Escribe Mocha Soria
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El día 12 de diciembre se realizaron las elecciones para renovar el cuerpo de delegados del SITAS, el Sindicato de Trabajadores Autoconvocados de la Salud de Tucumán. Las elecciones estuvieron atravesadas por el escenario político y económico que viven los trabajadores en general y en particular el sector de la salud, con salarios promedio que no superan la canasta de pobreza y condiciones laborales cada vez más penosas.
El sector de la salud este año ha realizado numerosas acciones de lucha. A principios de año, realizó un paro de consultorios por tiempo indeterminado que fue levantado por la conducción, con una serie de maniobras ante el anuncio de Jaldo -en ese momento gobernador interino- de que aprobaría una modificación en la Ley de Carrera Sanitaria. Ante este solo anuncio, toda la Comisión Directiva salió a festejarlo como un “triunfo histórico”, destacando que los salarios iban a elevarse, satisfaciendo los reclamos salariales por los que los trabajadores de la salud venían luchando. Al poco tiempo, se comprobó, fue un fiasco absoluto: en su reglamentación, el gobierno planteó que la aplicación sería gradual y en función de los recursos que disponga la provincia –hasta ahora, significó actualizar un 10 % de los coeficientes salariales-.
Frente a ese panorama y frente a los cuestionamientos que surgían de las propias asambleas de base, la directiva volvió a maniobrar procurando reacomodarse, planteando que se volviera a los paros de consultorio, una acción a esta altura completamente desgastante e inocua para poder arrancar al gobierno un aumento que colocara los básicos salariales por encima de la canasta de pobreza.
La conducción, mientras el SITAS volvía a un escenario conflictivo, volvió a reivindicar como método para lograr los reclamos la política de “diálogo” y conciliación con el gobierno de turno. De esa manera, se hicieron presente cuando Jaldo asumió a fines de octubre su mandato como gobernador y posteriormente acordar en el marco de la revisión paritaria, en lugar de una actualización salarial, un bono miserable de 40.000 a pagar en diciembre y enero, un aumento del 5 % de la Ley de Carrera Sanitaria e Ítem Zona y Mala praxis -que solo afecta al sector médico de la salud-. Con estas chauchas y monedas dieron por finalizado el año.
Todos estos hechos dieron lugar a cuestionamientos y a que se instalara el debate a la hora de definir qué tipo de cuerpo de delegados necesita un gremio y cuál debería ser su metodología para organizar a los trabajadores.
La comisión directiva planteó que los delegados que se iban a elegir debían fortalecer a la conducción y representarla ante los trabajadores, un planteo de aparato, propio de todas las burocracias.
En contraposición, desde los sectores combativos y el activismo se impulsó una campaña, para presentar elegir a compañeros luchadores que defiendan una postura de independencia frente al gobierno y las autoridades sanitarias y representen a los trabajadores frente a la conducción sindical, defendiendo una postura de unidad y lucha de los trabajadores para arrancar los reclamos.
Estas dos concepciones dieron lugar a que la comisión directiva buscaran impedir la presentación de reconocidos luchadores. Así, mediante una resolución ilegal, burocrática, resolvieron que los tres compañeros del hospital del Carmen y del CAPS Curubeto que se habían postulado como candidatos estaban impedidos de hacerlo, con la excusa de que dichos compañeros estaban de licencia médica. Una resolución que viola el estatuto del SITAS e incluso la ley de Asociaciones Sindicales vigente. Esta medida representa un salto en el proceso de burocratización de la actual conducción. Al proscribir a los compañeros, a sabiendas de que eran compañeros vinculados a Política Obrera, no tuvieron empacho en dejar esos lugares sin representación de base y, con toda saña, lanzaron una campaña atacando las notas que se publican digitalmente en el periódico Política Obrera, metiendo fichas maccartistas contra las posturas que los compañeros han venido sosteniendo durante todo este tiempo frente a los procesos de luchas en curso.
Todas estas provocaciones fueron denunciadas judicialmente y dieron lugar a una campaña de pronunciamientos repudiando el accionar antidemocrático de la directiva.
A pesar de estas medidas de la directiva, no pudieron impedir que, en toda una serie de hospitales, policlínicas y CAPS, terminaran siendo electos compañeros independientes y luchadores, que repudian el accionar burocrático de la conducción y su política conciliadora con el gobierno.
La elección en general tuvo una participación importante en todos los hospitales, principalmente en el interior de la provincia donde, en el último periodo, se votaron las posturas más combativas.
Otro dato que se destaca fue la participación de muchos trabajadores de otros gremios -ya que en esta instancia podían participar afiliados o no- principalmente del gremio ATSA, que no hace sino reflejar el descontento de esos sectores con un sindicato que es manejado con métodos gansteriles, y donde varios de sus dirigentes no solo son funcionarios del gobierno, sino que también están siendo investigados por diversas acciones delictivas vinculadas al narcotráfico.
En el caso del Hospital del Carmen y el Caps Curubeto se concretaron igualmente las elecciones y se eligieron a los compañeros proscriptos.
De hecho, ha quedado conformado un bloque de delegados combativo que tiene planteado coordinar su accionar para poner de pie al SITAS frente a las políticas que están en curso y las reivindicaciones pendientes.
Tucumán: la conducción del SITAS levanta el paro de Salud Por Mocha Soria y Daniel Blanco, 09/07/2023.