A 16 años del crimen de Paulina Lebbos, la lucha contra la impunidad continúa

Este 26 de febrero se cumplen 16 años del crimen impune de Paulina Lebbos. Estudiante de comunicación, salió a bailar para festejar con unas amigas que había aprobado un examen y luego desapareció. Trece días después, su cuerpo fue encontrado al costado de la ruta provincial 341, a la altura de Tapia, a unos 30 kilómetros de la capital tucumana.

El crimen de Paulina conmocionó a la provincia por la brutalidad del femicidio, pero también porque rápidamente se pusieron al descubierto las maniobras para garantizar la impunidad de los responsables. La policía mintió que había encontrado el cuerpo cuando habían sido unos lugareños que pasaban por ahí. Se adulteraron pruebas en la escena del hallazgo además de actas. El primer fiscal de la causa fue removido, luego de que se lo fotografiara saliendo de la casa del entonces gobernador Alperovich. El segundo fiscal, Carlos Albaca, dictó el secreto de sumario por 7 años con la finalidad de entorpecer el proceso. Permitió que se degraden pruebas que hubiesen permitido detectar perfiles genéticos y dar con los autores materiales.

Las marchas que se iniciaron para exigir la búsqueda de Paulina y luego por justicia, encabezada por el Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, facultad en la que estudiaba Paulina y a las que rápidamente se sumó Alberto Lebbos, movilizaban a miles de manifestantes y en simultáneo comenzaron a congregar a decenas y decenas de casos impunes. La justicia y demás instituciones del Estado no daban respuesta, algo común cuando se trataba de casos que involucraban responsabilidades de personajes poderosos. En este marco, se conformó la Comisión de Familiares Víctimas de la Impunidad, que decidió marchar todos los martes en la plaza Independencia. Este agrupamiento, que ya lleva 16 años de lucha, enfrentó distintas maniobras de cooptación para parte del Estado e intentos represivos.

La lucha sistemática dio, parcialmente, importantes resultados. Ya se arrancaron tres juicios donde se pudo avanzar con la condena de importantes funcionarios policiales, políticos y judiciales, involucrados en todo el engranaje de encubrimiento del crimen. Primero se juzgó a los policías que adulteraron pruebas durante el hallazgo del cuerpo. Luego vino el juicio por encubrimiento a altos funcionarios de la cúpula policial y del Ministerio de Seguridad y, el último, el juicio contra el fiscal Albaca. Este último fue condenado a 6 años de prisión por encubrimiento agravado. Es la primera vez en la historia provincial que se ha llegado tan lejos en la condena de altos responsables en distintas esferas del Estado.

A 16 años del crimen de Paulina, la lucha continúa, pues todavía falta sentar en el banquillo de acusados a los máximos responsables políticos y a los autores materiales. En el segundo juicio, el tribunal ordenó investigar a Alperovich y al actual subsecretario de Seguridad, José Ardiles, por los ascensos a policías condenados por el crimen, y a Sergio Kaleñuk, hijo del ex secretario de Alperovich; también a quien era la pareja de Paulina, César Soto, y a Esteban Gómez, como posibles autores del crimen de la joven. A pesar de que el fallo quedó firme a mediados de este año, y la sentencia se dictó en febrero de 2020, todavía no se llevaron adelante actuaciones. Alperovich ya perdió los fueros en diciembre del año pasado, así que ya no hay excusas para avanzar en la investigación.

Este 26 de febrero, día en que se llevará adelante una jornada en plaza Independencia como viene ocurriendo en todos estos años, es fundamental trazar un plan de lucha para avanzar con la causa de Paulina, y por esa vía apuntalar coordinando la lucha por centenares de casos impunes. La organización y la coordinación han sido fundamentales para enfrentar el régimen de impunidad y desenmascarar la descomposición y el encubrimiento de las instituciones del Estado.

Desde Política Obrera, nos preparamos para intervenir en la jornada abonando la participación de los familiares y víctimas y de los sectores en lucha en la provincia, en la perspectiva de preparar las condiciones para la convocatoria a un congreso obrero que discuta un programa y un plan de lucha para ir por todos los reclamos.