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Hace unas horas (7.6) se produjo un alud de barro que afectó un importante hotel, el Complejo Villa Huinid. Murió una persona, se desconoce el paradero de otras dos y hay al menos tres heridos.
En un período de intensas lluvias, esta tragedia tiene clarísimas causas vinculadas a la depredación ambiental, como la tala indiscriminada de árboles y la construcción desmedida en entornos naturales que no lo permiten, todo autorizado por el gobierno. La deforestación a lo largo de todo el Cerro Otto, los desvíos artificiales de las vertientes, la falta de obra que pudiera prevenir semejante deslave, aseguran futuras nuevas catástrofes.
La lluvia también afectó a los barrios populares del Alto de Bariloche. Calles inundadas, intransitables, viviendas anegadas, verdaderas lagunas que no drenan por varios días son un panorama que se repite año a año por falta de obra pública como simples canales pluviales.
El problema central es la falta de planificación urbana, loteos por todas partes, todo para la explotación turística, no para viviendas populares para los trabajadores.
El desastre ambiental nos recuerda los graves deslaves en las provincias del norte, donde la tala criminal para sembrar soja rompe el equilibrio natural. Acá no es la soja, sino la voracidad por la industria turística que no tiene ningún límite.
La Asamblea Popular Bariloche se pronunció sobre el evento y convoca a la población a sumarse a la próxima reunión.
