Convocatoria a docentes en receso invernal: vulneración del Estatuto Docente y precarización laboral

Escribe Ceferino Cruz

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En una nueva avanzada contra el Estatuto del Docente, las sedes de Inspección convocaron a la docencia de la provincia de Buenos Aires a sumarse a la atención del Servicio Alimentario Escolar (SAE) en el receso de invierno, en las escuelas donde hay comedor, claro. El comunicado destinado a diez escuelas de San Fernando, por ejemplo, que establece la continuidad del SAE, ambiguo pero contundente, dice sin tapujos en su segundo párrafo: «El horario que deben cumplir en la escuela docentes y auxiliares será de 10:00 a 14:00 hs., el cual contempla el tiempo de preparación de la comida y del almuerzo.» Huérfano de explicaciones, justificaciones o prolegómenos, la directiva mete en el servicio a los trabajadores pedagógicos. En el último párrafo, introduciendo un grado de confusión, dice, sin embargo: «que si hay algún docente que quiera colaborar en la escuela SEDE serán bienvenidos/as», marcando por último la responsabilidad de todos los que son parte del Sistema Educativo por el SAE, y su calidad de «Garantes de las Políticas Educativas».

La confusión se debe a que la Inspección se mete sin el traje correspondiente al terreno espinoso del derecho laboral docente consagrado en el Estatuto. Y el tono amable, por su parte, no debe confundir a los trabajadores de la educación, aun cuando se articula con un dedo levantado hecho de responsabilidades y garantías. No: el docente está dispensado de asistir a la escuela en el receso de invierno.

Por si no bastara con los requerimientos formales sobreabundantes, con la tensión social que hace eclosión en las aulas, con los salarios miserables o los casos de violencia contra docentes, ahora “se le pide/exige” al trabajador educativo un día de su descanso invernal para “estar” en el SAE, cuando no hay ninguna normativa ni circunstancia que lo justifique.

La medida se emparenta con los programas educativos que precarizan el trabajo docente como FINES, FORTE, ATR, etcétera, en los que se contrata por fuera del Estatuto, no se reconocen antigüedad ni derechos adquiridos, las tareas se asignan por fuera del horario habitual y no se garantizan condiciones laborales. Se suma a la sobrecarga laboral encarnada en la multiplicación, por ejemplo, de planificaciones, diseño e implementación de planes de mejora institucional, la quinta hora en primaria, la presión por cumplir con formatos de evaluación y acreditación en todos los niveles, la intensificación educativa, las reformas del régimen académico en secundaria, etcétera.

Se trata también de una reforma laboral en el espacio educativo, en tanto la sobrecarga tiene que ver con la falta de cargos; vale decir, con la falta de personal, con lo cual se sobrecarga trabajo en el personal que hay. Para el caso, la escasez de personal auxiliar o de metodologías alternativas como el reparto de mercadería a las familias de la comunidad educativa, se emparcha con personal docente gratuitamente o, como se dice en el barrio, por la misma guita. El uso de la figura docente para suplir carencias estructurales del sistema (como la falta de auxiliares suficientes) no sólo erosiona la función pedagógica, generando malestar y sobrecarga, sino que apunta fundamentalmente a quebrantar la moral de ese trabajador para perpetuar las condiciones deplorables de trabajo, por ejemplo, en el punto del salario, y también embutir en el trabajo docente argumentos para abandonar el Estatuto, que en estos días la burocracia sindical negocia con la patronal kicillofista a favor de un Convenio Colectivo de Trabajo.

Y, por último, es una medida demagógica, además, que esas mismas dirigencias le conceden a Kicillof para que éste la tribute a la burguesía en el contexto de su crisis electoral.

La docencia bonaerense está mirando las autoconvocatorias como la organización que le posibilitará enfrentar todos los abusos. Lo demuestran los últimos paros a los que ha adherido, convocados por la oposición a Baradel en el SUTEBA, y el del 20 de mayo, que la FEB tuvo que convocar para evitar una crisis con su base. En ambos casos la adhesión fue masiva, mostrando que la docencia está presta a acordar con medidas de contundencia, para ir contra la sobrecarga, la reforma laboral y el feroz ajuste que Baradel y Kicillof quieren imponer en la educación.

Revista EDM