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El pasado jueves 12 se reunió una nueva Mesa de Negociación Salarial convocada por el gobierno porteño. Este “propuso” un aumento adicional del 8% al 10% previsto inicialmente para el mes de octubre, sumando un 18% respecto al salario de enero, que se toma de testigo para aumentos. La inflación acumulada hasta septiembre del 103,2%, ha liquidado los salarios de maestros y maestras. El cargo de jornada simple quedará, con este nuevo ´ajuste´, en $265.000 –es decir $60.000 debajo de la “línea de pobreza” calculada, en CABA, $322.275 sin incluir gastos de alquiler.
Este planteo salarial fue rechazado por Ademys, que reclamó un salario para el cargo testigo (maestro de jornada simple sin antigüedad) igual a la canasta familiar y un 100% de aumento de emergencia, con todas las sumas al básico. Por su parte, UTE se limitó a un papel de escriba del gobierno, informando en su boletín las sumas salariales planteadas por éste y sosteniendo que “la propuesta se pondrá en debate para ser analizada por nuestros cuerpos orgánicos”.
Significativamente, el gobierno introdujo la cuña de un salario ajustado por presentismo. A partir del mes de noviembre, comenzaría de este modo “un proceso en pos de desachatar la escala salarial de disminución de la parte no remunerativa del salario”. En la ´interpretación´ oficial, esto se alcanzaría redistribuyendo los distintos porcentajes de las sumas en negro, de modo que el total de la fracción no remunerativa del salario sea menor a la actual.
El punto es que, de un modo nada inocente, dentro de este “reacomodamiento”, el porcentaje correspondiente al adicional salarial por “presentismo” cobrará un mayor volumen. De esta forma, aquellos descuentos producidos por inasistencias, incluso justificadas en el Estatuto (enfermedad, paro, etc.), también tendrán mayor peso que hasta ahora. Además de presionar al/la docente a asistir en situaciones de salud adversas, constituyen un intento de limitar el derecho de huelga. Un antecedente de esto fue el bono por “asistencia perfecta” que se pagó en el mes de julio. En aquella oportunidad, el gobierno porteño había afirmado financiar el bono con los descuentos a los salarios de los docentes por adherir a los paros.
La burocracia de UTE reivindicó este agravio. Lo adjudicó a “la lucha sostenida que venimos realizando por el desachatamiento de la escala y el blanqueo salarial” (Boletín Sindical, 12/10). Es un planteo que va en línea con “la disposición” de la dirección celeste de SUTEBA a discutir el presentismo docente como ítem salarial, recogiendo el planteo de su candidato Massa.
Desde Tendencia Docente Clasista planteamos: salario igual a la canasta familiar para el cargo testigo (maestro de jornada simple sin antigüedad); incorporación de la suma correspondiente al “Adicional Salarial” (presentismo) y de todas las sumas “en negro” al básico; ninguna restricción al derecho de huelga: rechazo a toda coerción económica al ejercicio del mismo; organicémonos por escuela y distritos para luchar por estos reclamos.
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