Detrás del refuerzo del salario familiar

Escribe Pablo Busch

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El ´súper ministro´ de Economía Sergio Massa y la jefa de la Anses, Fernanda Raverta, anunciaron un refuerzo de las asignaciones familiares de $10.000 por hijo durante los meses de septiembre a noviembre. El refuerzo será solo para quienes perciben salarios por debajo de $131.208 brutos. A partir de los $158.366 mensuales, el trabajador queda fuera del cobro de las asignaciones. Los trabajadores que perciban salarios entre $131.208 y $158.366 percibirán las asignaciones habituales, sin refuerzos.

La agenda de Massa prevé reemplazar las negociaciones paritarias por sumas fijas, con el inocultable propósito de ´desindexar´ los salarios. Medidos en dólares, los salarios argentinos figuran entre los más bajos del continente. El ´refuerzo´ de las asignaciones está en línea con el ajuste que patrocina el FMI: es ´redistributivo´ porque se paga con lo que no se les paga a los trabajadores cuyos ingresos superan el tope.

Periodistas especializados han puesto de manifiesto la distorsión que este refuerzo significa, porque un trabajador podría perder salario real por percibir un incremento en la paritaria, que lo haga pasarse del tope de $131.208. Otro aspecto destacado es que, como consecuencia de la inflación y de las paritarias, son cada vez menos los trabajadores que perciben las asignaciones familiares. Apenas un trabajador percibe un salario por arriba de la canasta de pobreza, asoma por encima del tope de $158.366 brutos y se queda sin asignaciones por hijo.

Estamos ante la aplicación por parte del FDT de la redistribución de la miseria: sacarle a trabajadores que ganan un poco más para compensar a los que menos ganan, de modo que las asignaciones desaparecen en las categorías especializadas de numerosos convenios, lo mismo en los salarios de la Patagonia, y se pierden por cualquier adicional que haga saltar al trabajador a las categorías fijadas.

Las asignaciones familiares, en sus orígenes, otorgaban beneficios significativos a los trabajadores por matrimonio, por maternidad, por nacimiento de hijos/as, por cónyuge, por hijo, por familia numerosa, por preescolar, primaria y por escolaridad media y superior. Hoy, en el cuadro de decadencia del régimen social, las asignaciones familiares se han convertido en un subsidio indirecto a un sector de la clase capitalista, la que peores salarios paga, porque son solventadas por la ANSES y abaratan la ´canasta´ que debe pagar el patrón al trabajador, como también ocurre con los subsidios a las tarifas energéticas o del transporte.

El supuesto refuerzo en las asignaciones a los trabajadores de menores salarios es el taparrabos de una política de destrucción del salario y de la conversión del salario familiar en un asistencialismo degradado. La igualación del salario mínimo con el costo de la canasta familiar (lo cual plantea el derecho al trabajo), como plantea Política Obrera, tiene que ver con el derecho a la reproducción social de los explotados en una sociedad explotadora.

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