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Ante el anuncio de la CGT de convocar un paro para el 24 de enero próximo, el Partido Obrero oficial emitió un comunicado de prensa. En el mismo, Néstor Pitrola sostiene que “la noticia del Confederal de la CGT, llamando a un paro activo de 12 horas con movilización al Congreso el 24 de enero se inserta en el clima de repudio popular al ‘Rodrigazo’ devaluatorio que ha desatado una hiperinflación demoliendo salarios, jubilaciones y planes sociales”.
La CGT sería, de acuerdo a Pitrola, una expresión de ese “clima de repudio popular”. El comunicado no denuncia que el paro fue convocado para dentro de un mes, a contramano de lo que plantea el “clima popular”. Durante la mayor parte del período en que sesione el Congreso en Extraordinarias, donde pueden desencadenarse grandes crisis políticas, la CGT estará llamando a esperar al 24 para manifestarse.
A continuación, Pitrola señala que es en este marco que “hemos planteado en la convocatoria del 20 de diciembre con el Frente de Lucha Piquetero y el Plenario del Sindicalismo Combativo en la Plaza de Mayo el paro activo nacional y el plan de lucha. Luego vinieron los cacerolazos que también plantearon la necesidad de parar y luego la movilización del 27 a Tribunales. Creemos que esto tendría que haber tenido una continuidad inmediata”.
Pitrola ve una línea de continuidad entre la movilización del 20 de diciembre y los cacerolazos que estallaron ese día con la movilización de 15 minutos de la CGT a Tribunales. El plantazo que le hizo la CGT a Pitrola y Belliboni no tuvo un acuse de recibo. Los dirigentes del PO oficial insisten con la “unidad de clase” con la burocracia sindical, que es, por el carácter de la burocracia y por su política, contraria a la unidad de clase.
Pitrola concluye que “de todos modos el paro del 24 de enero será un gran punto de reagrupamiento para que millones de trabajadores en todo el país ganemos la calle para derrotar el plan ‘motosierra’, el DNU de Milei, el protocolo represivo de Bullrich y por supuesto rechazar la Ley Ómnibus”. Solano agrega que “esto debe ser solamente el punto de partida para una gran movilización de centenares de miles de trabajadores en la calle hasta derrotar los planes antiobreros del gobierno”.
Pero el “punto de partida” la CGT lo ha pateado para la última semana de enero, es decir, cuando deba finalizar el período de sesiones extraordinarias. Allí donde la burocracia sindical realiza una maniobra para evitar una intervención independiente de la clase obrera, Solano y Pitrola ven lo contrario, el “punto de partida” de la lucha, por iniciativa de la burocracia. Lo que suceda antes del 24, cuando los tarifazos y la inflación descontrolada entre en colisión con los congelamientos de salarios y mientras el Congreso debata la Ley Óminbus, se encuentra fuera del radar de esta izquierda. La maniobra del paro aislado de la CGT puede quedar desdibujada frente al desarrollo de la crisis política y del humor popular mucho antes del 24.
El PTS comparte la visión de Pitrola y Solano; no estamos ante un desvarío del aparato del PO sino ante la política de conjunto de sus socios. Un artículo de La Izquierda Diario señala que “la decisión de parar por parte de la CGT llega después de estas acciones [del 20 de diciembre] e implica una respuesta que, sin embargo, tiene que ser parte de un plan de lucha”. El PTS insiste con reclamar a la burocracia un “plan de lucha”, cuando es precisamente la dirección de un plan de lucha de la CGT el mayor obstáculo para una lucha real y consecuente. Para el PTS, la burocracia sindical no estaría maniobrando para evitar una intervención de los trabajadores sino que, en su concepción, “la decisión de la conducción sindical tradicional llega después de muchas dudas” (sic). El PTS parece no haberse enterado de que la CGT les “recomendó” a Belliboni y Pitrola que no canten por el paro general en la movilización a Tribunales.
Para el MST, por su parte, “se trata de una convocatoria al paro nacional activo que llega tarde, pero a la vez, sale nada menos que un día después de la fuerte concentración de este miércoles 27 en Tribunales convocada por la CGT y las CTA, donde les reclamamos y cantamos con fuerza: ‘Paro, paro, paro. Paro general’, desde la izquierda, junto al sindicalismo combativo y los movimientos sociales”. El paro del 24 sería, en esta concepción, una conquista de la izquierda.
Ninguna de las corrientes del FIT-U denuncia el carácter dilatorio de la convocatoria de la CGT y su intención de llevar adelante una maniobra contra los trabajadores. El FIT-U tiende un lazo entre las movilizaciones de la izquierda y los cacerolazos y la convocatoria lejana de la CGT, en un claro seguidismo a la burocracia sindical.
Lo que está más que claro, en realidad, es que el paro de la CGT de ninguna manera “se inserta en el clima de repudio popular” sino que opera contra él.