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Durante el 1 al 3 de noviembre se desarrollaron en todas las facultades de la UNLP las elecciones estudiantiles de consejeros y centros de estudiantes. Los resultados mostraron una tendencia que viene desde 2019: Franja Morada mantuvo todos sus centros de estudiantes, mientras que los nac and pop, en sus variantes ´graboisistas´ y ´massistas´, no lograron más que intercambios de mandatos entre sí. En este cuadro, el FIT-U retrocedió en algunas facultades y mantuvo una presencia testimonial en la mayoría de ellas, mayormente representada por el PTS.
La Franja mantuvo los centros de estudiantes de Informática, Derecho, Económicas, Arquitectura, Astronomía, Agrarias, Ingeniería, Exactas, Veterinaria y Psicología. Esto lo han logrado a pesar del derrumbe de Juntos por el Cambio y lo han conseguido despegándose de las elecciones nacionales; en la UNLP no circuló siquiera un volante o un cartel llamando a votar a Bullrich. Sin embargo, ha perdido votos en Arquitectura y Psicología.
Mientras tanto, las variantes de Unión por la Patria se mantuvieron en Ciencias Naturales, Periodismo, Humanidades, Trabajo Social, Medicina y Artes. No han podido generar un alza en sus votos y recuperar centros perdidos durante las últimas dos elecciones, ni siquiera ayudados por los resultados positivos de Unión por la Patria en las generales.
El FIT-U publicó balances en que se proclamó “tercera fuerza” en facultades donde había tres listas competitivas, o donde llegaron al tercer lugar con 50 votos. El frente PO-PTS en Arquitectura (donde se festeja el tercer puesto) ha retrocedido y ha quedado en la marginalidad.
En Artes, donde hubo un conflicto abierto por recortes de planes de estudio, cursadas y mesas de exámenes, se realizó un frente de los autoconvocados y agrupaciones izquierdistas (incluyendo al Nuevo MAS). El frente no obtuvo mayor apoyo electoral que en la elección anterior; incluso, en términos nominales y porcentuales se muestra un retroceso. El descontento estudiantil con el centro de estudiantes se canalizó hacia Cronopios (Patria Grande), lo cual dio lugar a un cambio de mando entre nacionales y populares.
Actualmente el movimiento estudiantil no supera el reflujo luego de las tomas de 2018. Las autoridades y la burocracia estudiantil cómplice vienen pasando los recortes a espaldas de los estudiantes. Estas elecciones no han arrojado grandes sorpresas en una universidad donde el conjunto de las agrupaciones se ha volcado a discutir la administración de los servicios. Sin embargo, empiezan a emerger asambleas autoconvocadas y debates en los pasillos. Es tarea actual del activismo estudiantil fomentar el debate sobre la profundidad de la crisis actual, abonar las instancias de autoconvocatorias y preparar la mayor desaprobación popular contra el gobierno entrante.
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