Disparar a los ojos

Escribe Olga Cristóbal

Entrenados por los israelíes, aplican contra los manifestantes los infames métodos de represión de los sionistas contra los palestinos.

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Las fuerzas conjuntas con las que Patricia Bullrich intentó desalojar una y otra vez a los luchadores en la Plaza Congreso el jueves 1 atacaron con especial saña a los periodistas. Más de 30 trabajadores de prensa fueron atendidos con varios impactos de balas de goma, golpeados o intoxicados por gases cuya composición química es un secreto de Estado. La televisión mostró profusamente cómo las motos y la infantería giraban sobre sus pasos para atacar a hombres y mujeres de los medios. Uno de ellos tiene un balazo muy cerca de un ojo.

Otro tanto le ocurrió a Matías Aufieri, un abogado y asesor del bloque del FITU, que hoy fue operado con serio riesgo de perder la visión. Fotos que circularon en las redes muestran a otras y otros manifestantes con heridas de bala en la cara, cerca de los ojos.

Que las fuerzas de seguridad disparen deliberadamente a los ojos no es nuevo. El 19 de junio de 2023, en Purmamarca, un adolescente de 17 años, Mijael Lian Lamas, perdió un ojo por un balazo de goma mientras manifestaba contra la reforma constitucional del gobierno de Gerardo Morales.

En 2021, la Fiscalía Penal de Derechos Humanos investigó los casos de ocho personas que denunciaron lesiones oculares e incluso haber perdido la vista tras recibir balazos de goma o de pintura por parte de policías salteños.

Tres personas perdieron un ojo por los proyectiles lanzados por la policía frente al Congreso durante la batalla campal de los trabajadores contra la reforma previsional de Mauricio Macri: el obrero gráfico y militante del PO, Roberto Alvarez; Daniel Nievas, de Astillero Ríos Santiago, y el herrero Horacio Daniel Ramos (2017), del FOL.

Durante la brutal represión al pueblo chileno, en 2019, más de 400 personas fueron baleadas en la cara y más precisamente en los ojos. Algunos perdieron la visión en un ojo y otros quedaron directamente ciegos. “El impacto golpea con tal fuerza que el globo ocular se abre como una flor. Un daño de esa magnitud es muy difícil de reparar”, dijo entonces una médica chilena, Carmen Torres.

Disparar a los ojos y atacar a la prensa son estrategias criminales del Estado de Israel contra la población palestina: desde octubre a la fecha, más de un centenar de periodistas fue muerto deliberadamente por el Ejército sionista en asesinatos selectivos; en algunos casos, junto a toda su familia. Cuando no logran consumar el crimen, matan como represalia a sus hijos o a otros familiares.

Respecto de las lesiones oculares, la artista argentina Gabriela Golder inició una investigación sobre esta mutilación en Chile, Colombia, Francia -experta en disparar a la cabeza de quienes protestan-, Hong Kong y otros puntos del planeta. Se llama Arrancar los ojos.

Golder explica que este método fue inaugurado por Israel en la década del 70 contra los palestinos. Entre 1987 y 1993 se contabilizaron 154 lesiones oculares entre manifestantes palestinos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén. Hoy los palestinos cegados por disparos sionistas son incontables.

La estrategia fue adoptada por otros gobiernos. En 2018, según datos de la BBC, se contaron alrededor de 3 mil personas con lesiones oculares por disparos en manifestaciones en Cachemira, una región en disputa por parte de India y Pakistán.

Las fuerzas de seguridad argentinas tienen aceitados vínculos con las del sionismo, que las entrenan periódicamente.

En Tucumán, bajo el gobierno de Julio Miranda, por gestión del entonces senador Alperovich, un hombre del lobby sionista en la Argentina, se contrató a una agencia israelí de seguridad para que entrenara al grupo de operaciones especiales conocido como "Grupo Cero". Estuvo a cargo de la firma SIA, Security and Intelligence Addvising, “una organización paramilitar internacional conformada por agentes del Mossad” con filiales en Buenos Aires, Chile, Uruguay, Brasil, México y Colombia (El Periódico, 17/11/07).

El vínculo se consolidó. Hacia 2018, Israel capacitó a miembros de las fuerzas de seguridad de la provincia y el subjefe de la policía local participó en Israel de capacitación en la lucha antiterrorista”. Ese año, Manzur compró a Israel armamento por 8.5 millones de dólares “para combatir la inseguridad” (Contrahegemonía, 2018).

La injerencia sionista ni reconoce grietas ni se limita a Tucumán: durante el gobierno de Mauricio Macri, exmilitares israelíes entrenaron a las fuerzas de seguridad interior (policía) de la Argentina en técnicas de represión y combate, “y el Estado Nacional compró vehículos militares terrestres y marítimos al gobierno del genocida Benjamin Netanyahu” (ídem).

De estrecha relación con la CIA y la Mossad, Patricia Bullrich fue distinguida en marzo de 2015 con el Premio “Amigos de Israel”. En esa ocasión, dijeron: “hay muchas cosas hechas, y la verdad que la diputada Bullrich es la que lidera siempre los compromisos que tenemos”.

En 2015, Elías Soae Freue, un turbio personaje que trabajó 30 años como policía en Israel, experto en blindar ciudades contra las protestas callejeras, comenzó a capacitar a la policía rosarina.

En 2016, a partir de un convenio entre María Eugenia Vidal y el ministro de Seguridad sionista Gilad Erdan, israelíes entrenaron en “manejo de armamento y tecnología de guerra”, adoctrinamiento en “conducta animal” para salir a la calle y enfrentar a los “enemigos” e incluso adquisición de los idiomas inglés y hebreo.

En 2018, cuando Bullrich era la ministra de Seguridad de Macri, “comisarios e inspectores de varias provincias viajaron a Israel para recibir capacitación de las fuerzas de seguridad” (Infobae 7/11/ 2018). Ritondo y Santilli son otros que suelen peregrinar a Israel y no precisamente a santiguarse ante el Santo Sepulcro.

Cuando se creó la Policía Metropolitana, Eugenio Burzaco contrató como vocero a Alejandro Mellincovsky, exjefe de prensa del ejército israelí para los medios de habla hispana.

En 2022, el intendente de Tigre, Julio Zamora, recibió al jefe de Seguridad de la Embajada de Israel, Lior Yonatan, en el Centro de Operaciones Tigre (COT) para que lo asesorara en cómo reducir el delito en la comuna.

Las dotes de las fuerzas represivas sionistas son conocidas: represión urbana y callejera, torturas, asesinatos con especial énfasis en niños y mujeres, desalojos de viviendas, quema de cultivos, destrucción de sistemas de agua potable, asesinatos a la población civil, tortura.

En la temida perspectiva de los alzamientos populares, el gobierno de Milei y todos sus predecesores han convertido a los genocidas israelíes en sus maestros, como alguna vez lo fueron los franceses y los norteamericanos.

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