Reunión con la CGT: una maniobra de la burocracia sindical

Escribe El Be

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En el día de hoy se llevó a cabo la reunión de algunos integrantes de la Unidad Piquetera (UP) con la CGT. Esta reunión fue reclamada insistentemente por el Polo Obrero oficial y estuvo gestionada por la intermediación de Pablo Moyano. Al momento de concretarse, sin embargo, no contó con la presencia de ningún integrante del triunviro cegetista; ni siquiera asistió por el propio camionero que facilitó el encuentro. Aun así, la cita concitó la atención de diversos medios que entrevistaron a los dirigentes de la UP a la entrada y salida de la reunión.

Durante el día, algunos medios reflejaron la crisis interna que atraviesa la central. Una fracción de ésta dejó trascender que no se trababa de una reunión “con la CGT” sino sólo con su secretario del políticas sociales, Omar Plaini. Buscaban desvincular al conjunto de la central sindical del encuentro que un sector de ésta armó con la Unidad Piquetera. Quienes salieron a contrariar a los medios fueron los dirigentes de la Unidad Piquetera asegurando que se trató de “una reunión formal con la CGT” y que Plaini se comprometió a llevar sus reclamos al consejo directivo. Luego salió el propio Plaini a calificar a la reunión como “histórica” y agregó que “intercambiamos ideas y coincidimos en la mayoría de los análisis que ellos hacen”. La misma versión dieron los dirigentes de la UP.

En las distintas conferencias de prensa, a la entrada y salida de la reunión, se produjo una gran contrariedad entre el periodismo y los referentes de la Unidad Piquetera. Las preguntas de los periodistas partían de la comprensión de que la CGT le había dado la espalda a los reclamos de los trabajadores. Los dirigentes sociales respondían favorablemente a la burocracia sindical, lo cual generaba repreguntas por parte del periodismo. La propuesta que las organizaciones piqueteras llevaron a la CGT es que convoque un paro general, el apoyo a las luchas obreras como la del Sutna y la convocatoria a un plenario nacional discutir un plan de lucha (Belliboni). Los periodistas presentes no dejaron de advertir desvarío y cuestionaron que “para ustedes la CGT representó siempre a la burocracia sindical ¿cómo se compatibiliza eso?”. La respuesta de Belliboni fue que el planteo a la CGT es que debe dejar de actuar como una burocracia sindical.

Finalizada la reunión, frente a los medios, Belliboni actuó como un vocero de la CGT. Señaló que la central “acompaña el diagnóstico” que hicieron sobre la situación de los trabajadores y que está discutiendo una movilización “en términos más o menos inmediatos para enfrentar esta situación de la carestía y de la inflación”. Agregó que esto “nos parece bien, en un sentido, porque quiere decir que se está empezando a escuchar la voz de los trabajadores”. El periodismo, con mayor claridad, preguntó si “se llevan la impresión de que no es momento de conflictos para la CGT”, pero la respuesta del dirigente del Polo Obrero oficial fue negativa, agregando que se llevan la impresión de que “hay un debate en la CGT”. Otro periodista retrucó preguntando si les parece que “alcanza con una movilización”. En un último esfuerzo, un periodista preguntó si “percibe que el sindicalismo peronista tiene una posición más blanda con el gobierno que el sindicalismo que responde a la izquierda dura”. Belliboni trató de eludir la pregunta diciendo que esos “son calificativos”, a lo que el periodista respondió que le estaba preguntando su opinión al respecto.

El armado de la reunión a través de Pablo Moyano representa el cortejo que un alineamiento de la burocracia realiza sobre la izquierda y otros sectores. El objetivo de este acercamiento es cuidar su pellejo frente a una crisis terminal del gobierno. Los dirigentes del Polo Obrero oficial han respondido favorablemente a esta maniobra, con el mezquino fin de acaparar la atención de algunos medios. Han desaprovechado, sin embargo, esa atención para realizar una delimitación política con la burocracia y denunciar su papel contrario a los intereses de los trabajadores. Por el contrario, disfraza la maniobra afirmando que “hay un debate en la CGT”.

El mismo planteo que se llevó a la CGT sería llevado a la CTA. La reunión con la CGT sólo sirvió como una maniobra de la burocracia sindical y encontró en el dirigente del Polo Obrero oficial a un vocero de una de sus fracciones. Belliboni fue más allá y reclamó un plenario nacional a la CGT para unir ocupados y desocupados “no sólo para un plan de lucha, sino por una salida con un plan social y económico de los trabajadores”. El aparato del PO deposita expectativas en la CGT, no sólo ya para la realización de un paro general, sino incluso para una alternativa de gobierno. Es el abandono completo de la independencia de clase y de la lucha por un verdadero gobierno obrero.

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