EE.UU: golpe palaciego de los trumpistas en la Cámara de Representantes

Escribe Emiliano Fabris

Tiempo de lectura: 2 minutos

En la Cámara de Diputados de EE.UU se vivió una crisis que no sucedía desde hace más de 160 años. Sus integrantes debieron recurrir a 15 votaciones para elegir al representante de este órgano, ya que el Partido Republicano -que tiene la mayoría por solo nueve escaños- no lograba reunir los votos necesarios producto de disidencias internas. Llegaron a ser 20 diputados de la ‘ultraderecha’ que boicotearon a Kevin McCarthy, propuesto por la mayoría republicana, a quien consideran ´servil´ a las investigaciones y acusaciones contra Donald Trump por el asalto al Capitolio, 2 años atrás. El órgano se mantuvo paralizado los cuatro días que demoraron las votaciones.

El grupo de diputados republicanos que se agrupa en lo que se conoce como “Freedom Caucus”, sucesor del derechista “Tea Party”, no reconocen el triunfo electoral de Biden y varios de sus integrantes estaban presenten durante el asalto al Capitolio. Después de unos días, Trump llamó a apoyar a McCarthy pero los propios diputados trumpistas continuaban votando en contra.

McCarthy fue finalmente electo pero diversos medios lo calificaron como una derrota sin atenuantes y como el presidente más débil que tendrá la Cámara en la historia de EE.UU. Debió acceder a muchas concesiones a los ultras como que se necesiten pocos votos para removerlo; que se incremente su representación en las comisiones importantes; proponer una ley que limite el término de los mandatos de los congresistas y otra sobre seguridad en la frontera (grupos fascistas como “Veterans on Patrol” ya están arrestando inmigrantes en la frontera con México). Días después de la elección de McCarthy , se produjo un intento de golpe de Estado en Brasil, con Bolsonaro de espectador en uno de los hoteles de Trump en La Florida.

La victoria de los trumpistas augura una parálisis completa en la Cámara de Diputados. Con la mayoría demócrata en el Senado, esta configuración amenaza de un nuevo cierre del gobierno, situación que supone la suspensión de los servicios públicos no esenciales ante la falta de aprobación de los presupuestos federales, una situación ha sido frecuente en los últimos 40 años. El Congreso de EE.UU. debe aprobar en el próximo periodo la elevación del techo de la deuda pública, sin lo cual ingresaría en default, hundiendo las Bolsas y desatando una nueva bancarrota financiera internacional. Los republicanos extorsionan su aprobación exigiendo recortes de gasto público –a excepción claro del presupuesto para la guerra y amenazan con una serie de investigaciones sobre la gestión de Biden de la pandemia y de la retirada de Afganistán.

El golpe trumpista en la Cámara de Diputados tiene lugar luego de que un comité del congreso de EE.UU. investigara la participación de Trump en el asalto al Capitolio y, en sus conclusiones, pidió al Departamento de Justicia del Gobierno de Biden que impute penalmente al republicano –un proceso que avanza con enorme lentitud- y exhortó al Congreso a que impida que Trump pueda presentarse de nuevo en las elecciones de 2024. Esto, junto a la desobediencia de sus diputados para votar a McCarthy, fue presentado como un signo de un supuesto debilitamiento político de Trump, que ya lanzó su campaña presidencial para el 2024.

Los golpistas actúan, sin embargo, abiertamente bajo connivencia permanente de los “demócratas”.

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