Fútbol, pandemia y ajuste de botines

Escribe Pedro Verasaluse

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David Irribarren, un analista del fútbol, explica que “el desarrollo capitalista del siglo XIX alcanzó niveles sin precedentes, teniendo como epicentro a Gran Bretaña. El lucro y el capital penetraron violentamente en el entramado de relaciones sociales preexistentes, dando lugar a conflictos y contradicciones sociales”.

La pandemia, como en todas las esferas del quehacer social, también ha agudizado la ya existente crisis en el mundo del fútbol.

“Será recordada por las extorsiones de los Fernández, Tapia y Tinelli, para que haya fútbol (hecho repudiado por los futbolistas), este primer episodio puede ayudar a recordar su condición de clase. De ambos” (ídem).

Obligada a dar un paso atrás, sin mosquearse, la AFA busca una resolución a los no finalizados los campeonatos.

La situación de equipos y clubes, según las categorías, ante la crisis, es muy variable.

Por ejemplo “en las últimas horas comenzó a tomar fuerza de que existe la chance de que San Martín, el mejor equipo de la Primera Nacional, podría obtener el ascenso directo a la Superliga sin culminar el campeonato” (La Gaceta).

Pero el tema principal, razón de extorsiones, es la rebaja de sueldos de los trabajadores del fútbol (jugadores). Secundariamente, la extensión del vínculo laboral.

Jugadores y cuerpos técnicos, mientras tanto, trabajan todos los días, vía tecnología, pautas de entrenamientos que se les había dado antes de licenciarlos.

Deliberan, también, sobre la desesperante situación.

¿Razones?

Tienen hijos que comen todos los días.

La computadora, en ese marco, no tiene descanso.

El ascenso pide que se oficialice la suspensión para no pagar mayo y junio.

La dirigencia se “une” para hacerles pagar la crisis a los trabajadores,

Queda en el pasado la famosa asamblea para elegir al presidente de la AFA, donde Moyano, Angelici y Tapia se repartieron el poder a “costa” de Tinelli y el presidente de River en el olvidado “pacto de Viamonte”, dando lugar, posteriormente, a la creación de la Súper Liga.

“En esa calesita, los dirigentes piensan moverse en bloque y descontar porcentajes importantes de los sueldos de Los jugadores”

Lo peor no es esto.

“Si hay rebajas seria lo de menos complicado, una de las propuestas es directamente no pagar los meses no trabajados”. Hablan incluso un sueldo tope, en la segunda categoría, de $70.000.

De la proletarización- de jugadores de élite como de disímiles ingresos- a la precarización, solo un paso. La salida, a la crisis del fútbol, es la unión de la parte trabajadora junto a socios e hinchas de los clubes.

Tucumán, 29/3/20

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