El gobierno, el Estado y las patronales, contra los trabajadores de la salud

Escribe Maxi S. Cortés

Una hoja de ruta para la autodefensa, la lucha por la salud y el salario.

Tiempo de lectura: 4 minutos

Con más de 130 mil casos de Covid, el gobierno ha eliminado, a pedido de las patronales, el aislamiento de los contactos estrechos con esquema de vacunación completo asintomático, siguiendo los ejemplos de Estados Unidos y España, entre otros países, que se encuentran en colapso sanitario. Sin ningún sustento científico -en el caso de España, el propio ministerio de Salud no apoyó la resolución- apuestan a una inmunidad de rebaño.

El personal de la salud está trabajando en dobles jornadas, es decir 12 y hasta 16 horas de continuo para cubrir el ausentismo que, en algunos casos, llega al 50% por el nivel de contagios entre el propio personal. Las autoridades acuden al personal de guardia también diezmado, al que sin embargo se le niega cobrar el miserable bono de fin de año que arrojó a desgano el gobierno y sus burocracias sindicales socias por la entrega, una vez más, del salario al básico. El gobierno ha solicitado de urgencia el servicio de guardias del personal residente de segundo, tercer año y también de los egresados -la duración de la residencia es de 4 años- mientras retiene las licencias de descanso de los ingresantes a los que aún no les han pagado sus haberes desde noviembre, en algunos casos.

El llamado a concurso para cubrir 4.000 puestos de personal de enfermería en planta transitoria desborda de solicitantes, pero asimismo no ha tenido en cuenta a los que han trabajado como contratados durante todo el desarrollo de la pandemia. El gobierno ofrece contratos por uno o dos meses, frente al reclamo de mayor dotación de personal, la presión del colapso sanitario y las interminables colas en las unidades febriles de la ciudad. Sin embargo este "refuerzo" -parcial y tardío- no es suficiente.

Crece indefectiblemente la terapia intensiva con el volumen de casos y, en quince días, los contagios en los niños de 3 a 11 años crecieron 20 veces, por lo que se han tenido que abrir nuevas salas Covid en el Hospital Garrahan. Si bien sólo el 10% es por Covid, la ocupación de camas de terapia intensiva ha llegado a un 63%. De cara al inicio del ciclo lectivo 2022, la terapia intensiva pediátrica es otro punto de tensión del sistema de salud.

La burocracia de Sutecba y médicos municipales (Gilardi), por su parte, como verdugos de los trabajadores y socios políticos del Gobierno de la Ciudad, han consagrado en 2021 una nueva depreciación del salario de "la primera línea". Las paritarias del sector público, además, son referencia para las paritarias del sector privado. Por su parte, la autoproclamada oposición de Médicos Municipales -Rojo (lista 10) y los renegados de Gilardi (agrupación Unidad)- y la burocracia de Federación de Profesionales y ATE, resisten la presión de las bases para no hacer olas y no abrir un proceso de lucha en la salud.

La burocracia le escapa a definiciones elementales respecto de la eliminación de la figura del contacto estrecho entre los trabajadores de la salud, respaldando de hecho al gobierno nacional y porteño. Esta resolución no solo agrava el colapso sanitario. También sienta un precedente contra un derecho elemental que es una licencia por enfermedad. Si se puede trabajar con Covid, también con otras enfermedades. Médicos Municipales que declararon su preocupación y pidieron “diálogo” al estado frente a esta resolución, guarda violín en bolsa por ahora (se ve que el diálogo los paralizó). La Federación de Profesionales de la Salud de Argentina (Fesprosa-CTA) se ha pronunciado en contra pero no anunció ningún tipo de protesta.

Escapan también de la definición de cuánto debe cobrar de salario mensual como mínimo un trabajador y arguyen definiciones como “salario justo”, “digno”, como si el salario de una familia obrera se pudiera definir con categorías morales y no con necesidades básicas materiales a cubrir. Frente a la presión de los trabajadores, la segunda línea de la burocracia patea sin tapujos para febrero o incluso para marzo la discusión de los problemas.

Los trabajadores están en estado de "burn out" o "síndrome del quemado". Es un síndrome que produce ansiedad, depresión y muchos síntomas físicos y psíquicos. Agotados y con el cuchillo entre los dientes para cuando se abra una grieta en la muralla de burocracias que ha construído el estado para defenderse, los trabajadores empiezan a hablar de la necesidad del paro, es decir la huelga y también de movilizar en el caso de la Ciudad al Ministerio de Salud en la avenida Alcorta en Parque Patricios. En el Hospital Moyano, al sur de la Ciudad, con asamblea general interdisciplinaria e intergremial han comenzado a discutir un pliego de reivindicaciones y medidas que aguarda para el próximo viernes una nueva instancia de recuento de fuerzas.

De todo esto se desprenden algunas conclusiones. En las asambleas, sean de la forma que fueren, es necesario abrir la discusión política sobre las medidas de los gobiernos en relación a los contactos estrechos para poder votar posicionamientos en defensa de nuestra propia salud y de la población en resguardo del sistema de salud. Es necesario discutir un monto de salario mínimo básico, es decir, ponerle número defendiendo el acceso a un salario mínimo vital y móvil, hoy por encima de los 160 mil pesos.

Es necesario que las asambleas definan con nombre y apellido el reclamo de pase a planta de los trabajadores que trabajaron previamente y han trabajado estos años con contratos precarizados codo a codo con el personal estable. Es necesario abrir concursos no solo de enfermería -recordemos que Argentina es uno de los países con menos personal de enfermería por habitante del Cono Sur- sino de todas las especialidades con contratos definitivos y cada asamblea debe definir su reclamo. Las asambleas deben pronunciarse por el no al cierre del sistema de concurrencias de formación de profesionales que tramitan Larreta, la gestión de la UBA y la burocracia sindical en pos de desarrollar postgrados arancelados. Por el contrario, recuperar todas las vacantes perdidas en los servicios durante estos últimos años.

Es necesario la urgente reducción de la jornada laboral a 6 horas por insalubridad, el respeto a las licencias, el reconocimiento de enfermeria y la exigencia de una partida presupuestaria para Salud que contemple obras de mantenimiento en los hospitales, insumos de bioseguridad y la reconstrucción de la obra social del personal municipal destruida por el gobierno y Sutecba, además de todos los reclamos anteriores.

Las asambleas deben discutir y votar a mano alzada sus pliegos escritos con detalle de sus reclamos e iniciar acciones particulares que contemplen la acción unitaria con otros hospitales y Cesac de la Ciudad apuntando a la huelga y movilización al Ministerio de Salud y al poder político máximo de la Ciudad. La urgencia es ahora, organicemos la lucha por la defensa de la salud, el salario.

LEER MÁS

Acindar: cómo respondemos a los contagios y a la extorsión patronal, por Christian Miguez

Suscribite a Política Obrera