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El lanzamiento el año pasado de poderosos modelos de Inteligencia Artificial generativa, como ChatGPT y Dall-E 2 (OpenAI), han popularizado el concepto de la IA.
Más de 100 millones de usuarios han experimentado las cosas sorprendentes que pueden hacer con estas herramientas: lograr niveles casi humanos de reconocimiento y generación de texto, imágenes, videos, voz, cocrear código de computadora, comportamiento y sensación de emociones, etc.
Empresas como Google, Microsoft y Adobe también están agregando nuevos tipos de funciones de IA a sus motores de búsqueda y herramientas de productividad, usadas por millones cotidianamente.
Este acceso masivo, reavivó la atención por el desarrollo y la utilización de esta tecnología, que tiene más de 50 años perfeccionándose y recién hoy alcanza nuevos niveles de maduración, que permiten a una mayor escala y con una capacidad como nunca, su aplicación en multiplicidad de ámbitos. Se espera que para 2026 el mercado global de IA crezca a un ritmo del 19 % anual, totalizando ingresos por más de 900.000 millones de dólares (iPro, 3/4).
Fotos virales falsas como las de Donald Trump siendo esposado o los audios con la voz de Mariano Closs, han comenzado a motivar un debate que escapa a los círculos de investigación y reuniones de licenciados, ingenieros, etc.
Recientemente, Elon Musk y más de 1.000 investigadores tecnológicos y ejecutivos, a través de una carta abierta, han pedido una "pausa" de seis meses en el desarrollo de sistemas avanzados de inteligencia artificial como ChatGPT para detener lo que llaman una carrera armamentista "peligrosa", hasta que se puedan adoptar mejores regímenes y marcos de control. "Hacemos un llamado a todos los laboratorios que pausen de inmediato durante al menos seis meses el entrenamiento de los sistemas de IA más potentes que GPT-4. Esta pausa debe ser pública y verificable, e incluir a todos los actores clave. Si tal pausa no se puede promulgar rápidamente, los gobiernos deberían intervenir e instituir una moratoria”; “Los sistemas de inteligencia artificial con inteligencia humana-competitiva pueden plantear riesgos profundos para la sociedad y la humanidad”; “Tales decisiones no deben delegarse en líderes tecnológicos no elegidos”
Al otro día la Unesco pidió que apliquen “sin demora” el Marco Ético Mundial sobre la inteligencia artificial, adoptado en 2021 de forma unánime por los 193 Estados miembros del organismo (Infobae, 30/3), cuyo propósito seria “garantizar la transparencia y la accesibilidad” de los algoritmos sobre los que se basan estas tecnologías.
Algunos de los propios investigadores de Google, como Timnit Gebru y Margaret Mitchell, fueron de los primeros en señalar los peligros de los modelos generativos de IA de la empresa, pero luego fueron despedidos.
En el foco se ponen cuestiones éticas que plantean estas innovaciones en temas como derechos humanos, protección de datos, privacidad, discriminacion, desinformación, etc. Y se podrían agregar: veracidad de pruebas en un juicio, veracidad de artículos científicos, etc.
El pánico "moral" con respecto a la real capacidad de implementación de tecnologías que significan un quiebre para la organización del trabajo y por ende de la sociedad es algo que ha sucedido en toda la historia. La Iglesia se opuso inicialmente a la invención de Benjamín Franklin del aparentemente inocuo pararrayos por temor a que interfiriera con la "artillería del cielo" para castigar a los pecadores.
Todos estos predicadores del “lets relax a little boys” no solo llegan tarde, sino que en su mayoría son hipócritas. En medio de una guerra mundial que no para de escalar, estragos del cambio climático que no solo no pueden frenar, sino que aceleran, una pandemia en la que se priorizó el rescate capitalista a las vidas humanas, pretender “sacar el máximo partido a la IA, que ofrece herramientas muy útiles para el desarrollo, sin que se escape del control humano” por parte de los capitalistas y sus gobiernos, es más que una utopía.
