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El último Congreso de AGMER ha rechazado por insuficiente la oferta del gobierno de Bordet de aumentar el salario docente de noviembre un 12 % (respecto a febrero, a cobrar en diciembre). Con esta estrategia de negociación mes a mes que han aceptado las directivas sindicales, octubre termina sin aumentos y seguimos viendo "qué onda" el mes que viene. Nuestros "representantes" no se han planteado rechazar esta perspectiva de desarticulación de cualquier posición negociadora que constituye reunirse a negociar el salario sobre la marcha.
El rechazo del Congreso de AGMER ocurre en un contexto en que el malestar de los compañeros en las escuelas por el retraso salarial se sigue profundizando. Como ya hemos dicho, a pesar de los argumentos de las directivas sindicales y el gobierno, que plantean “ganarle a la inflación”, este año hemos perdido salario de manera sistemática. Partimos el año con un nivel salarial de miseria, los aumentos han sido siempre contra el salario de febrero y en cuotas no acumulativas, a diferencia de lo que ocurre con la inflación. Además, cobramos nuestros haberes a mes vencido, mientras que el aumento de los precios es continuo. En lo que va del año, ya vamos perdiendo un salario completo (104 %), comparándolo contra el haber que se toma como base para los aumentos, el de febrero de 2022.
Las pautas que ha fijado el Congreso de AGMER para esta negociación de "desangre" resultan completamente insuficientes. No hay forma de “empatarle a la inflación” con cálculos mal hechos, que encubren la realidad. En primer lugar, tenemos que llevar el salario inicial al valor de la canasta familiar (hoy arriba de los 220.000 pesos); Entre Ríos sigue teniendo uno de los niveles salariales más bajos del país, 40.000 pesos por debajo de la línea de pobreza en los cargos de menor antigüedad.
Segundo, con este ritmo de inflación mensual y ante la incertidumbre de la evolución de los precios en los meses siguientes, la única forma de no quedar rezagados es lograr un porcentaje de aumento de una sola vez y por adelantado, de modo de cubrirse frente a la expectativa inflacionaria, o bien arrancarle al gobierno una cláusula de indexación automática del salario a la inflación. Con cualquiera de estas variantes, también nos cubriríamos respecto de la inflación prevista para enero y febrero, sobre lo que la conducción no dice nada.
Sin embargo, esa actualización automática no debe ser en base al actual piso salarial de miseria, sino partiendo de la canasta familiar, para lo cual necesitamos un aumento de emergencia del 100 % en el nivel salarial. En las condiciones actuales, el “empate a la inflación” que plantean las directivas sindicales es una actualización mensual de la pobreza.
Ésta es la única y verdadera solución para lograr salarios suficientes. No trabajar más horas por la misma miseria, como ensalza la directiva de la seccional Paraná de AGMER al festejar la extensión de la jornada laboral en primaria como la base para un “gran salto en términos salariales” (sic). El valor de nuestro trabajo se mide en relación a lo que cobramos por las horas que efectivamente trabajamos. La 5° hora en primaria que celebran es una reforma de nuestro régimen laboral.
Aumento de emergencia del 100 %
Salario del cargo inicial igual al costo de la canasta familiar (hoy arriba de los $220.000).
Indexación automática por inflación.
No a la 5ta hora en primaria.
No al vaciamiento de nuestra organización sindical: recuperemos nuestras asambleas de escuela y plenarios de delegados para la lucha; no al aporte solidario, sí a la afiliación voluntaria en defensa de nuestro sindicato.
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