El FITU ante la violación en grupo en Palermo

Escribe Julio Gudiño

Tiempo de lectura: 6 minutos

Semanas atrás el país entero se conmovió con la noticia acerca de la violación de una joven de 20 años, en el barrio porteño de Palermo, por parte de una patota integrada por seis jóvenes ,a plena luz del día.

Según el blog Cosecha Roja en Argentina se producen 60 denuncias de violaciones y abusos por día y 22 mil al año. Otro dato relevante es que sólo se denuncian el 10% de los casos. De aquí se puede inferir que la cifra de abusos y violaciones ronda los 250 mil anuales (cosecharoja.org, 02/03/22).

¿Productos “sanos” del patriarcado? ¿Expresión de la descomposición del capitalismo?

Al respecto, las posiciones del PO O y del PTS son bastante coincidentes y tienen un punto en común: la violación en patota en el barrio de Palermo es resultado de una “matriz cultural”.

Para el PO O los “machos” y “los pactos machistas” son consecuencia de la educación impartida por el Estado; “el estado es responsable”. Prensa Obrera afirma: “El pacto machista está compuesto de una larga cadena de justificaciones y de principios impartidos, el pacto machista lo comparten las madres protectoras de hombres violentos, los padres ´ausentes´ o violentamente presentes, una escuela que educa en los principios católicos de sometimiento femenino, el juez que absuelve al hombre que viola a su hijo en nombre de la defensa de la institución familiar y más. Todo esto es un armado social bajo la responsabilidad del propio Estado” (Prensaobrera.com, 01/03/22).

La pregunta que el aparato no responde es: ¿la Justicia debe condenar a la manada, si o no? La caracterización describe la responsabilidad de una “matriz cultural”, no alude al capitalismo o al régimen social de explotación. Lo que se desprende es que hay que condenar “el pacto machista” y “el armado social bajo la responsabilidad del propio Estado”, pero no a la patota. Bajo un gobierno de trabajadores, la manada sería condenada sin atenuantes ‘culturales’ de ningún tipo. Sería el punto de partida para una reeducación social con perspectivas abiertas.

El PO O sostiene que el sistema educativo en su conjunto tiene como finalidad reproducir el sistema de explotación existente. Es una acusación muy dura a la docencia. Aplica la teoría de los “aparatos ideológicos” que difundieron Althusser y la sociología pos moderna. La conciencia social no está determinada por la existencia social, sino por la manipulación informativa y el ‘fake news”. La “existencia social”, a su vez, no es una categoría abstracta, pues opone a explotadores y explotados, o sea que es contradictoria, bajo la forma de la lucha de clases. En las escuelas y colegios se libra una lucha de clases, que proyecta la que se desarrolla en todo el medio social. Los docentes y los estudiantes son puntas de lanza de las rebeliones populares, confundirlos con una manada es una torpeza ‘ideológica’ inadmisble. La destrucción de la educación es un objetivo, no de los trabajadores sino del capital financiero. Volvemos a descubrir ahora en Chubut que los violadores son amparados por la burguesía (“hijos del poder”), cuya “matriz cultural” es la defensa de los explotadores. Suponer que esto será erradicado por la Educación Sexual Integral o por la ley Micaela, es una necedad. Es necesaria una movilización por la condena de los violadores y por el emjuiciamiento y encarcelamiento de las juezas que absolvieron a “los hijos del poder” en Chubut. Esta lucha política servirá para educar y desarrollar la conciencia socialista de los trabajadores y acabar con el estado capitalista. Es impresionante el nivel de degeneración política que ha sufrido el PO oficial, luego de la expulsión de los militantes que han formado la Tendencia y Política Obrera.

En otro artículo, Prensa Obrera profundiza esta perspectiva política al firmar que “El ´pacto machista´ es una ideología que parte desde el propio Estado y del cual hombres y mujeres son sus aprendices. Necesitamos acompañar la denuncia del mandato con la identificación clara de la procedencia de ese mandato. Ocurre que es tan flagrante la responsabilidad del Estado y de sus gobiernos, en un país en el que una de cada cinco niñas menores son agredidas sexualmente sin que siquiera esta realidad sea impugnada públicamente y sin que existan políticas para combatir esta barbarie.” (Prensaobrera.com, 03/03/22).

