Escribe Lucía Guevara
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Los funcionarios del Ministerio de Salud porteño avanzan a paso firme en su propósito de trasladar a los profesionales de los centros de salud (CeSACs) y las llamadas “Áreas Programáticas” de los hospitales generales a la órbita de la Subsecretaría de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria, a cargo de Gabriel Battistella. Se trata de alrededor de 3000 médicos/as, psicólogos/as, trabajadores sociales y profesionales de otras disciplinas que trabajan en los CeSACs y en los programas de Salud Escolar, Promoción y Protección de la Salud y Cobertura Porteña que, antes de fin de año y sin mediar opinión, verían modificada su situación de revista. Esta disposición, ya ejecutada en el caso de enfermería y el personal administrativo, tiene como telón de fondo un sistema público de salud agobiado bajo la presión de la crisis social, cuyos profesionales ven deterioradas sus condiciones de vida gracias a una paritaria de larguísimas cuotas, devorada ampliamente por la inflación.
El mentado Battistella fue uno de los funcionarios que encabezó la gestión sanitaria porteña durante la pandemia de Covid, en el ministerio que dirige el ‘Italiano boy’ Fernán Quirós. Junto a Daniel Ferrante, subsecretario de Planificación Sanitaria, fue artífice de los dispositivos de emergencia, como las unidades febriles y los operativos de testeo, que se sostuvieron gracias a la contratación precaria de miles de trabajadores de la salud. Tras poner el cuerpo en los meses más álgidos de la pandemia, estos trabajadores fueron despedidos sin percibir siquiera el derecho a una indemnización. Ahora, bajo el pomposo lema de una “red de cuidados progresivos y complejidad creciente”, el plan de Quirós y Battistella es limitar el acceso directo de la población a los hospitales generales, dando un nuevo paso en el vaciamiento del sistema público.
Según Battistella, el problema del sistema de salud porteño consistiría en que “sobran los hospitales generales de agudos”. Una idea curiosa cuando conseguir un turno en ellos para cualquier especialidad es una odisea que comienza a las 5 am, y que el gobierno ‘descomprimió’ forzando a una travesía telefónica igual de tortuosa a través de la línea 147. De acuerdo con este ‘plan’, hospitales como el Argerich, el Fernández o el Santojanni, entre otros, quedarían reservados como centros de referencia para determinadas especialidades que requieren un mayor nivel de complejidad, y solo se podría acceder a ellos previa derivación desde un centro del primer nivel de atención. En un cuadro de encarecimiento de las prepagas, quiebra de las obras sociales y colapso del sistema público, que atraviesa a todos los niveles y especialidades por igual, el gobierno pretende levantar un nuevo filtro que obstaculizará aún más la atención de la población.
El “reordenamiento del recurso humano disponible”, como llama Battistella a este traspaso inconsulto, no contempla la creación de nuevos cargos, así como tampoco la asignación de un mayor presupuesto. Por eso el proclamado “fortalecimiento de la Atención Primaria de la Salud (APS)” no escapa del verso. En materia de ‘salud comunitaria’, Battistella es el ideólogo de los cargos para ‘promotores de la salud’ en las villas, por el cual se integra al sistema de salud a agentes que apenas orillan el salario mínimo y carecen de todos los derechos de convenio. Así como la ‘desmanicomialización’ fue instrumentada en su momento por los gobiernos para vaciar los hospitales de salud mental, sin invertir un peso en casas de medio camino u otros dispositivos comunitarios, ahora el ‘fortalecimiento de la APS’ es la contraseña de los muchachos de Larreta para terminar de liquidar a los desvencijados hospitales públicos y seguir incrementando la precarización de sus trabajadores.
Según este libreto ‘made in Hospital Italiano’, bien rubricado con los fondos del BID y del Banco Mundial, la APS y la salud pública en general quedarían reservadas a la población ‘sin cobertura’, es decir, aquella que no cuenta con prepaga ni obra social. Achicar el sistema público y sus unidades ‘sobrantes’ es la condición para que pueda seguir avanzando el lucro capitalista sobre la salud, al quedar la población como rehén del negocio de la medicina privada. El gobierno ‘campeón de la APS’ es el mismo que intentó el 5x1 con los hospitales del sur, el 3x1 en salud mental, que viene reduciendo cientos de camas de internación y que acaba de recibir una dura derrota en manos de las y los trabajadores del Hospital Moyano, en su intento por cerrar el servicio de rehabilitación de Hospital de Día y de Noche (https://politicaobrera.com/7578-victoria-de-las-y-los-trabajadores-del-moyano).
El traspaso compulsivo interpone, además, un nuevo factor de división entre los trabajadores de la salud. Se profundiza lo que ya ocurre, que es que en un mismo efector conviven trabajadores con diferentes formas contractuales y dependencias administrativas. Por eso la Asociación de Profesionales de Trabajo Social (APSS) denunció que el proyecto “atenta contra la organización gremial”, a través de una fragmentación que “incidirá negativamente en los procesos de elección de delegados de base”. Las conducciones peronistas de la Asociación de Médicos Municipales (AMM) y la Federación de Profesionales, sin embargo, han venido acompañando en silencio el plan del PRO y solo se limitaron a pedirle al gobierno que pusiera sus intenciones por escrito.
De lo que se pudo saber de las reuniones entre los funcionarios macristas, las autoridades de las Áreas Programáticas de los hospitales y las direcciones sindicales, habría un compromiso de no afectar determinados derechos de los trabajadores trasladados, en materia de contabilización de la antigüedad, percibimiento de premios por hospital (SAMO) y posibilidades de concursar por cargos en esos efectores. A su vez, el gobierno estaría evaluando la creación de un nuevo cargo de “vice-director” en los CeSACs, tal cual habría sido la demanda que esbozaron las autoridades de las Áreas Programáticas. Con estas prendas bajo el brazo, el gobierno tendría asegurada una red de complicidades para avanzar con su cometido.
Los que no han sido consultados ni por el gobierno, ni por las autoridades hospitalarias, ni por las conducciones gremiales, son las y los trabajadores que se verán afectados por estas resoluciones. La inquietud recorre los pasillos y en diferentes hospitales y centros de salud ya han comenzado a organizarse reuniones y asambleas para debatir sobre el traslado y sus implicancias. Es necesario generalizar estas experiencias, constituir asambleas, elegir delegados por servicio, turno o sector y promover autoconvocatorias y coordinadoras para unificar a los trabajadores de la salud a escala de cada hospital, CeSAC, Área Programática y la ciudad toda. Unir el rechazo al carácter compulsivo del traslado a la política de vaciamiento y de división de los trabajadores en la que se encuentra inscripto, oponiéndole un programa de reivindicaciones y un plan de acción en defensa de la salud pública, por el acceso irrestricto a todos sus servicios y la protección de los derechos de sus trabajadores.
Tribuna de Salud Tendencia plantea: no al traslado compulsivo; convenio colectivo único para todos los trabajadores de la salud; reapertura ya de la paritaria, 100% de aumento y un salario mínimo inicial igual al costo de la canasta familiar (hoy en $220.000), indexado mes a mes según la inflación; pase a planta permanente de los contratados; reconocimiento profesional de enfermería; basta de ajuste y vaciamiento: por un incremento presupuestario urgente para todos los niveles del sistema público de salud, que permita la apertura de nuevos cargos y el reforzamiento de todas las especialidade.; Fuera los vaciadores del gobierno y la burocracia sindical de Obsba, apertura de cuentas y defensa de nuestra obra social.