Tucumán: la docencia se pone de nuevo en movimiento

En un escenario de inflación imparable que devora el poder adquisitivo, los docentes como el resto de los trabajadores vivimos los aumentos de precios todos los días como una amenaza a nuestras condiciones de vida y la de nuestras familias. Esto no se aguanta más.

La burocracia de los sindicatos docentes de la provincia, preventivamente, viendo lo ocurrido en Salta y posteriormente en Jujuy, han decidido salir de las catacumbas y realizar distintas convocatorias para mantener bajo control a la docencia y evitar que se reediten los procesos de luchas autoconvocadas que sacudieron la provincia a principio del 2020.

Tras el receso invernal, después de una reunión sin ofrecimiento del gobierno, Amet y Apemys, sindicatos de técnica y secundaria, convocaron a un paro dominguero el viernes 28, sin movilización ni perspectivas de continuidad.

Por su parte, Atep, el principal sindicato docente de la provincia, convocó a las apuradas a que se realicen asambleas zonales el miércoles 26 y el jueves 27 de julio. El secretario general Brito inauguró la asamblea de delegados escolares de la capital alabando las acciones que lleva adelante el gremio, haciendo referencia a la “compra de televisores para la hostería”, una burla frente a la verdadera realidad que preocupa a los docentes que es el salario de pobreza con el que hacemos frente a la inflación.

Las condiciones de trabajo siguen siendo pésimas, escuelas abandonadas a su suerte, sin calefacción para enfrentar el invierno, sin personal auxiliar, sin materiales e insumos.

Si bien la burocracia buscó descomprimir el descontento y que le den nuevamente un voto de confianza para encarar las negociaciones paritarias que se deberían concretar durante lo que resta del mes de julio, el mandato generalizado de las escuelas era el reclamo del aumento salarial, expresado de diferentes maneras. salario que cubra la canasta familiar, duplicación del valor del punto índice, salario de $350 mil pesos.

Todos los mandatos repudiaron la 5ta hora, pidiendo aumento de salario sin aumentar las horas de trabajo, ya que en lo que va de este año, ha quedado claro que resulta inhumano cumplir con este alargamiento de la jornada laboral. También se hizo fuerte el reclamo de jubilación con 25 años de servicio y sin límite de edad y se rechazó que el aumento sea en cuotas o bajo la forma de adicionales en negro. Se planteó el paro como propuesta de lucha para conquistarlo.

El único sector que tuvo una postura diferente, fue el de Brito. La mesa que dirigía la asamblea y sus edecanes desalentaban los montos exigidos argumentando que “no hay que pedir mucho”. Esto generó mucho enojo en los delegados que defendíamos el salario.

En medio de una gran confusión y cuando una parte importante de los delegados presentes se iba retirando, se impuso la moción de un delegado, recientemente incorporado como adscripto al sindicato, que planteó reclamar un básico de 127 mil para el cargo testigo del maestro que recién se inicia, lo que llevaría el salario de bolsillo a $260 mil pesos, sin incluir allí Fonid ni hora extendida; paro de 48 horas con movilización si el gobierno no otorga lo pedido a partir de la próxima reunión, y paro por tiempo indeterminado si nuevamente no hay respuesta.

Al día siguiente, se reunió el congreso de ATEP que refrendó parte de las resoluciones de las asambleas escolares.

La burocracia que encabeza Brito, como ya ocurrió en la discusión paritaria de principio de año, ya ha comenzado a maniobrar para que el reclamo y la lucha para arrancarlo caigan en saco roto. Está en manos de las asambleas escolares y los delegados que la representan asegurar que efectivamente se cumpla con las acciones de lucha votadas.

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