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Los trabajadores estadounidenses están protagonizando en este fin de año huelgas de un alcance o duración que no se registra en décadas
Más de 48 mil trabajadores de la Universidad de California, una de las universidades públicas más grandes del mundo, van por la cuarta semana de la que ya es la huelga universitaria más importante de su historia. Graduados, investigadores, becarios y asistentes de cátedra mantienen la medida de fuerza, con piquetes y movilizaciones en todo California. El centro de la lucha es arrancar un aumento salarial del 100%, en uno de los estados más caros para vivir de todo EE.UU. Los huelguistas vienen enfrentando las presiones y maniobras del Partido Demócrata en sus diversas expresiones; las del gobernador Gavin Newson, las de la junta directiva de la universidad (designada por el gobernador) y las de su propio sindicato, UAW, que acordó un nuevo contrato colectivo de trabajo a la baja solamente para los 11 mil investigadores el pasado 29 de noviembre, con el fin de aislar y cercar el paro. Sin embargo, los investigadores siguen en huelga en apoyo a sus compañeros.
Por otro lado, más de mil trabajadores del New York Times -en su mayoría periodistas-, realizaron una huelga de un día, la primera en el medio en 40 años. Exigen aumento de salarios, frente a la propuesta de la patronal que ofrece un 2,87 por ciento. Al piquete que realizaron los trabajadores en la puerta de la redacción se les unieron, entre otros, delegaciones de trabajadores del gigante editorial HarperCollins y de la universidad New School, ambos también en huelga.
En el estado de Iowa, más de 1.000 obreros de CHN Industrial, multinacional fabricante de equipos agrícolas y de construcción, llevan con una enorme determinación más de 220 días de huelga, incluso contra la política de la burocracia sindical de la UAW de ahogar moral y económicamente a los trabajadores para que cedan.
La tendencia huelguista se vio también en la larga lucha de los ferroviarios por la huelga general nacional. El cocktail que genera en la clase obrera de EE. UU. el atraso salarial, la inflación y los regímenes bestiales de flexibilización laboral, sumado a las consecuencias que apareja la guerra imperialista dirigida por EE.UU - OTAN, moldean el cuadro para que esta tendencia continúe en el próximo periodo.