que éste ratificó la decisión irrevocable de llegar a un acuerdo con el FMI. A la reunión de Washington, el principal trofeo que llevan los funcionarios de Guzmán es el compromiso de Daer-Moyano y la CTA de enfrentar la crisis y defender el acuerdo en un frente único con la cúpula de las patronales de la UIA y la AEA. Esta comprensión es crucial, pues no se trata sólo del “increíble (sic) aval de la CGT y el silencio de la CTA”, como dice el borrador de documento presentado por el FIT U en relación a la supresión de la doble indemnización y la prohibición de despidos, sino de su papel político activo para “acelerar” el acuerdo con el FMI.

Encrucijada

En la reunión donde se discutió el documento, los representantes de Barrios de Pie se opusieron al ´programa integral´. Otros representantes de organizaciones presentes propusieron la “suspensión” o la “investigación” de la deuda, en lugar del “no pago”. El “frente ideológico” de contornos difusos ha colocado a los convocantes ante un impasse. Para salir del impasse, es necesario plantear la denuncia implacable de la burocracia y la convocatoria a un plan de acción de los luchadores. Con estos planteos, impulsamos pronunciamientos en todos los lugares de trabajo y de estudio y una concurrencia masiva para el próximo 11.

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