Amnesty denuncia “apartheid” en Israel y los colonos forman milicias

Escribe Norberto Malaj

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Amnistía Internacional acaba de publicar un estudio de 182 páginas acerca de la opresión del pueblo palestino por parte de Israel, donde utiliza, por primera vez, la expresión “apartheid”. Enseguida, las democracias occidentales salieron a repudiar, no el informe sino la caracterización que hace del estado sionista. La ministra de Exteriores de Gran Bretaña, de gira por Israel y Cisjordania, fue la primera en expresar el rechazo, que proviene de una institución con sede en Londres.

El pronunciamiento de Amnistía Internacional se produce cuando recrudecen las usurpaciones de tierras de Cisjordania, para establecer allí asentamientos sionistas. La definición tardía que hace Amnesty de las relaciones sociales en la Palestina histórica, no cambiará nada sobre el terreno. No deja de ser importante, en momentos en que los sostenes internacionales del “apartheid” reúnen fuerzas para ir a una guerra internacional con el propósito de defender la expansión de la Otan a las fronteras de todo el mundo. Como ocurriera en Sudáfrica, el ‘apartheid’ es la característica fundacional del estado sionista. La expresión está acuñada de la confiscación social y la segregación racial instaurada por los colonos boer en aquél país. Descendientes de colonos holandeses, los boer conquistaron la independencia de Sudáfrica en una lucha contra el colonialismo inglés. El sionismo hizo lo mismo contra el mandato conferido a Gran Bretaña luego de la primera guerra mundial; en ambos casos, la expropiación de los nativos precedió y acompañó el choque con los británicos.

El ‘apartheid’ es la alternativa elegida frente la intención de producir una ‘limpieza’ étnica en Palestina, que asegure la formación de un estado no laico, sino exclusivamente hebreo en todo el territorio histórico, lo cual incluye a Jordania. En lugar de un estado de ciudadanos, un estado tribal.

El diario Haaretz (10.2) acaba de publicar la denuncia de que en Cisjordania opera una milicia semilegal, constituida por un batallón del ejército de Israel que no respondería a los mandos ´naturales´ del ejército. Estaría formada por organizaciones de colonos sionistas y ultra-religiosos partidarios de la expulsión en masa de los palestinos en esa región.

El “Batallón Netzah Yehuda, su nombre, conocido como Nahal Haredi; incluye una parte significativa de jóvenes haredi o ultra ortodoxos, así como jóvenes religiosos sionistas. La conclusión: el batallón se ha convertido en una especie de milicia independiente que no obedece las reglas del ejército… durante años ha establecido sus propios estándares morales y profesionales, y los altos mandos han hecho la vista gorda” (Haaretz).

“´En tiempos de rutina, los jefes de los líderes de los colonos se presentan libremente en el batallón y hablan con los soldados´, dice un oficial de Defensa. ´Los rabinos vienen al puesto y se mueven libremente, dan clases y hablan con los soldados sobre incidentes operativos. Es una especie de falange´ – una milicia” (ídem).

Esta falange no ha tenido empacho en enfrentarse con la policía de fronteras e incluso con otras unidades del ejército. Fue lo que ocurrió cuando el ejército se interpuso entre colonos y palestinos. Unos días después hubo un enfrentamiento entre los colonos y la policía en el valle de Shiloh. 'No incriminen a los combatientes', 'traidores', 'los judíos están siendo desalojados', gritaban soldados de Netza Yehuda contra la policía y las fuerzas de seguridad (ídem).

El establishment sionista es cómplice de estas bandas. “El batallón tiene excelentes combatientes y no veo a este batallón como una milicia”, dijo el jefe del Comando Central, Yehuda Fuchs”. Según Haaretz “los tribunales militares también han sido indulgentes” (ídem).

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