Para combatir el encubrimiento de la violencia contra niñas, en primer lugar hay que movilizarse por la condena de los violadores en grupo; no macanear con “la matriz cultural”. El articulista del aparato hiper magnifica al estado, cuando la sociedad es más abarcativa que su superestructura política: las relaciones sociales capitalistas penetran la totalidad de los poros de la sociedad, incluido el propio Estado. Lo hiper magnifica para justificar el reclamo de “políticas públicas”, la contraseña de los defensores ‘progresistas’ del capital, cuando de lo que se trata es de luchar por una revolución social. Más políticas públicas y más presupuesto para implementar esas políticas. Pero sigue en pie la pregunta: ¿nos movilizamos ya, si o no, por la condena de las manadas y por el juicio y la cárcel a las juezas y jueces que han absuelto a los “hijos del poder”? Cuando asesinaron a nuestro compañero Mariano Ferreyra, en función de la “matriz cultural” de la burocracia sindical antiobrera, que acompañó con patotas armadas a las Triple A del peronismo y los militares, salimos a reclamar cárcel para los ejecutores materiales y políticos del crimen – entre ellos Pedraza, Aníbal Fernández, los concesionarios del Roca y los funcionarios de la secretaría de Transporte -, no para hacer disquisiciones acerca de la violencia. El próximo 24 de Marzo debemos exigir juicio y condena para violadores y para los jueces que los absuelven. Nos oponemos rotundamente a la aplicación política del Código penal – por ejemplo contra piquetes, en rutas y fábricas nos oponemos a jueces digitados por el aparato del Estado y luchamos contra el espionaje político-policial –judicial, pero exigimos la condena penal de los represores de las luchas, de la arbitrariedad patronal y de la violación en grupo.

El PTS, en un artículo de opinión, intenta desarrollar una posición más literaria que la de PO O, y se pregunta si podemos escapar a las perspectivas “estereotipadas” para analizar la violación grupal en Palermo como si fuese posible analizar un hecho social sin la perspectiva del sujeto que intenta conocer la realidad en la cual está inserto. No dice si se refiere al sujeto mujer violada o al sujeto grupo violador. La perspectiva del sujeto es una tentativa de disolver la verdad concreta en una infinidad de puntos de vista atomizados. Pos modernismo al palo, que pretende que la experiencia histórica de la humanidad se compone de una panoplia de “relatos”.

De entrada, la articulista plantea que “Reclamamos justicia para la joven que fue víctima de este acto atroz. Pero también reclamamos que la Iglesia y otros sectores fundamentalistas dejen de obstaculizar la implementación de la educación sexual integral. Repudiamos a la casta judicial que, constantemente, reproduce la violencia misógina revictimizando a las víctimas, acusándolas de ser las causantes de su propia tragedia, justificando el accionar de los victimarios o echando un manto de impunidad sobre actos aberrantes. Exigimos que aumenten los presupuestos destinados a la prevención de la violencia contra las mujeres y de ayuda a las víctimas, en vez de disminuirlos para cumplir las metas de ajuste que exigen los organismos financieros internacionales y destinarlos a pagar la deuda ilegítima” (Laizquierdadiario.com, 04/03/22).

En esta parrafada, el “reclamo de justicia para la víctima”, que no es lo mismo que la condena penal de los violadores, es el pretexto para toda una seríe de propuestas administrativas al estado capitalista. Tenemos aquí, el mismo planteo ideologizante del PO (O): la “deconstrucción” del ser social. Tampoco se trata de “justicia para la víctima”, porque la condena de una violación, en este caso grupal, es una condena “social”. Nuestros compañeros del PTS no sólo han archivado la política revolucionaria – ahora piden justicia al por menor.

La posición de Izquierda Socialista es totalmente diferente a la de PO O y PTS porque no anda con medias tintas e impulsa la lucha por la cárcel para los violadores de Palermo (El Socialista Nº 526).

La izquierda referenciada en el FITU aborda la violación en patota desde un ángulo idealista. Sostiene que la ideología brota desde el Estado mismo y no de las relaciones de producción capitalista que culmina en el Estado capitalista. Esta izquierda pierde de vista que los atributos revolucionarios de la clase obrera brotan, no de las perspectivas de cada sujeto, sino de la lucha que encara a partir de su posición objetiva en la producción social. El macaneo idealista, en este caso, apunta a relativizar la necesidad de una lucha por la pronta condena de la manada en cuestión.

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