Coronavirus: colapso sanitario, crisis política

Tapa de Política Obrera N°8

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La llegada del coronavirus ha sacado a la luz el colapso sanitario de Argentina.

El ministro Ginés dice que, por ahora, el virus sólo alcanzó a “turistas que se atienden en centros privados”.

Pero él sabe que una propagación mayor se encontrará con una realidad muy distinta.

La internación de pacientes en aislamiento agravaría la ya deficitaria situación de los hospitales públicos, sin insumos o presupuesto suficientes.

Y con médicos y enfermeras deben atender a una masa de pacientes cada vez mayor, que acuden al hospital público porque han perdido sus empleos –y con ellos, la obra social. O que abandonan la prepaga, ante la escalada imparable de sus cuotas.

Los implementos sanitarios para prevenir o paliar la enfermedad comienzan a escasear. Para sus fabricantes, ello sólo representa mayores beneficios.

Si el coronavirus llega a las barriadas, se encontrará con el hacinamiento, la ausencia de cloacas o agua potable. Los mismos factores que ya promueven el sarampión o el dengue.

Ante esta situación dramática, los responsables de la salud pública y el gobierno deberían adoptar medidas excepcionales, para centralizar los recursos e intervenir al conjunto del sistema de salud para la atención de la emergencia.

Pero las prioridades están en otro lado: en los acreedores de la deuda externa y al FMI, a quienes se les promete “cerrar los números fiscales”. No a costa de los usureros o los capitalistas, sino de los jubilados, la educación ¡y también de la salud!

La llegada del coronavirus es mucho más que un problema sanitario. Desnuda a un régimen social y político que es incapaz de colocar la riqueza nacional para el rescate de la población trabajadora, incluso cuando son la salud y la vida las que están en la picota.

Los trabajadores debemos tomar en nuestra s manos el destino de esta gravísima crisis:

-Duplicación del presupuesto sanitario.

-Ampliación de los turnos y personal en el conjunto de los hospitales públicos, con jornadas de seis horas. Control obrero de las condiciones de trabajo en la salud pública y privada.

-Que se coloque a disposición los centros de medicina privados, para la atención de los enfermos. Plan de emergencia controlado por los trabajadores de la salud.

-Nacionalización industria farmacéutica y de insumos médicos, bajo control obrero. Repudio de la deuda externa usuraria. Gobierno de trabajadores.

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