Escribe Lucía Guevara
Nueva etapa en el conflicto.
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La insolencia del ministro Quirós en la reunión de ayer fue la gota que rebalsó el vaso de la paciencia de residentes y concurrentes porteños. El ministro ofreció un “plus” de $17.000, para salarios que lindan con la línea de pobreza. La “oferta” contó con el aval y la presencia de los burócratas “nacionales y populares” de la Asociación de Médicos Municipales (AMM) y la Federación de Profesionales. Respecto a las concurrencias, que en el caso de salud mental y algunas especialidades médicas sostienen servicios enteros sin cobrar un peso, expresó que “están mal formados” y que “no deberían atender pacientes”. La respuesta inmediata al descaro del ‘Italiano boy’ fue una asamblea general que votó iniciar un paro por tiempo indeterminado.
El desarrollo del conflicto, que ya lleva seis semanas de paros y movilizaciones autoconvocadas, fue derribando varios de los mitos con los que funcionarios, autoridades y burócratas quisieron frenar al movimiento. Que “la paritaria estaba cerrada” y “el gobierno no negociaría salario con residentes”, que “los paros sin el sindicato no conseguirían nada” y “al no tener cobertura gremial habría sanciones y descuentos”… todas estas mentiras con las que se buscó ‘psicopatear’ al movimiento fueron cayendo por su propio peso. Aunque miserable, Quirós y los burócratas de AMM y Federación se avinieron a una nueva convocatoria paritaria; debieron asegurar, también, que no habría castigos por las medidas de lucha.
Quirós expresó que el gobierno de la Ciudad no tenía margen para mayores aumentos. Lo cierto, sin embargo, es que con esta paritaria los residentes porteños quedarían por detrás de sus pares de los hospitales nacionales y de provincias como Jujuy o Santa Fe, a pesar de que el costo de vida en CABA es francamente superior. A través de ingresos brutos y/o del sello de las tarjetas de crédito, el gobierno de Larreta embolsa un diferencial monumental por lo que se denomina “impuesto inflacionario”. Esto en la medida en que los salarios municipales se mantienen constantes, o aumentan con retraso y por detrás de los precios.
Las direcciones peronistas y kirchneristas, al frente de los sindicatos de salud porteños, miran para otro lado frente a esta realidad, mientras su gobierno recibe, a nivel nacional, los votos de los diputados macristas para aprobar el presupuesto 2023, a sabiendas de que su contenido es avalado por el FMI. Esta política de entrega al macrismo está produciendo una crisis en las filiales de la AMM: el Tornú debió convocar a una asamblea de emergencia para “explicar” el no apoyo a residentes, mientras que en el Penna los médicos coparon la asamblea de la filial para rechazar la paritaria y votar el acompañamiento a RyC.
El aparato del PO oficial que “conduce” la asamblea de RyC no llegó al paro por tiempo indeterminado por convicción, sino por descarte. Después de haber construido un espíritu triunfalista en torno a la fracasada reunión con Quirós, debió improvisar un llamado al paro como último recurso. No es lo que ocurrió en otros hospitales, donde la campaña por la huelga indefinida se trabajó metódicamente. Fue el caso del Durand, que durante una semana votó servicio por servicio, acerca de su convocatoria. Con una participación de 21 servicios, el resultado de la compulsa arrojó 200 votos favorables al paro por tiempo indeterminado y solo 8 contrarios.
Durante semanas, el aparato que responde a Gabriel Solano operó entre los delegados de la asamblea de RyC para dilatar la convocatoria a una huelga indefinida. La línea de administración de paros intermitentes, que remplazaba la acción de masas de residentes y concurrentes por la expectativa en la habilidad negociadora de algunos de sus dirigentes, concluyó en un fiasco rotundo.
Ahora se abre una nueva etapa del conflicto, que para sobrellevarse positivamente requiere esclarecer un balance sobre cómo llegamos hasta aquí. Un subproducto de la campaña en el Durand es la definición de nuevos servicios por volcarse a la lucha, como ocurre con las residencias quirúrgicas. También crece en distintos hospitales la participación de concurrentes, que reclaman pasar al régimen remunerado de las residencias. El Gutiérrez, que se había apartado de las medidas, volvió ahora al ruedo. El movimiento demuestra que puede seguir avanzando, reuniendo nuevas fuerzas y sobreponiéndose a las trabas que surgen en su desarrollo.
La huelga indefinida hace emerger, ante los ojos de toda la población, el antagonismo social irreconciliable entre la salud pública y sus trabajadores más precarizados, de un lado, y los intereses capitalistas que defiende el gobierno porteño y los sindicatos integrados al Estado, del otro. Cuando el gobierno nacional admite un nuevo incremento de las prepagas, con aumentos que acumulan un 113 % anual, y crece la demanda de atención en todas las esferas del sistema público, Quirós y compañía arremeten contra los trabajadores de la salud, con rebajas salariales, vaciamiento de la formación profesional y hasta despidos del personal contratado en pandemia.
Esta agresión a los trabajadores tiene su correlato en una restricción de las prestaciones que se brindan a la población, favorecida por la digitalización y una asignación de turnos a través del llamado al 147, que es resistida por los trabajadores de los centros de salud. Por eso es imprescindible involucrar a la población que asiste a hospitales y CeSACs en la defensa de la lucha de residentes y concurrentes. Lo mismo vale para los trabajadores de planta, cuya desvalorización salarial corre a la par de RyC, mal disimulada por el pluriempleo, con profesionales que deben apelar a cinco o seis trabajos para sobrevivir. La huelga indefinida tiene un objetivo claro que es reunir a todos estos sectores dispersos en una única fuerza que doblegue al gobierno y a la burocracia cómplice.
Para esta semana, la asamblea definió una movilización el miércoles a la Jefatura de Gobierno, acciones en los hospitales y centros de salud el jueves y una marcha a las oficinas del Ministerio de Salud el viernes, cuando está programada una nueva reunión con Quirós. Después de idas y vueltas, el movimiento ha condensado una rica experiencia política y se definió por una batalla a fondo. El triunfo de residentes y concurrentes se transforma en una causa popular que involucra a toda la población trabajadora de la Ciudad.
Trabajadores de la Salud debaten con Marcelo Ramal
Sábado 29/10 - 14.30 hs
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Tribuna de Salud Tendencia CABA - Política Obrera