Escribe Soledad Domínguez
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Entre gallos y medianoche se cerró la revisión prevista para el mes de septiembre de los convenios del sector asistencial (sanatorios, hospitales de la comunidad, centros de diagnósticos y estudios, empresas de Emergencias) del gremio de la Sanidad.
El acuerdo es por demás insuficiente, no recupera lo perdido y respeta todos los tiempos de las necesidades patronales, por encima de las urgentes necesidades de los compañeros y compañeras. El acuerdo consta de tres cuotas: 4% en agosto que se suman al 8% que ya estaba acordado; 9% en septiembre, que se suma al 8% ya acordado; y se agrega 9% en octubre.
El aumento de agosto se pagará como retroactivo ya que el acuerdo se cierra después de que se liquidaron todos los sueldos. Un mecanismo que, con la devaluación imperante en nuestro país, desvaloriza nuestros salarios, mientras las patronales ganan tiempo para manejar el dinero. También el acuerdo consta de un bono a pagarse el día de la Sanidad (21 de septiembre) de $15.515 y una nueva revisión en el mes de octubre.
En números: los salarios se mantienen rondando los $250.000 y recién para el mes de octubre algunas categorías podrán llegar a superar $300.000, cuando la canasta familiar alcanzó en el mes de julio $384.657 (ATE INDEC) y en CABA una familia debe cobrar por encima de los $282.452 para no ser pobre (Infobae, 12/09).
En relación a la suma fija anunciada por Massa, el aumento lo absorbe en parte mientras que la otra parte recién se abonará los primeros días de octubre. Las patronales tendrán tiempo de abonar la diferencia entre los aumentos de agosto y octubre y los $60.000 de la suma fija, hasta el 15 de octubre.
La negociación se realizó con sigilo, algo a lo que estamos acostumbrados. El propósito es evitar de todas formas que se abra una deliberación en los lugares de trabajo. Los trabajadores somos rehenes del toma y daca con nuestro salario. La conducción de ATSA, con Héctor Daer a la cabeza, está cada vez más lejos de responder a las necesidades de los compañeros y compañeras. La pérdida salarial en estos años ha sido la regla, mientras en las mesas de negociación Daer se muestra como negociador y facilitador para que las prepagas aumenten sus cuotas (que se ajustan más alto que las cuotas de los aumentos de los salarios). En los establecimientos de la salud privada aumenta el trabajo bajo la modalidad de monotributo, abundan los despidos, el trabajo por agencia, las modalidades de contratación fuera de convenio, hay sanatorios que hace meses cobran los salarios en cuotas. Todo esto pasa frente al silencio impávido de la conducción, que ha demostrado que sólo interviene si los trabajadores y trabajadoras toman la posta, para pisotear el reclamo y reducirlo a una carta documento y pedir que se esperen los tiempos legales. El apoyo explícito de la conducción Celeste y Blanca, Daer y la CGT a Massa es una extorsión: nos dicen que es prioritario derrotar a la derecha votando a Massa para defender nuestros derechos, pero como vemos, nuestros derechos vienen siendo pisoteados desde hace tiempo.
Nada va a venir de esta conducción, por eso ese enojo que crece en los establecimientos. Tiene que canalizarse, organicemos la bronca con reuniones asambleas y acciones autoconvocadas. Con este planteo, convocamos a las trabajadoras y trabajadores de la salud al plenario abierto que realizará Politica Obrera este sábado 16 de septiembre.