Covid: el gobierno autoriza la aplicación de vacunas vencidas

Escribe Florencia Suárez

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La Argentina cuenta con un stock de más de 10 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus, de las cuales 637 mil vencen este año. Por su parte la Administración Nacional de Medicamentos (ANMAT) extendió por dos meses el uso del lote 210584 de vacuna AstraZeneca que vencía en 30 de abril, se autorizó la aplicación de las dosis hasta el 30 de junio de 2022. Ante las dudas por su extensión el ente regulador respondió “el laboratorio presenta estudios de estabilidad solicitando extensión del período de vida útil y ANMAT evalúa y decide. Lo que hacen los laboratorios es evaluar los estudios necesarios en los lotes, que tenían duración inicial determinada, y evalúan su viabilidad para un mayor período de tiempo”.

La extensión de la caducidad en las vacunas genera incertidumbre en la población sobre su aplicación. A lo que el Ministerio de Salud respondió con un video explicativo, donde argumenta que la extensión de la caducidad está verificada y comprobada por la propia empresa de vacunas (la mayoría de los lotes corresponden a la vacuna AstraZeneca), y por la ANMAT.

Sin embargo, lo que ocurre en el país no es un hecho aislado, el problema de los lotes vencidos de vacunas recorre el mundo. Más de 240 millones de dosis de vacunas contra el Covid han superado su fecha de caducidad desde el inicio del plan de vacunación. De estos, 73% corresponde a Pfizer, la vacuna más utilizada en los países del norte. Los países más ricos han estado desechando sus dosis excedentes en grandes cantidades desde octubre 2021. Esto se hace justo antes de que caduquen, a través de acuerdos bilaterales o a través de Covax (una plataforma de vacunas creada que se basa en la donación de vacunas por parte de los países más ricos a los más pobres).

“Con demasiada frecuencia, los países reciben envíos no programados de dosis a punto de caducar con muy poca transparencia sobre cuándo llegan las dosis, qué vacuna y en qué cantidades”, dijo Tedros Ghebreyesus, director de la OMS. Este es el caso de Nigeria donde ante la llegada de nuevas vacunas donadas (aproximadamente dos millones) la Agencia Nacional de Medicamentos (NAFDAC) realizo inmediatamente un serie de pruebas para demostrar que las vacunas tenían la calidad adecuada. De ellas solo pudieron utilizarse 1 millón de vacunas.

La agencia Europea de Medicamentos ha estado muy involucrada con los fabricantes para alentarlos, de forma regular, a solicitar una extensión de la vida útil de sus productos. Además, la agencia señaló que dependía de las empresas presentar la solicitud.

En Argentina el plan de vacunación con 80% de población con esquema completo, ha caído al 60% para la tercera dosis.

Que la decisión sobre la extensión de caducidad de las vacunas se encuentre en mano de empresas, como la mala administración de las vacunas a nivel mundial, deja en claro que el manejo capitalista de la pandemia ha generado una superproducción de vacunas para países ricos, mientras que países más pobres, como por ejemplo países de África, más del 80% de la población no ha recibido ni una dosis. En conjunto con el desmantelamiento de toda la inversión económica destinada al Covid, los test, el cierre de Unidades Febriles, el despido de personal sanitario como cierre de hospitales, el colapso de las obras sociales, marcan un camino de destrucción y pauperización de la salud, que repercute directamente en la población trabajadora, la cual encuentra incertidumbre ante el manejo caprichoso en pos de la ganancia de las empresas. Se vuelve necesaria la inversión de presupuesto en salud, como la transparencia de caducidad de las vacunas, como de la distribución igualitaria de las mismas ya que la pandemia no puede resolverse nacionalmente. Esto solo puede ser exigido por la clase trabajadora, la única que ante este escenario catastrófico, es capaz de defender su salud.

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