Mientras “muchos expertos serios en IA, bien familiarizados con los últimos avances, están realmente preocupados por la velocidad y la dirección del viaje. Sus preocupaciones se magnifican por la tendencia entre algunas grandes empresas tecnológicas, como Microsoft, Meta, Google y Amazon, de reducir sus equipos de ética” (Financial Times, 30/3).
La IA va a ser y es utilizada como instrumento de enriquecimiento y aumento de la explotación, pero también “geopoliticamente” en la guerra que está en desarrollo y no sólo para conducir drones.
Por otro lado, la cuestión está en su capacidad y uso para una multiplicidad de actividades, lo cual genera debates sobre su impacto para cambiar radicalmente el mundo laboral. Bill Gates (cofundador de Microsoft), dijo que vio con "asombro" en septiembre pasado cómo el modelo de OpenAI superó un examen de biología avanzada, prediciendo que la tecnología podría traer enormes beneficios a los campos de la salud y la educación.
Se habla de un potencial para modificar tanto la forma en que las personas trabajan como también las habilidades que necesitarán. Como toda automatización, la IA permite delegar tareas estandarizadas. Impacta principalmente en lo relacionado con la productividad. Un informe de investigación de Goldman Sachs, publicado esta semana, prevé que la adopción generalizada de la IA podría impulsar significativamente la productividad laboral y aumentar el producto interno bruto anual global en un 7 %.
Un fenómeno que ha operado muchos trabajos de oficinas desde la pandemia, y luego de retiros "voluntarios", “renunciamientos” y finalmente despidos, sobrecargando de trabajo a los que quedan, unificando distintas funciones en un mismo individuo -modelo de “self-service”- donde se acumulan más tareas, "trabajo en la sombra" que "simplemente se injerta en los deberes de las personas sin su consentimiento” o, a veces, incluso sin su conocimiento” (Polifuncionalidad). Este trabajo de administración, del tipo “intelectual” que es accesorio a la tarea principal, son blancos también de la posible aplicación de la IA: de las 30 ocupaciones pronosticadas por la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. que se reducirán más rápidamente durante la próxima década, 10 son algún tipo de secretario o trabajador administrativo (Financial Times, 26/3).
Para los capitalistas, uno de los principales motores para la implementación de la automatización y robotización es la lucha de los trabajadores por salario, sindicalización y condiciones. Como es el ejemplo de los trabajadores de comidas rápidas de Estados Unidos.
“Los procesos de pedido y pago en las cadenas de comida rápida ya se están mecanizando. Los robots también han llegado a la cocina. Flippy, un brazo robótico fabricado por Miso, con sede en California, puede voltear hamburguesas y operar freidoras. Las máquinas operan en las cadenas de White Castle en los EE. UU. y están siendo probadas por KFC en otras partes del mundo. La compañía afirma que Flippy funciona el doble de rápido con un 30 por ciento más de producción que su contraparte humana".
“Si la mano de obra barata se convierte en otro insumo escaso, espere más máquinas y menos adolescentes en los establecimientos de comida rápida” (Financial Times).
Es decir, no importa si el ser humano está en condiciones de ser liberado de una tarea por ser peligrosa, insalubre, mecánica, repetitiva, etc, lo que importa es que el trabajador sea más barato que la máquina para justificar su contratación.
Además de presionar por la polarización y pretender condenar a muerte la lucha por los convenios, existen los incentivos geopolíticos a la hora de robotizar fábricas.
En un mercado que se derrumba producto de una sobreproducción de capitales, a medida que se deterioran las relaciones entre las dos economías más grandes del mundo -la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación y la Ley de Chips y Ciencia el año pasado- significa que EE.UU. y China entraron en 2023 con políticas industriales claras y opuestas. A medida que la guerra escala, se ha consagrado conceptos como “reshoring”, “nearshoring” y “friendshoring” como parte del nuevo conjunto de herramientas que incentivan trasladar las bases de fabricación y crear cadenas de suministro más cortas y menos globalizadas.
