Escribe Alex R
Tiempo de lectura: 2 minutos
Durante la tarde del martes 20 de febrero, se llevó a cabo una asamblea interclaustros en la Universidad Nacional de Quilmes. Nos reunimos cerca de 50 estudiantes, docentes, becarios, personal de servicio y administrativos. Participaron sectores de ATE y distintas organizaciones de estudiantes y becarios. El eje que recorrió la jornada fueron las consecuencias brutales del congelamiento presupuestario establecido por el gobierno de Javier Milei. Frente a semejante ataque a la universidad pública, el rectorado de la UNQ decidió descargar el peso de este ajuste sobre el conjunto de la comunidad educativa. En efecto, el rector Alfonso definió un paquete de recortes sin que este pasara mínimamente por el Consejo Superior.
Entre otras medidas, se destacan el tope a las inscripciones de 3 a 2 materias por cuatrimestre, la anulación de las horas extras y plus salarial al personal de servicio, lo cual lleva al cierre de la biblioteca los sábados, la no renovación de contratos para los becarios (despidos encubiertos) y la eliminación de cursos extras en función de la nueva oferta académica, recortando nominalmente los ingresos de los docentes. A todo ello hay que agregar los paupérrimos aumentos salariales que perciben los trabajadores frente a una inflación anual que ha escalado por encima del 150 %.
El espíritu de autoconvocatorias es un signo de buena salud del movimiento universitario, que contrasta con la pasividad de ciertos sectores sindicales y de los centros de estudiantes alineados con Alfonso. También se manifestó la voluntad de coordinar acciones con otras asambleas autoconvocadas presentes en la UBA, la UNGS, la UNLu, etc. Nuestro compañero Marcelo Ramal, docente de la institución, recordó las jornadas de lucha de 2001 en la UNQ contra el ajuste y los despidos impulsados por la dupla De la Rúa-López Murphy, describió el desfasaje entre los aumentos docentes y la inflación y llamó a impulsar un paro activo universitario.
Entre otras resoluciones, se votó movilizar a la sesión del Consejo Superior del día 28 de febrero, con las consignas “Las universidades públicas no se tocan. Aumento de presupuesto ya. No al límite de inscripción a materias. No al despido de docentes contratados. Aumento de salarios ya”. También se resolvió organizar una semana de actividades a partir del inicio de clases (11 de marzo), con clases públicas, manifestaciones, el llamado a un paro activo, habladas en los cursos y finalizando con una gran movilización el día 15 hacia el centro de Bernal, seguida de una nueva asamblea.
El ataque a la universidad forma parte de un ataque más general del gobierno libertario, los gobernadores y la clase capitalista contra las condiciones de vida del pueblo trabajador. El “acuerdo parlamentario” que CFK le propuso a Milei en su última misiva implica recomponer la relación del gobierno nacional con los gobernadores peronistas. El cierre de la paritaria nacional docente y el congelamiento del presupuesto educativo, así como la eliminación del FONID, son la condición necesaria para que Milei-Caputo avancen con una nueva versión de la Ley Ómnibus. Todo lo dicho ha reactivado al movimiento docente y se discute el no inicio de clases. En este escenario, los estudiantes y trabajadores de la UNQ tenemos el desafío de contribuir a una huelga general educativa que derrote los planes antiobreros de Javier Milei.
Los estudiantes debemos organizarnos en defensa de la universidad pública Por Vicky Medina, 19/01/2024.
La universidad pública, en la mira del gobierno Preparemos la huelga universitaria. Por Docentes universitarios e investigadores de Política Obrera, 08/01/2024.