1° de Mayo: el FITU se autorretrata

Escribe Federico Fernández

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El acto del FIT-U en Plaza de Mayo reunió a una multitud significativa, unas 30 mil personas. Estuvo dividido en cuatro ´bloques´: político, sindical, piquetero y político nuevamente. La amplísima mayoría de la convocatoria fue aportada por el movimiento piquetero del PO “oficial” y en segundo lugar del MST. Las columnas de IS y PTS, en cambio, fueron reducidas. Entre las adhesiones internacionales, la promovida por el MST denunciaba “la invasión imperialista rusa”, sin referencia a la OTAN.

Romina Del Plá, la primera oradora, consideró necesario advertir que “lo nuestro no tiene que ser sólo electoral”. Añadió que “la gran tarea es poner en pie una alternativa política del campo de la clase obrera”, que no precisó. La crisis de régimen y de gobierno estuvo ausente en los discursos, que se limitaron, en el mejor de los casos, a atacar el ‘ajuste’.

Graciela Calderón, docente de IS, dijo que el acuerdo con el FMI es “contaminante”, para pedir “todo el apoyo a la lucha ambientalista y a la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones”, en la que conviven sectores afines al gobierno y la centroizquierda. Denunció a los K por su “doble discurso” y llamó a “ganar el Suteba para integrarlo al Plenario del Sindicalismo Combativo”. En un sentido similar se pronunciaría más tarde el “Pollo” Sobrero: “El PSC es la única salida”. Esta insistencia posiblemente sea un rechazo al ingreso del Sutna a la CGT.

Por su parte, Del Caño calificó a la pandemia y la guerra como “dos hechos enormes que demuestran la profundización de la decadencia capitalista”. Auguró “nuevas conmociones sociales” como resultado de la “irracionalidad capitalista”. Esto (Putin) no nos puede dar lugar a la confusión (sic) de aliarnos con Zelensky y la OTAN. Se pronunció “contra la invasión de Rusia a Ucrania y también (sic) contra la injerencia y el militarismo creciente de la OTAN (sic sic)”. Ninguno de los oradores se pronunció por la transformación de la guerra imperialista en guerra revolucionaria internacional del proletariado. A pesar de la invasión de Rusia, nadie repudió la intención de Putin de anexar una parte de Ucrania, ni opuso a ello la independencia y la unidad socialista de Ucrania.

Bloque con la OTAN

En nombre del MST, Bodart definió que “al capitalismo lo vamos a destruir cuando tengamos (sic) la fuerza suficiente (sic) para la revolución socialista en todos (sic) los países” y recordó la “triste experiencia (sic) de la Unión Soviética”. Por el momento, el MST se coloca del lado del bloque político y militar de la OTAN en la guerra actual. La afirmación es el ataque más alevoso de una fuerza del FIT-U contra la Revolución de Octubre de 1917, precisamente la que más hizo para reunir el internacionalismo socialista con la autodeterminación nacional. “Para hacer la revolución socialista a nivel internacional”, Bodart subió la apuesta: “se necesita organización internacional de los trabajadores”. Antes que eso, la Internacional obrera es necesaria, decimos de nuestra parte, para desarrollar la conciencia de clase y la organización del proletariado. Más sobre la tierra, la “organización internacional” de Bodart no plantea ninguna ´revolución socialista´ para enfrentar la guerra imperialista, sino la alianza con la OTAN.

Los partidos revolucionarios están obsoletos

Bodart volvió a plantear una ´ampliación´ del FIT-U y sus corrientes hacia la derecha: “Entre nosotros tenemos que abrir un debate, tenemos que tener un espíritu crítico sobre nosotros mismos, las organizaciones que logramos construir desde la posguerra para acá, que han jugado un rol fundamental, ya no bastan para poder hacer frente a los desafíos, ya no va más constituir organizaciones alrededor de un partido, esa etapa ha concluido”. El dirigente del MST eligió el 1° de Mayo para convocar a una política liquidacionista de colaboración con la pequeña burguesía sin seguidores que pivotea en torno al Estado e incluso a pulpos como Grobocopatel. “Ahora, siguió, hay que discutir unir distintas tradiciones a lo largo del mundo, nadie tiene la verdad revelada, ninguno de nosotros dirigió prácticamente nada en el mundo, un método nuevo sin burocratismos, sin sectarismo”. Semejante llamado a una política sin principios, adornada de consideraciones de desmoralización política, no fue repudiada desde la platea, ni denunciada desde la tribuna. Bodart rebajó a la categoría de “matices” las diferencias del MST con otras organizaciones “sobre Ucrania”. “Esos matices (añadió) no pueden impedir a la izquierda argentina encabezar una movilización contra la guerra y entre nosotros seguir discutiendo”, pero olvidó decir que el MST apoya la guerra de la OTAN. Aseguró, por el contrario, que “Una derrota [de la resistencia ucraniana] va a fortalecer ese imperialismo naciente de Rusia que luego, junto a la OTAN, nos pueden (sic) llevar a una tercera guerra mundial”. Este dislate fenomenal, a saber, fue escuchado sin pestañear por el resto de la tribuna, por quien aboga por una alianza con el Batallón de Azov, de ultraderecha, y un bloque con la OTAN, con el pretexto de la invasión rusa. El FIT-U levantó una tribuna en Plaza de Mayo para dar un espacio a las posiciones del imperialismo mundial.

