Docentes CABA: convoquemos asambleas por escuela y por distrito para luchar por el salario

La devaluación de un 22% del lunes posterior a las PASO escaló el curso inflacionario, significando otro golpe a nuestros salarios.

A pesar del incremento vertiginoso del precio de los alimentos, los alquileres, las tarifas, CTERA firmó la Paritaria Nacional con el gobierno según la cual el salario del maestro de grado de jornada simple sin antigüedad pasará de $165.000 a $200.000 en septiembre, en octubre a $ 220.000 y en diciembre a $ 250.000, cuando la “línea de pobreza”, estimada por el INDEC, fue de $248.962 en julio.

Es aproximadamente un aumento del 10% mensual de septiembre a diciembre. Si consideramos que el aumento se calcula sobre el básico (menor al 70% del neto conformado en CABA), resulta un aumento en mano aproximado de 7% mensual en promedio, frente al 27 % de suba en la canasta alimentaria, según privados, una inflación acumulada de agosto de 12,4% y una de septiembre prevista en niveles similares. Pero, si además tenemos en cuenta que los “aumentos” nominales son respecto al salario conformado en septiembre (en lugar del último aumento mensual) y los índices inflacionarios son respecto al mes anterior, el derrumbe salarial se revela aún mayor.

En este marco, UTE celebró el acuerdo entre CTERA y el gobierno nacional en su boletín sindical: “Paritaria Nacional Docente: CTERA logró un aumento anual del 176,7%”. En vez de convocar a la docencia a discutir un plan de acción, su intervención se limitó a la acción administrativa de solicitar una reunión de mesa de negociación salarial al gobierno porteño.

Esta aparente pasividad obedece la orientación que desarrolla a nivel nacional CTERA, de acordar ajustes por tramos preestablecidos con el gobierno nacional, que son licuados con la inflación de cada mes. Luego, a nivel distrital la discusión con el gobierno de la Ciudad se limita arrancarle las monedas necesarias para arribar a la paritaria nacional, convirtiendo el piso de aumento acordado en un techo efectivo.

Una real discusión entre la docencia sobre esta situación y perspectivas sobre nuestras condiciones salariales, llevaría a una confrontación con la dirección de CTERA y con el gobierno nacional que la conducción de UTE intenta evitar a toda costa. Al punto que la burocracia Celeste no ha dicho una sola palabra ante las amenazas a la docencia de su candidato Massa, que se ha comprometido a terminar con los paros docentes con la excusa de garantizar los días de clase.

El camino de las autoconvocatorias

El 6 y el 7 de setiembre hubo un importante paro docente de 48 horas en la provincia de Buenos Aires. Lo significativo es que fue convocado por sólo tres seccionales Multicolor -Escobar, Bahía Blanca y Tigre- de las aproximadamente 130 seccionales de SUTEBA que existen en la provincia. La medida fue en reclamo de un salario mínimo igual a la canasta familiar por cargo, indexado por inflación.

El paro fue tomado en forma autoconvocada por la docencia y alcanzó niveles importantes en distintos distritos como La Matanza, donde tuvo un 90% de adhesión. Su alcance expresa el hartazgo por los salarios de hambre y las pésimas condiciones de trabajo y señala las perspectivas de las luchas convocadas de forma independiente de la burocracia. En la Ciudad de Buenos Aires, Ademys fue parte de esta iniciativa y convocó a parar el miércoles 6 y a movilizar al Palacio Pizzurno junto a STUBA que dirige la Multicolor y representantes de otras provincias. La ausencia de una preparación y discusión previa resultó en una escasa adhesión.

No hay que depositar un gramo de confianza en la burocracia sindical que ha entregado nuestros salarios y los sigue entregando en un contexto casi hiperinflacionario. La disposición a organizarse y a luchar de la docencia señala que el camino es la autoconvocatoria en las escuelas y distritos.

Decidamos colectivamente un plan de acción por un aumento de emergencia de $100.000 sobre el salario básico y un salario mínimo igual a la canasta familiar indexado por inflación.

Impulsemos asambleas y pronunciamientos en nuestras escuelas y distritos por estos reclamos.

Construyamos la huelga general educativa.

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