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El coloquio anual de IDEA en Mar del Plata, la reunión que congrega a los directivos y gerentes de las mayores empresas capitalistas, terminó siendo escenario privilegiado de un impasse y un desconcierto político que se acentúan a medida que se acercan las elecciones.
De los tres candidatos centrales, sólo Patricia Bullrich asistió al coloquio oficial. Como viene ocurriendo en los últimos días, la candidata preferida por el círculo rojo intentó remontar la cuesta abajo de JxC con nuevos desvaríos. El lunes, se había despachado con un régimen de vigilancia inconstitucional sobre los presos y sus abogados. Ahora, anunció una reforma del estatuto del Banco Central para “prohibir la emisión y los cepos”, algo que debe haber inventado diez minutos antes de subirse al atril. El Banco Central debe crear moneda, por ejemplo, cuando ingresan divisas al país –en cambio, la “prohibición de emitir” conllevaría una revalorización de la moneda nacional y a una deflación , por un lado, o a una inflación en dólares, como ocurrió bajo la convertibilidad de Cavallo.
En cuanto a los cepos, Melconian, Lacunza y otros ya se encargaron de advertir que no podrían eliminarlo bajo la actual penuria de divisas. Bullrich intentó disimular que carece de una salida a la crisis actual. Por lo demás, reiteró el anuncio conocido de una reforma laboral. Atacó al sistema de multas laborales, cuya eliminación implicaría la completa impunidad patronal en materia de seguridad laboral, cumplimiento de cargas previsionales y otras faltas frecuentes. Demasiado poco, de cara a la disgregación económica y política en curso.
Bullrich se “mileizó” para competir con el libertario. Este, en simultáneo, boicoteaba al coloquio de IDEA en un almuerzo paralelo. En ese evento, Milei no se apartó un milímetro del libreto dolarizador. Reiteró la versión de los “capitales interesados” en participar de un fondo de “estabilización monetaria” dirigido a recapitalizar el Banco Central, sin dar el menor detalle. En cambio, fue mucho más concreto cuando dijo que una híper “facilita la dolarización”, al reducir a la mínima expresión el valor de los pesos que deberían ser canjeados por dólares.
Massa, por su parte, faltó a la cita de IDEA aun cuando no faltaban en el Coloquio capitalistas. El programa de Massa ya está insinuado por el presupuesto de déficit cero que envió al Congreso y el anuncio de una moneda digital, que estará atada al dólar.
Mientras circulaban entre el almuerzo oficial y el almuerzo paralelo, los popes del gran capital aceleraban las instrucciones para deshacerse de todas sus posiciones en pesos y comprar dólares financieros o paralelos. El Banco Central de Massa es el comprador de última instancia de la desvalorizada deuda en pesos. La cuenta regresiva de un desenlace devaluatorio e hiperinflacionario se acelera, y el dolarizador Milei lo celebró en Mar del Plata. A la luz de esa perpectiva catastrófica para obreros y jubilados, es muy claro que los trabajadores necesitan su propio “coloquio”, y organizar una lucha general contra el “rodrigazo” en ciernes.