Desembarco de la industria textil en Catamarca: negociados patronales y contaminación ambiental

Escribe Ana Belinco

Tiempo de lectura: 4 minutos

El Ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas anunció, junto al gobernador pejotista de Catamarca, Raúl Jalil, la ampliación del Régimen de Fomento para la Promoción de los sectores de fabricación de indumentaria y calzado para las provincias de Catamarca y La Rioja en vistas a ampliarlo a otras provincias.

Se informó que esperan la creación de 500 nuevos puestos de trabajo por medio de la radicación en Catamarca de cuatro fábricas de confección, RA Intertrading y Darwill -las principales fabricantes para marcas deportivas líderes a nivel internacional, como Adidas, Nike, Puma, e inclusive de las camisetas de la selección argentina-, TextilCom y Cheeky.

Los gobernadores y Kulfas acordaron la ampliación de dos líneas de financiamiento complementarias a través del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep) por $ 3.500 millones para el fortalecimiento de proyectos productivos de pequeñas y medianas empresas (pymes) de esa provincia, por lo que la Línea Desarrollo Federal para Inversiones en Catamarca «pasará de $ 800 millones a $ 3.000 millones, en tres tramos, que serán destinados a otorgar créditos de hasta $ 40 millones a micro y pymes (mipymes) catamarqueñas, con un subsidio de tasas 8 puntos porcentuales del Fondep» (Infogremiales, 4/5).

Al mismo tiempo se eleva de $ 500 millones a $ 1.000 millones la Línea Desarrollo Federal Fondeo, a través de un acuerdo con el Banco Macro, para financiamientos de entre $ 40 millones y $ 100 millones, a una tasa final del 27%.

Según este esquema el Estado Nacional y las provincias que queden incluidas en el régimen de Fomento bonifican hasta el 80% de las contribuciones patronales y aportes personales.

Un paquete multimillonario salido de las arcas del estado en apoyo a las patronales, entre ellas patronales como las textiles RA Intertrading y Cheeky que someten a sus trabajadores a regímenes laborales esclavistas.

Explotación laboral y clandestinidad

Daniela Rabinovich, presidenta de RA Intertrading, confirmó que fabricarán prendas para Adidas, Puma, Fila y Project, su marca propia, pero por ahora, no harán camisetas. “Lo importante es que vamos con muchas ganas de trabajar y crecer en Catamarca, generando nuevos puestos de trabajo formales. Encontramos gente que quiere trabajar, eso hoy es fundamental y además contamos con el apoyo del Estado provincial para nuestra instalación” (BAE Negocios, 5/5).

Lo que no dice Rabinovich es que los 900 trabajadores de la planta de RA Intertrading en Ciudad de Buenos Aires cobran $200 la hora y no llegan, tras una paritaria miserables, a un básico de 35 mil pesos que con premios los acerca a los 70 mil pesos. Al tiempo sufren un régimen laboral infernal en el que están 9 horas, más horas extras, atados prácticamente a las máquinas, siendo hostigados si necesitan ir al baño. Muchos padecen enfermedades laborales en manos y brazos por el frenético ritmo de producción. Por todas estas cuestiones desarrollan desde principio de año una lucha a brazo partido por un salario igual a la canasta familiar y por condiciones dignas de trabajo. La empresa, en connivencia con el Sindicato Obrero de la Industria del Vestido y Afines (SOIVA), respondió con sanciones masivas y despidos de los delegados y miembros de la comisión interna.

Por su parte, la firma de indumentaria para niños Cheeky, que pertenece a Juliana Awada, empresaria y esposa del ex presidente Mauricio Macri, fue en reiteradas ocasiones denunciada por explotación laboral a personas, en su mayoría migrante, que eran mantenidas en el hacinamiento y en condiciones de trabajo paupérrimas en talleres textiles clandestinos en la zona sur de CABA.

La industria textil y el medio ambiente

La producción de ropa, calzado y textiles genera un gran impacto ambiental a nivel contaminación del agua, emisiones de gases de efecto invernadero y residuos.

Se necesita mucha agua para producir textiles, además de tierra para cultivar algodón y otras fibras. Se estima que esta industria mundial utilizó, a nivel mundial, 79.000 millones de metros cúbicos de agua en 2015 (Residuosprofesional, 5/1/21).

Al mismo tiempo se calcula que la producción textil es responsable de alrededor del 20% de la contaminación del agua limpia del mundo por los productos de teñido y acabado.

En La Rioja, en 1997, se desarrolló un polo textil en el que se incorporaron procesos de tintura que, sin la infraestructura adecuada, arrojaron líquidos verdeazulados a las calles interiores del Parque Industrial. Esos residuos químicos, que despiden fuertes olores, llegaban a la vía pública produciendo diferentes enfermedades entre los pobladores (Clarín, 27/10/97).

Por otro lado, el lavado de sintéticos libera aproximadamente 0,5 millones de toneladas de microfibras en el océano cada año. Es decir el equivalente a más de 50.000 millones de botellas de plástico, pero éstas son imposibles de rescatar, convirtiéndose eventualmente en alimento de las especies marinas.

También se calcula que dicha industria es responsable del 10% de las emisiones globales de carbono, abonando a la producción de gases de efecto invernadero.

En Catamarca, la lucha por el agua y el medioambiente se reactivó a partir de la evidente contaminación sobre las cuencas del Rio Choya, producto de la actividad minera que desembocó en la denuncia de los pobladores frente al Concejo Deliberante de Andalgalá y el reclamo por la inmediata suspensión de las actividades en el cerro. La respuesta del poder político provincial al mando del gobernador Jalil fue el desalojo violento del acampe de los vecinos del distrito de Choya, la brutal represión y la detención de una compañera. De esta forma el régimen catamarqueño abre paso a la actividad contaminante y al saqueo del capital internacional minero y ahora también al de la industria textil.

El régimen capitalista, en su fase de decadencia, ha convertido las fuerzas productivas en fuerzas destructivas tanto de los seres humanos como de la naturaleza. No queda más alternativa que organizarse y pelear por construir un nuevo sistema sobre bases socialistas que permita planificar la vida social y económica en beneficio de las mayorías laboriosas y no de los negociados de unos pocos.

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