El lanzamiento de Martin Lousteau y la crisis de JxC

Escribe Nicolás Morel

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El lanzamiento de Martin Lousteau como precandidato a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires escenificó la crisis que atraviesa Juntos por el Cambio.

El acto realizado en el barrio de Paternal, organizado por el aparato del radicalismo porteño, tuvo una fuerte impronta ´larretista´. Estuvo, por supuesto, su compañero de fórmula, el radical Gerardo Morales, pero también el jefe de gabinete, Felipe Miguel, y la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, María Migliore, entre otros representantes del gobierno porteño. También estuvo presente en el acto de lanzamiento Matías Rojo, dirigente del aparato peronista que gobierna la Facultad de Medicina de la UBA junto con la UCR que responde a Emiliano Yacobitti, sellando el apoyo del gobierno de las camarillas universitarias a la candidatura de Lousteau.

Con este acto queda consolidada la competencia entre Jorge Macri, apuntalado por Mauricio Macri y Patricia Bullrich, de un lado, y Martin Lousteau, del otro. Larreta le había prometido a Macri que su primo sería el sucesor “oficial” del PRO, pero es evidente que Larreta ha privilegiado un pacto con la UCR en función de su propia candidatura presidencial. La maniobra de los comicios ´concurrentes´, con voto electrónico para las candidaturas de la Ciudad, a priori, ofrece mejores mejores chances al candidato radical, por ahora relegado por varios puntos en las encuestas frente a su competidor. En una hipotética fórmula con Lousteau, Larreta habría definido el cargo de vicejefa de gobierno a la ministra Soledad Acuña, declarada enemiga de la organización docente y estudiantil en las escuelas de la Ciudad.

Las relaciones entre Larreta y Lousteau están signadas por la cooperación de ambos a la hora de votar negociados inmobiliarios en la Legislatura porteña: durante los años que Lousteau ocupó el cargo de legislador porteño, aportó para avalar la privatización de la costanera porteña y la especulación inmobiliaria en las villas de la ciudad.

En su acto de lanzamiento, no casualmente, Lousteau se presentó a sí mismo como una continuidad ´superadora´ de la gestión de Larreta en la Ciudad, una forma sinuosa de recoger el guante frente al inédito vaciamiento de las áreas de salud, vivienda y educación públicas en los últimos años. El intento de Lousteau de “delimitarse” es una operación de riesgo, no sólo porque el radicalismo porteño ha sido, en todo momento, un puntal clave para el desarrollo de esas políticas privatizadoras, sino por la tentativa de presentarse como oficialista y opositor simultáneamente. El programa de Lousteau, sin embargo, es una continuidad del programa larretista en todo lo fundamental. Incluso postuló reforzar el presupuesto destinado a las fuerzas represivas de la Ciudad: “es una necesidad para terminar con la cultura del piquete”, dijo. Prometió incluso una reforma del código contravencional. Un Morales porteño, digamos.

Luego de cada mención a Jorge Macri por parte de Lousteau, la tropa radical cantaba desde la tribuna, en coro “¿De qué barrio sos, Jorge Macri, de que barrio sos?”. La candidatura del primo de Mauricio Macri fue importada por el temor del ex presidente de perder el control sobre un distrito clave como lo es la Ciudad de Buenos Aires. El PO de Solano participa judicialmente de esta interna, a favor de Lousteau, con su impugnación de la candidatura de Jorge Macri.

Lousteau ha encolumnado detrás de su candidatura, dijimos, a un sector del peronismo vinculado al gobierno de la UBA y del Hospital de Clínicas, pero también a agrupamientos de la “centroizquierda” del tipo Graciela Ocaña, Roy Cortina y Sergio Abrevaya. La configuración de este frente sigue la orientación dictada por el embajador de EE. UU, Marc Stanley, quien le reclamó a viva voz a Larreta la conformación de una coalición amplia de gobierno. El armado político de Larreta de cara a las elecciones, así como su apoyo a la candidatura de Lousteau en la Ciudad, se anticipa a la posibilidad de un cogobierno con Massa y el peronismo luego de octubre. Sin dilaciones, desde el cuartel de Patricia Bullrich empiezan a jugar con un slogan: “Larreta es Massa”.

Los trabajadores de CABA debemos tomar nota de los reacomodamientos que los candidatos de la burguesía impulsan de cara a las elecciones, y anteponerles a ellos un programa socialista para la crisis que atraviesa la ciudad y el país.

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