FMI, devaluación y tarifazo: tomemos la lucha en nuestras manos

El 11, todos a Plaza de Mayo.

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El pueblo argentino no sólo viene soportando las consecuencias sanitarias y sociales de una feroz pandemia.

Durante esa misma pandemia, el gobierno pretendidamente “nacional y popular” ejecutó un feroz ajuste sobre los salarios, las jubilaciones y los gastos sociales.

Los recursos arrebatados a los trabajadores alimentaron la fuga de capitales, el rescate de las patronales y de los fondos internacionales, que continuaron cobrando el tributo colonial de la deuda.

Como consecuencia de ello, la bancarrota nacional y el empobrecimiento popular se agravaron hasta un extremo.

¿Qué salida nos plantean ahora los que gobiernan, en comunión con los radicales y macristas que se hipotecaron con los BlackRock, Pimco y el FMI?

Pues un acuerdo para refinanciar esa deuda que, de todos modos, nunca será cancelada. Y que sólo existe como tributo vitalicio contra la mayoría trabajadora de Argentina.

El primer `pasito” de ese acuerdo es una devaluación de la moneda, que es lo mismo que devaluar los salarios y las jubilaciones. El segundo, un tarifazo en los servicios públicos.

El FMI y sus accionistas van por más: quieren un régimen colonial de explotación minera y petrolera. Y que la política exterior del país se convierta en una agencia del Departamento de Estado yanqui.

La burocracia sindical, en todas sus variantes, apoya este despojo al pueblo. Ahora, pide que el acuerdo con el FMI “no afecte el salario y el trabajo”, a sabiendas de que ello ocurrirá implacablemente.

La respuesta al nuevo saqueo en puertas está en manos de los luchadores y activistas, de los delegados y comisiones internas antiburocráticas, de las organizaciones de desocupados independientes del gobierno.

Un gran congreso obrero de todas ellas debería establecer nuestro plan de lucha, en la perspectiva de la huelga general por el salario, las jubilaciones y el derecho al trabajo.

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