Escribe Norberto Malaj
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El movimiento de sindicalización a favor de Starbucks Workers United, una de las cadenas de comidas rápidas más grande de EE.UU., ha logrado reponer en su trabajo a Austin Locke, un joven de 28 años, que en junio pasado, tras sindicalizar a sus compañeros en una cafetería de Nueva York, había sido despedido.
EE.UU. es el reino de la precarización laboral: “la mayoría de los empleos operan de acuerdo con una doctrina legal de pesadilla llamada ´a voluntad´; las empresas pueden reclamar cualquier ritmo de trabajo y despedir por casi cualquier cosa. “Si bien es ilegal el despido por organizar un sindicato o por características como la raza, el sexo o la discapacidad, un jefe puede justificar legalmente un despido por casi cualquier otra razón, tal vez no le guste tu rostro. Y si crees que tu despido puede haber infringido la ley, la responsabilidad de proporcionar la evidencia recae en el despedido, a menudo algo difícil de probar” (The Guardian, 3/3).
Pues bien, Locke, Starbucks Workers United y el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU) han recurrido a una ley del estado de New York, sancionada durante la pandemia, que prohibe el despido de trabajadores de comida rápida sin una causa justa.
Es la primera vez que la justicia aplica este principio en el estado. El “sistema a voluntad” es una norma que “tiene sus raíces en la esclavitud: después de la emancipación. Los jefes de las empresas ferroviarias que se habían beneficiado del trabajo forzoso argumentaron que si los trabajadores tenían ´derecho a renunciar´, entonces las empresas debían tener ´derecho a despedir´: una forma de mantener a los trabajadores temerosos y en línea. La justicia, desafortunadamente, estuvo de acuerdo” (ídem).
Tras casi siete meses, la semana pasada, Starbucks accedió a un acuerdo que reintegra a Locke al trabajo y obliga a pagarle todos los días no abonados por salarios devengados – unos u$s 17.000. La empresa declaró su desacuerdo con la interpretación que hizo la justicia neoyorquina e impuso a Locke abandonar la demanda que había interpuesto ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales, desistiendo del alegato que Starbucks había tomado represalias ilegales contra él.
A pesar de estos límites, los trabajadores de Starbucks festejaron el fallo. “Este miércoles otro juez federal dictaminó que Starbucks había cometido violaciones ´atroces´ a la ley laboral federal al despedir a otros trabajadores de Starbucks en el norte del estado de Nueva York” (ídem).
La lucha de los trabajadores de Starbucks es seguida de cerca por todo el movimiento obrero de EE.UU. “En la ciudad de Nueva York, la victoria de Locke ha fortalecido a otros empleados de Starbucks, incluidos Riley Feel, de 19 años, y Crys Mathieu, de 26 años. Ambos están trabajando con SEIU para tratar de sindicalizar sus tiendas en el bajo Manhattan, y la semana pasada presentaron una queja contra Starbucks por violar otra parte de la ley de causa justa que otorga a los trabajadores el derecho a horarios constantes … el próximo objetivo de los defensores laborales es aprobar un proyecto de ley aún más amplio llamado ley de empleo seguro, que extendería las protecciones por causa justa a casi todos los trabajadores del sector privado en la ciudad (y prohibiría a los empleadores usar vigilancia electrónica invasiva para disciplinar a los trabajadores)” (ídem).
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