Neumático: la lucha por un convenio único es estratégica

Escribe Julio Gudiño

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La semana pasada, los trabajadores de Pirelli reunidos en asamblea votaron iniciar el reclamo por “equiparación salarial” con las otras grandes fábricas de la industria del neumático. Sucede que un trabajador de Pirelli cobra un salario básico y un salario conformado muy inferior al que cobra un trabajador de Fate o Bridgestone.

La diferenciación salarial contrasta con la homogeneidad en las estructuras de costos de producción, distribución y precios de los neumáticos. Por ejemplo, toda la industria importa insumos a un mismo dólar subsidiado, gozan de exenciones impositivas varias y tienen precios de venta similares para todos sus productos. El SUTNA destaca que “la dotación de la fábrica Pirelli es de 1.390 operarios, Bridgestone cuenta con unos 1.282 y FATE supera por poco los 1.512, esto muestra una estructura similar en las tres grandes fábricas de neumáticos”. De aquí se deduce que la diferenciación salarial entre las distintas fábricas no es resultado de diversas estructuras de costos.

Convenio Colectivo y diferenciación salarial

En una mirada superficial pareciera que la diferenciación salarial está determinada por el incumplimiento de la patronal de la legislación laboral (Ley de Contratos de Trabajo) y de la Constitución Nacional, que dice claramente que “a igual trabajo, igual remuneración”. Es una verdad de Perogrullo que las patronales violan la legislación laboral y la Constitución en toda la industria, incluida la del neumático. Sin embargo, la raíz de la discriminación salarial hay que buscarla en otro lado: en el proceso de destrucción del Convenio Colectivo de Trabajo 101/75. Este CCT fue homologado en un momento de ascenso de la lucha de la clase obrera argentina que enfrentó con la movilización y la huelga general el Rodrigazo pergeñado por el gobierno peronista de Isabel Perón-Lopez Rega y la clase capitalista. En los CCT del 75´ se inscriben importantes conquistas laborales como por ejemplo la ultraactividad (vigencia del último convenio hasta que se firme uno nuevo).

La destrucción de estos convenios fue uno de los objetivos estratégicos de la dictadura genocida apoyada por toda la burguesía y el imperialismo. En el caso del neumático, el desguace del CCT 101/75 comienza a principios de la década del 90´ cuando las patronales azuzan el fantasma del cierre de fábricas y el desempleo o adaptarse a los “cambios tecnológicos” y a los cambios en la “organización del trabajo” para ser competitivos en el mercado mundial. Las patronales imponen, con la colaboración absoluta de la burocracia cegetista, “anexos” por fábrica plagado de normas laborales flexibilizadoras: cláusulas de penalización por incumplimiento de estándares de producción, trabajo continuo por equipos, turnos individuales rotativos, vacaciones fraccionadas y jornadas laborales flexibles como el 6x1, 6x2 y 7x2. Por medio de esta contrarrevolución laboral las patronales imponen la producción de neumáticos 24x7 aumentando fuertemente la producción, la tasa de explotación y de la tasa de ganancia del capital.

En un folleto donde propagandiza el reclamo de “equiparación salarial”, el SUTNA explica con lujo de detalles el proceso histórico del desguace del CCT en Pirelli. Los “anexos” por fábrica, dice el SUTNA -que fueron firmados por la burocracia de la CGT y la CTA- impusieron en los 90´el trabajo “continuo por equipos” y eliminaron los “principales adicionales convencionales pertenecientes al convenio colectivo de 1975. Es así que la patronal junto con la burocracia acuerdan cambiar los adicionales por horas nocturnas, los adicionales de fines de semana incluyendo las horas al 200%, el adicional extra por trabajo el domingo y el pago por año de antigüedad por una escasa suba en la hora básica que teóricamente absorbía todos estos derechos”.

La vuelta de tuerca de esta contrarrevolución laboral se produce en 2001, cuando la patronal impone, con la colaboración de la burocracia Violeta, el nefasto 4x3 (jornadas diarias de 12 horas con rotación). Como los salarios en la industria se habían derrumbado, en particular en Pirelli, y en 2006 se “habilitó llamar en los francos a trabajar al 200%”, la jornada laboral semanal era una verdadera picadora de carne: 72 horas. Las secuelas de esta superexplotación sobre la salud física y psíquica de los trabajadores se ha puesto en números en la reciente encuesta sobre condiciones de trabajo y de vida que realizó el sindicato: crece entre los trabajadores la cantidad de compañeros con dos trabajos y los “problemas anímicos (ansiedad, tristeza, depresión, problemas para dormir, etc.)”.

La estocada final al CCT 101/75 se produce en 2007, cuando la burocracia de Wasiejko (Violeta) firma el nuevo CCT 486/2007 “institucionalizando” los “anexos” para cada fábrica y de este modo “institucionalizada” la diferencia salarial.

Han pasado 16 años desde la firma del CCT 486 y el reclamo de “equiparación salarial” que impulsan los trabajadores de Pirelli pone sobre la mesa la importancia estratégica de luchar por un Convenio Colectivo Único: poner fin a la división del gremio y unir a todos los trabajadores en un solo puño para luchar por mejoras salariales y condiciones de trabajo para toda la industria y poner un coto a la superexplotación.

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