Escribe Lucía Guevara
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La decisión de la asamblea de residentes y concurrentes de dedicar el día de ayer a realizar movidas por hospitales resultó un éxito rotundo. Después de semanas de paros y marchas en el centro, volver a los hospitales favoreció el reencuentro con el resto de los profesionales y los usuarios del sistema. Lejos de la frialdad de los comunicados de las cúpulas de Médicos Municipales (AMM) y Federación de Profesionales, que ahora “apoyan” los reclamos sin tomar medidas, las asambleas autoconvocadas se llenaron de aplausos, denuncias enérgicas y propuestas de acción. El movimiento ganó en profundidad, sumando a nuevos sectores y hospitales que hasta el momento no venían participando.
Es el método de la huelga indefinida lo que le está permitiendo al movimiento cobrar un desarrollo que ya tiene características históricas. Salir definitivamente de los servicios para pasar a un plan de lucha ininterrumpido colocó a los hospitales en una situación crítica, que las medidas desesperadas de funcionarios y autoridades no logran opacar. Desde el martes pasado, residentes y concurrentes planifican, no ya su agenda de turnos y guardias, sino de asambleas, cortes y movilizaciones. Se formó una “comisión de recorridas” para llegar a aquellos servicios donde hay más trabas para participar del paro. Los resultados son asombrosos: cada hospital que se recorre, se suma inmediatamente a la lucha.
El lunes a la mañana fue la ocasión de grandes asambleas, que reunieron a centenares de trabajadores, de todas las disciplinas y formas de contratación posibles. Estuvo enfermería que hizo oír sus reclamos, lo mismo que el personal contratado en pandemia de forma transitoria. La participación de médicos y profesionales de planta fue enorme en todos los hospitales. En algunos, las direcciones de AMM y Federación de Profesionales hablaron a las asambleas, mostrando la capacidad de genuflexión de quienes vienen de entregar el salario anteayer. En otras, solo se animaron a asomarse y se alejaron ante el repudio de los trabajadores.
Luego de las asambleas, una marea blanca de trabajadores salió a la calle. Se realizaron seis cortes en paralelo, con la participación de más de 25 hospitales. El Fernández, el Gutiérrez, el Rivadavia y el Ameghino encabezaron un corte en Santa Fe y Coronel Díaz; el Penna, el Ramos, el Garrahan, el Muñiz, el Udaondo y la Sardá hicieron lo propio en zona sur; el Cuna, el Argerich, el Borda, el Moyano, el Tobar García y el Ferrer cortaron Martín García y Defensa; el Pirovano, el Tornú, el IREP y el Centro de Salud Mental n°1 lo hicieron en Monroe y Roque Pérez; el Piñero, el Santojanni, el Álvarez y el Vélez coparon Nazca y Rivadavia y el Durand organizó un corte en la zona del Parque Centenario, junto al Dueñas, el Pasteur y el Marie Curie.
Lo que ocurrió en el Hospital Durand merece una mención especial. Allí dirigentes de la AMM se acercaron a la asamblea, pero después de tomarle el pulso a las intervenciones que exigían medidas de fuerza, decidieron retirarse al no tener nada para ofrecer. La asamblea autoconvocada siguió deliberando y resolvió votar un paro hospitalario total para el día jueves 3, con movilización al Ministerio de Salud. La decisión de esperar 48 hs se debió a brindar la posibilidad para que los gremios avalen la medida, que se hará de todas formas. Tras la votación, la asamblea cortó Díaz Vélez y luego se movilizó a los hospitales cercanos, Pasteur y Marie Curie, para sumarlos al movimiento.
La intensidad y extensión del movimiento está demoliendo la capacidad de resistencia del gobierno y la burocracia. Mientras los trabajadores ganaban las calles, el ministro Quirós y el capo de la AMM, Rojo, se citaron de emergencia para evaluar en conjunto los pasos a seguir. Según dejaron trascender las esferas cercanas a la dirección de AMM, si el conflicto no encuentra salida para el día de mañana, miércoles, el sindicato resolvería un paro de 24 hs para el jueves. La huelga indefinida de residentes y concurrentes tiene a la burocracia contra las cuerdas.
La huelga indefinida de residentes y concurrentes está conmoviendo a todo el sistema sanitario. Los trabajadores de la salud se dan cuenta que el momento para manifestar sus reclamos es ahora, y que el método es la auto-organización y la lucha decidida. En el día de hoy pararon los hospitales nacionales, el Garrahan y el Posadas, y en los privados las acciones comienzan a desbordar el cerco armado por la burocracia de Daer. Hay que aprovechar esta primavera. Unir todos los reclamos de los trabajadores de la salud, quebrar a los gobiernos del FMI y llevar al movimiento a la victoria. Ahora es cuándo.