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En las últimas horas, el presidente electo Javier Milei, a través de sus redes sociales anunció la designación de Rodolfo Barra como Procurador General de la Nación, es decir jefe de los abogados del Estado.
Barra tuvo un paso notorio por la función pública dos décadas atrás. Fue miembro de la Corte Suprema de Justicia entre 1989 y 1993 y ministro de Justicia entre 1993 y 1996, bajo el gobierno de Carlos Menem. Ingresó al máximo tribunal gracias a la ampliación de sus miembros promovida por el entonces presidente peronista, que le garantizó al poder ejecutivo la mayoría automática y el control del poder judicial. En su paso por el ministerio, fue artífice de los decretos de necesidad y urgencia que paralizaron los reclamos y los juicios de los jubilados con el ANSES, como así también suspendió la movilidad jubilatoria y el cumplimiento de las sentencias pendientes de pago. Un aspecto destacado fue la tentativa de aplicar la “Ley Mordaza” ante las crecientes críticas contra el gobierno buscaba censurar a los medios de comunicaciones y a las organizaciones políticas y sindicales independientes con el aumento de las penas por calumnias e injurias.
Para sacarlo de la línea de fuego, el riojano lo nombró presidente del Directorio del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos. Volvió a la primera plana poco después, en el gobierno de la Alianza, cuando fue designado al frente de la Auditoría General de la Nación, cargo que ocupó entre diciembre de 1999 y febrero del 2002.
Cuando saltó a la palestra de la mano de Menem, Página/12 hizo público su paso por la organización nazi “Movimiento Nacionalista Tacuara”, en la que participó del intento de incendio de una sinagoga. Más tarde, en 1974, participó de la intervención de la UBA de Alberto Ottalagano, otro fascista confeso. Barra pidió “disculpas” por su afinidad con el nazismo. En 2018 reapareció en la escena pública a partir de su militancia en el Opus Dei, como promotor y orador en contra del derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
Al conocerse su designación como procurador, la DAIA recordó las denuncias y también sus pedidos de disculpas “por sus horrorosas conductas y manifestaciones cuando era joven”. Se olvidó del fascismo activo de Barra en edad bien adulta.