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Los dichos de Milei sobre el desarme del CONICET y el despido de todos sus trabajadores para que pasen a manos de los privados fueron respondidos airadamente por el kirchnerismo. La presidenta del CONICET, Ana Franchi, y la burocracia de ATE montó una concentración “contra el cierre” en las puertas del organismo. El orador de fondo fue el menemo-kirchnerista Daniel Filmus. “Masiva convocatoria en defensa de la ciencia argentina”, reseña la gacetilla ministerial publicada en el sitio oficial del gobierno.
El kirchnerismo ´abraza la ciencia´, cuando el CONICET sufre un fuerte ataque presupuestario que condiciona a las actividades y al personal del organismo.
Los últimos tres presupuestos anuales destinados a Ciencia han estado claramente por detrás de los índices inflacionarios. Esto ha llevado a que el conjunto de unidades ejecutoras que dependen del organismo se encuentren asfixiadas. El presupuesto de 2019 fue de 18,4 millones de pesos; en 2022, alcanzó los 80 millones, con una inflación acumulada en ese período de 553 %. Indexado, el presupuesto debería haber sido de 119,6 millones de pesos. Algunas unidades ejecutoras han expresado que no cuentan con los recursos necesarios para desarrollar las actividades mínimas de mantenimiento y funcionamiento y que sólo alcanza para financiar medio año de funcionamiento. La salida que han encontrado es el financiamiento mediante el servicio a terceros, la transferencia que hace el sistema público al sector privado. De ese financiamiento, el 21,5 % corresponde a la facturación a grandes empresas, el 40 % a PyMES y 7,6 % empresas estatales. Es decir que la privatización anhelada por Milei es preparada cotidianamente mediante la comunión público-privada, cuyos beneficios -e incluso sus patentes- quedan en manos de los capitalistas.
Otro aspecto del ajuste del gobierno de los Fernández y Massa es el recorte de las becas doctorales, que promueve la fuga de jóvenes con vocación de investigación. De 2019 a 2022 las becas entregadas se redujeron de 1.924 a 1.381.
El intento de la burocracia sindical y de la directora del CONICET de abroquelar al conjunto de los trabajadores del organismo, con un apoyo al gobierno para enfrentar a Milei, es un callejón sin salida. Los planes del FMI no tienen una perspectiva de desarrollo para los proyectos de investigación con financiamiento estatal, sino más bien un camino de profundización del ajuste, mayor explotación laboral y mayor dependencia del sector privado.
Para revertir este camino trazado por el gobierno y enfrentar a la derecha privatizadora es necesario que los trabajadores discutamos una salida en base a comprender el alcance devastador que tiene esta crisis. El primer paso es enfrentar el plan del gobierno actual. Por el aumento presupuestario, el salario y los derechos laborales, abramos un camino de deliberación y lucha. Una victoria contra el ajuste actual será la mejor manera de desbaratar los planes privatizadores.