“Nadie está seguro de cuánto durará este período, y puede ser más seguro asumir que es permanente. Pero mientras la geopolítica esté en el asiento del conductor, los cálculos económicos que anteriormente dieron forma a la fabricación global serán simplemente pasajeros. Específicamente, la presión sobre las empresas para construir múltiples cadenas de suministro y reducir la dependencia de China crea nuevas restricciones en la capacidad de buscar mano de obra barata donde sea que esté disponible".
En muchos casos, trasladar la fabricación a EE.UU. o Japón la colocará explícitamente en lugares donde la escasez de mano de obra barata con habilidades es más aguda. La misma dinámica es cierta en China, donde la brecha entre la oferta y la demanda de mano de obra se ha ido ampliando constantemente… Este es, por supuesto, donde los robots y automatización de fábricas hacen su entrada” (Financial Times, 4/3).
Si bien se crearán nuevas posibilidades laborales y a modo de ejemplo se pueden señalar, desde entrenadores de bots a diseñadores del flujo de conversación, reparación de unidades, programación, control de calidad, etc. Si bien estas herramientas podrían potenciar nuestro trabajo hasta niveles insospechados, bajo la dirección capitalista del desarrollo el trabajador está condenado a no ser director de la producción sino un engranaje. Física y mentalmente somos una máquina alimentando a otra para poder maximizar el capital.
El poder de vigilancia y control sobre el trabajo del hombre por parte de la máquina se intensifica más allá del control que tiene el hombre sobre la máquina misma.
El problema de que todo este potencial técnico no sea utilizado para poder mejor organizar el trabajo necesario y eliminar el trabajo innecesario, repartir las horas de trabajo sin afectar el salario (ya que estamos acrecentando la productividad y por ende la capacidad de generación de riqueza), entre un sin fin de aspectos, es consecuencia de: las fuerzas productivas entraron en contradicción con las relaciones sociales de producción, como bien explican Marx y Engels.
Es necesario luchar por el socialismo internacional, para bajo la dirección de los trabajadores desatar ese nudo histórico.
Fuentes:
https://www.iproup.com/innovacion/38979-chatgpt-que-es-y-como-se-usa
Elon Musk and other tech experts call for ‘pause’ on advanced AI systems https://www.ft.com/content/3f584019-7c51-4c9c-b18f-0e0ac0821bf7
Multiple red flags are not yet slowing the generative AI train https://www.ft.com/content/89647443-29c7-421f-86aa-5a12af6268c0
Italy temporarily bans ChatGPT over privacy concerns https://www.ft.com/content/3ce7ed9d-df95-4f5f-a3c7-ec8398ce9c50
We are all secretaries now https://www.ft.com/content/e30e51b5-2d57-430e-a829-5965313c6c6b
Arvind Krishna: If AI can replace labour, it’s a good thing https://www.ft.com/content/e8fedb6b-b55a-483b-b3a6-f4bc266957c6
The politics of deglobalisation favours the robots https://www.ft.com/content/cc7ecf4d-4661-4756-bbee-376f58c2179d
Fast food restaurants: high wages are helping robot chefs https://www.ft.com/content/73767d93-999a-40d5-bbb7-6b604e5650cc
We need to create guardrails for AI https://www.ft.com/content/3e27cfd6-e287-4b6f-a588-29b5b962a534
Why chatbots are bound to spout bullshit https://www.ft.com/content/6c2de6dd-b679-4074-bffa-438d41430c31
Generative AI is sowing the seeds of doubt in serious science https://www.ft.com/content/e34c24f6-1159-4b88-8d92-a4bda685a73c
Qué hay detrás del pedido de una “pausa” a la Inteligencia Artificial https://prensaobrera.com/sociedad/que-hay-detras-del-pedido-de-una-pausa-a-la-inteligencia-artificial