La conducción de Conadu Histórica levanta el paro y se alinea con el gobierno

Escriben Diego Toscano y Anahí Rodríguez

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En sus más de 20 de años de historia, pocas veces la Conadu Histórica ha tenido un desbarranque tan grave como el que se produjo este miércoles 24.

En un congreso virtual, convocado de urgencia luego de una reunión con el gobierno, la conducción hizo aprobar, sin prácticamente ningún mandato de asamblea, la aceptación de un incremento salarial del 3% en el sueldo de mayo. Pero eso no fue lo más grave: a continuación planteó que se levantara el paro de 48 horas votado para el martes 30 y miércoles 31 de mayo. El paro había sido votado casi por unanimidad en un congreso la semana anterior. El levantamiento del paro no estaba en el temario del congreso virtual. Para incorporarlo, se requería una mayoría especial de 2/3 de los presentes. Igual mayoría se necesitaba, eventualmente, para revisar una decisión del congreso. La conducción se negó a cumplir con estos requisitos con argumentos pueriles. En reiteradas oportunidades, sus dirigentes propusieron evitar el debate, lo que fue denunciado como estalinismo y burocratismo por distintos congresales.

La aceptación del 3% y el levantamiento del paro se impusieron por un margen escueto y con los votos de algunas asociaciones de base que en realidad son sellos burocráticos con poquísimos afiliados y menor actividad gremial (un sello gremial de Córdoba, otro en la Universidad de Chaco Austral, o en la Universidad de Río Negro, entre otros). En varias asociaciones de base en las que conduce el frente oficialista, los mandatos fueron mayoritariamente por rechazar la propuesta oficial (Salta, San Luis, UTN). Tiscornia, en un verdadero sincericidio, reveló que se había “quebrado” la mayoría con la que se conduce la federación y que había que “darse un tiempo para reconstruirla”. La conducción de la Conadu H -un frente integrado por el PCR, la CTA de “Cachorro” Godoy y otros grupos K- acaba de sufrir una escisión encabezada por el núcleo de Bahía Blanca.

No se trata, claro está, de la aceptación o el rechazo del 3%, sino de encolumnar abiertamente a la Conadu Histórica en el entramado sindical que se va a inmolar para que el gobierno llegue al fin de su mandato. En ese sentido, la convergencia cada vez mayor con la burocracia de la Conadu sin H fue señalada y denunciada varias veces en el congreso.

El desbarranque de la conducción de Conadu Histórica puso en evidencia también el acierto de la postura de la ADIUNT de rechazar cualquier intento de firmar un documento en común con la conducción, incluso con concesiones conceptuales o programáticas de su parte. Hubiera sido un encubrimiento de todo un derrotero que ya estaba en curso y que ahora sólo se ha acelerado.

En diciembre, ante la insistencia de ADIUNT, se votó organizar el no inicio de clases 2023. La conducción no solo no organizó una lucha a fondo, sino que dilató toda la organización para que esta no arrancara en conjunto con la educación provincial y sus más de 10 huelgas y autoconvocatorias. Luego fue imponiendo un freno semanal a las medidas de fuerza y, logrado el desgaste, enfrió toda continuidad durante casi un mes. El último paro de 48 horas, como se denunció oportunamente, fue el canto del cisne del ´plan de lucha´ de la conducción.

El derrotero se va a agudizar de cara al agravamiento de la crisis. Es necesario sacar todas las conclusiones del caso. Convoquemos a la docencia a debatir en asambleas, coordinadoras y plenarios los problemas de fondo que este nuevo cuadro implica: la lucha por el salario va a transitar caminos distintos a los que venía transitando y tenemos que abrirle paso con una orientación clara. Vamos por la huelga general.

LEER MÁS:

El plan de lucha de Conadu Histórica, en un impasse Por Diego Toscano, 28/04/2023.

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