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El gobernador Kicillof anunció ante los sindicatos docentes y estatales un nuevo aumento para el mes de septiembre que alcanzaría, sumando las subas ya establecidos en las paritarias, un 25% en total. En julio se otorgó el último aumento que totalizaba un incremento del 38% para docentes y del 36% para el resto de los estatales, frente a una inflación que de acuerdo al IPC ya es del 46,2% anual. Como esto se cobrará en octubre, ya tenemos una pérdida consumada de casi 10% ante la inflación entre julio y agosto.
Un telegráfico comunicado del Frente de Unidad Docente Bonaerense habla de un “25% promedio”, es decir, que algunos docentes cobraran más y otros menos. Sucede que los “aumentos” se vuelcan sobre distintos componentes del salario “conformado” con cifras no remunerativas.
Como venimos denunciando, el mecanismo de “mini cuotas-paritarias” evita discutir un único incremento anual que contemple lo perdido y la inflación proyectada que, de acuerdo a varias estadísticas, va a alcanzar las tres cifras a fines del 2022. Las cuotas llegan tarde para una inflación que corroe los ingresos diariamente.
La paritaria docente firmada en febrero de 2022 estableció tres aumentos, siempre sobre el ya rebajado salario docente de diciembre de 2021. Un maestro de grado con máxima antigüedad y cargo simple ya se encontraba por debajo de la canasta básica en aquel entonces, lo siguió estando en todo lo que va el 2022 y lo seguirá estando con estas “subas” ante la actual canasta básica que está calculada en $111300. Se ha perdido complemente la referencia de la canasta familiar.
El FUDB anuncia que “se realizará en octubre la reapertura de la Paritaria Salarial para el último período del año, con el objetivo de continuar en el proceso de recuperación salarial”. Hace unos meses, la burocracia presentaba con bombos y platillos un aumento anual del 60,4% porque en mayo el gobierno debió otorgar nuevos aumentos ante una inflación récord y en diciembre habrá uno nuevo que, considerando el recientemente otorgado por Kicillof de un 10% promedio, plantea casi un 30% de pérdida ante una inflación del 100%. La dosificación de aumentos es para apaciguar a una docencia que viene protagonizando paros y movilizaciones en Bahía Blanca y prepara un nuevo paro junto con otros distritos para los próximos días. Mientras tanto, los pulpos exportadores celebran un dólar a medida y una inminente devaluación. La “paz social” por la cual dice preocuparse Baradel y el FUDB es contra el salario y contra la clase obrera.
El FUDB acata esta rebaja salarial sin mandato alguno. Hay que impulsar fuertemente el paro del martes 13 de septiembre convocado por Suteba Bahía Blanca, Tigre y Marcos Paz que quedó postergado ante el atentando a Cristina Kirchner y que estaba ganando adhesión en las escuelas de la provincia. Hay que poner en el centro el reclamo de un aumento del 100% del salario al básico y un salario igual al costo de la canasta familiar por un cargo. La huelga docente indefinida, que comenzó a debatirse entre la docencia bahiense, debe estar en el norte de las deliberaciones.