En el bloque de oradores sindicales, Alejandro Crespo condenó al FMI y a los ataques en los medios “a esos grandes dirigentes de las organizaciones obreras de desocupados”. Reivindicó al movimiento de desocupados, el cual, dijo, “hace lo que no hace la CGT”. Una tónica similar siguió Raúl Godoy, del PTS. “Tenemos propuestas para acabar con la desocupación”, dijo: “reparto de las horas de trabajo en las 1.000 empresas principales, jornada de 6 horas, la propuesta del FIT-U”. Sobrero llamó a “parar los trenes y cortar las vías” –desaprovechó la Plaza y los medios de comunicación para anunciar medidas de apoyo a la Marcha Federal, exactamente lo contrario de lo que hicieron los cuatro oradores del PO Tendencia en su acto en Parque Lezama.

Por un movimiento popular

El MTR 12 de Abril convocó a la Marcha Federal y pidió “apoyo de las organizaciones obreras”. Belliboni, por su parte, en un discurso muy breve, afirmó que “la UTEP está con la CGT” y lamentó que “los que vinieron al acampe [piquetero en Desarrollo Social] siguen aún con el gobierno”.

Los últimos oradores de la tarde fueron Gabriel Solano (PO) y Myriam Bregman, del PTS, que a pesar de haber llevado al acto solo un puñado de seguidores tuvo a su cargo el cierre de la jornada.

Solano habló de “la guerra en Europa” (confundiendo la geografía de Rusia). “Es una guerra imperialista”, dijo, “un asunto muy serio que delimita (sic)”, aunque no dijo de quién, porque por esa misma tribuna habían desfilado posiciones pro OTAN”. Chicaneó a los Fernández, “que al principio coqueteaban con Putin”, y acusó al FMI de ser “el brazo financiero de la OTAN”. Afirmó que “no hay gobernabilidad sino una crisis de fondo”, pero no desarrolló las premisas de esa caracterización ni las tareas que de ella se desprenden. “La izquierda”, dijo el hincha Nº 1 de la ‘soberanía alimentaria' y de las retenciones a la exportación, “tiene que demostrar la capacidad de fusionarse con los explotados y movilizarse para tomar el poder, no un frente con la centro izquierda”, lanzó, en una crítica velada a Bodart, a quien el PO Oficial tiene entre ojos por insistir en que se hagan internas del FIT-U. Al concluir, Solano dijo que “si el peronismo está manchado hay que poner en marcha un nuevo movimiento popular con banderas socialistas”. Esta novedad de un movimiento “popular” ya ha sido adelantada por el PTS hace una semana y la acaba de desarrollar Bodart en ese mismo acto. A un movimiento social lo caracteriza la clase que lo dirige; si es ‘popular’, aunque esgrima banderas socialistas, es un movimiento dirigido por la pequeña burguesía. El PO oficial ha cambiado el lenguaje histórico del Partido Obrero en todos los sentidos.

En el cierre, Myriam Bregman proclamó que “el FIT-U fue la única fuerza que se opuso al acuerdo con el FMI” y, dijo, “nos pronunciamos contra la invasión de Rusia a Ucrania, también denunciamos la injerencia de EE. UU. y la OTAN”. Atribuyó a “la fuerza del FIT-U” que “un sector del gobierno” -por los K- haya votado “en contra del acuerdo” con el FMI. Dijo que “hay tres proyectos en discusión: la variante liberal que levanta el programa de la dictadura y de Menem; la de los que nos dicen que el capitalismo hay que arreglarlo desde el estado K, que es el mejor camino para el regreso de la derecha; y el FIT-U, que propone (sic) acabar con el capitalismo”, con un típico lenguaje de parlamentarista. A continuación, reclamó la aprobación de la ley de humedales en el Congreso. “No les pido que lean a Marx”, teatralizó, “sino al menos a Rodolfo Walsh: no macarteen a los troskos”. Un cierre acorde con el contenido del acto que se acababa de desarrollar.

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