Picanas portátiles en la Ciudad: las pistolas Taser ya están en circulación

Las pistolas Taser ya se usan en la Ciudad de Buenos Aires desde el lunes 17. La fecha estaba pautada desde que la Agencia Nacional de Materiales Controlados -dependiente del gobierno naciona- autorizó el uso. Las 60 pistolas fueron distribuidas a oficiales de la Policía Metropolitana que las van a utilizar en estaciones de subte y distintos puntos de las 15 comunas porteñas. O sea que van a estar distribuidas por toda la Ciudad. Esta primera camada de Taser seguramente dé paso a compras masivas de este material.

La salida a la calle de la picana portátil se produce en medio del escenario electoral y de un reforzamiento del discurso represivo de Horacio Rodríguez Larreta, coronado con el nombramiento del gobernados de Jujuy, Gerardo Morales, como su compañero de fórmula. La dupla Larreta-Morales está disputando con Patricia Bullrich la seducción del ´ala dura´ de la coalición JxC. Nadie tiene qué envidiarle a nadie ahí adentro.

Los policías armados con las Taser harán base en las estaciones Carlos Pellegrini, J. M. De Rosas, San Pedrito, Congreso de Tucumán, Hospitales, Retiro y Virreyes. Según infobae.com (17/07), serán manipuladas por personal de las divisiones Delitos Rápidos, Subtes y Operaciones Especiales.

¿Qué son las Taser?

Son una pistola que descarga 400 voltios a través de unos dardos que mantienen al policía y a su víctima a distancia. La picana inmoviliza durante 5 segundos a quien la reciba. Según el Departamento contra la Tortura de la ONU y Amnistía Internacional, las Taser son armas de tortura por el dolor que infringen a quien recibe la descarga eléctrica. Presentadas como ´armamento no letal´, está largamente demostrado que también pueden producir la muerte.

En Estados Unidos hay registrados más de un millar de muertos a raíz de una descarga de Taser. El 3 de enero último la policía mató a un profesor de inglés de 31 años aplicándole descargas de Taser cerca del corazón. Era primo de la cofundadora de Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan), que encarnó en gran movimiento contra los abusos policiales contra la comunidad afrodescendiente.

Según el gobierno de la Ciudad, 250 policías fueron entrenados para utilizar “correctamente” las picanas portátiles. Pero para los defensores de la doctrina Chocobar, “correctamente” significa poner en riesgo la vida.

No son los únicos

En febrero pasado, Aníbal Fernández informó que el gobierno nacional cuenta con 100 Taser X7 que compró tras un plan canje devolviendo las X26P que había comprado Patricia Bullrich durante el gobierno de Mauricio Macri. La diferencia entre unas y otras es que las de Bullrich no tenían cámara y tienen un solo cartucho... por lo que solo permitían una descarga.

Las Taser de Fernández aún no están en la calle pero ya cuentan con la autorización de la Anmac. No hizo falta que los K hicieran una defensa encendida de la compra: se subieron a la batalla que libró JxC contra los organismos de derechos humanos, cuyas presentaciones legales consiguieron, por unos años, demorar el uso de las armas. Ahora que el Pro ganó esa pulseada, el peronismo se sube al tren.

Los organismos de DDHH señalaron de forma reiterada que las Taser son picanas, con todo el significado que tiene el uso de descargas eléctricas como tortura a los detenidos desaparecidos de la dictadura. Y que son mortíferas.

El mismo lunes que las Taser bajaron a los andenes del subte, el sindicato sacó un comunicado que lleva la firma de Pianelli y Segovia, donde, dicen, “llamamos a la reflexión (sic) del poder político para que las retiren de nuestro ámbito de trabajo”. ¿Qué “reflexión” le piden los sindicalistas K que tienen los Larreta, los Macri, los Bullrich? Su ´incomodidad´ para denunciar este apresto represivo tiene que ver, justamente, con la colaboración del gobierno nacional.

Para eliminar las picanas portátiles lo que necesitamos es organizarnos de forma independiente de los partidos patronales.

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