Docentes de la provincia de Buenos Aires: otro acuerdo salarial miserable

Escribe Cristian Cañete

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Nuevamente el frente de sindicatos docentes (FUDB) que encabeza Roberto Baradel ha aceptado de manera inconsulta una “actualización” del salario docente que se encuentra muy lejos de las expectativas y las necesidades reales de la docencia.

Lo que se dio a conocer hasta el momento es que el salario se incrementaría un 8% en octubre (se cobra en noviembre), 8% en noviembre (se cobra en diciembre) y un 14% en diciembre (se cobra en enero). Todos los porcentajes calculados sobre diciembre 2021.

Las cifras esconden lo que ya es una constante, no aparece cuánto será el incremento que irá destinado al básico. El achicamiento del salario básico es un golpe a la escala salarial y en especial a los jubilados. El abandono por parte de la burocracia de esta reivindicación elemental retrata a una dirección que hace bandera de su “lealtad”, pero a los gobiernos de turno.

El modo de hacer el anuncio es la manera típica de la burocracia sindical. Reciben sumisamente la “comunicación” sin someterlo a consulta con las bases, ni tampoco concurren con una demanda concreta. La tan mentada “cláusula de revisión salarial” no es más que un “trámite” para el gobierno, lo cual está muy lejos de una verdadera discusión paritaria. Luego se atribuyen lo “conquistado” como una “respuesta a su reclamo”. Una completa impostura que pretende “olvidar” los dos enormes parazos protagonizados por la base docente en las últimas semanas, impulsados por el activismo, a pesar del boicot declarado de la burocracia sindical.

La actualización salarial no solamente consagra la fragmentación del “aumento” en minicuotas así como la ya mencionada continuidad de un salario básico planchado, sino que por sobre todo continúa la línea de un incremento salarial por detrás y por debajo de la inflación. Para Baradel "Hay que tener en cuenta que el compromiso que asumió el Gobierno y la decisión que tenemos los trabajadores es que los salarios le ganen a la inflación" (infocielo, 17/10). Una afirmación completamente reñida con la realidad.

Si observamos cómo nos fue con los “incrementos” en lo que va del año, estamos claramente en un “aumento” a la baja, con la consiguiente pérdida del poder adquisitivo del salario real. Por ejemplo tomemos el caso del sueldo percibido durante el mes de septiembre (“mes trabajado” agosto). Hasta ese entonces, el acumulado del “aumento” salarial era apenas del 39%, contra una inflación acumulada del 66,1% según datos oficiales del Indec (14/10)

En octubre, mes en curso, el “incremento” salarial pasó a un 64% (datos de SUTEBA) contra una inflación que cuando se mida no bajará del 72% (66% de septiembre + un 6% de piso). La burocracia celebra que para enero 2023 habremos recibido un “aumento” de 94%, cuando ya para diciembre 2022 la inflación acumulada estará por encima del 100% según un indicador oficial del Banco Central (Relevamiento de Expectativas de Mercado). En el mundo imaginario de Roberto Baradel le ganamos a la inflación; en el mundo real perdemos como en la guerra.

El anuncio del "aumento" ha sido recibido con malestar, y hasta con indiferencia.

En la docencia anidan fuertes tendencias de lucha, que ya se han expresado en dos paros provinciales masivos.

Es necesario que mediante autoconvocatorias, pronunciamientos y plenarios de delegados con mandato de escuela, se abra paso un movimiento autoconvocado que fije el reclamo de un salario mínimo por un cargo equivalente a la canasta familiar, hoy por encima de los 200 mil pesos (192 mil en agosto, según la última estimación de ATE indec). Que todas las sumas vayan al básico, que se terminen las cuotitas y las sumas en negro.

La perspectiva para derrotar el ajuste de Kicillof y la colaboración de Baradel es la convocatoria a una huelga general docente.

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