Las detenciones en el subte y el silencio público de la AGTSyP

Escribe Partido Obrero (T) del Subte

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El jueves pasado el subte fue noticia nacional. Primero por la confirmación del primer caso de un trabajador con Covid-19, y luego porque los delegados de estaciones de Línea E fueron detenidos tras iniciar un corte de vías en reclamo de información y medidas de seguridad e higiene en estaciones y boleterías. Los compañeros fueron detenidos y esposados hasta la madrugada.

Frente a las detenciones, la línea B inició un paro por la noche del mismo jueves, mientras que el sindicato (AGTSyP) intervino con sus abogados. Sin embargo, la mayoría de la directiva sindical rechazó tomar medida de fuerza alguna o incluso repudiar la detención de los compañeros.

La explicación dada fue que la medida de fuerza no había sido discutida con el resto del cuerpo de delegados. Las detenciones fueron justificadas como la consecuencia “lógica” ante un corte de vías en una emergencia sanitaria, en la que el subte es considerado servicio esencial. O sea que, si se hubiera buscado el apoyo de la dirigencia sindical para ejecutar la protesta, tampoco hubiese existido. La directiva terminó impulsando (puertas adentro) un repudio… a los propios compañeros represaliados.

Se pretende condicionar la medida de fuerza a una autorización gremial que no iba a tener lugar, lo que convierte a la unidad y la democracia sindical en una falacia. En realidad, el rechazo a la toma de medidas de fuerza se ha convertido en una política sistemática de una directiva que comulga con el gobierno nacional. Desde hace tiempo la dirección de la AGTSyP se esfuerza por contener toda reacción obrera, suplantándola por el ´pasilleo´ en el Ministerio de Trabajo, las consecuencias de una política subordinada al Estado.

Con el fin de impulsar un repudio interno a los compañeros, la directiva convocó a la primera reunión del cuerpo de delegados desde que se inició la cuarentena, mediante videoconferencia, que tuvo una reducida participación de tan solo el 25% de sus miembros. Esto no es una política democrática, sino usar los organismos de base de ariete de la política de la directiva. Hubiera sido más útil, y seguramente más concurrido, que se convoque al cuerpo de delgados para unificar protocolos ante el Covid-19 y darle continuidad a la lucha contra el asbesto.

Por otro lado, bajo ningún concepto corresponde justificar las detenciones en la emergencia sanitaria. Todo lo contrario. Ha sido la propia clase obrera, con sus métodos de lucha, la que ha ido imponiendo en todos los rubros las medidas de seguridad e higiene necesarias, protocolos de trabajo, y provisión de Elementos de Protección Personal (EPP) ante la pandemia. Contra una clase capitalista criminal en la defensa de sus ganancias.

En el extremo de la arbitrariedad, los delegados de la E fueron esposados y tratados como delincuentes por realizar genuinos reclamos sanitarios. No ocurrió lo mismo con quienes pagaron y quienes cobraron sobreprecios en Desarrollo Social. Los compañeros, entre otras cosas, reclaman la urgente incorporación de personal de limpieza (que sigue siendo la misma que antes de la pandemia), así como la compra de insumos y herramientas de desinfección adecuadas y la entrega de EPP.

Los trabajadores del subte saben mejor que nadie que la lucha obrera ha sido la mejor custodia de la salud laboral, la jornada de seis horas, la imposición de mantenimiento en trenes, o la actual pelea contra el cancerígeno asbesto son ejemplos de ello.

Llamamos a retomar las mejores tradiciones del subte, defender una política independiente del estado, las medidas de seguridad e higiene necesarias para defender la vida, y el derecho de protesta y huelga para garantizar estas medidas.

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