Récord de dengue: estrago social de la miseria planificada

Escriben Silvia Allocati y Leo Torres

Tiempo de lectura: 2 minutos

Desde hace más de 10 años, las llamadas enfermedades de la pobreza -Tuberculosis, Chagas, Dengue, entre otras- vienen creciendo al compás de la extensión de la miseria, el abandono y la precarización de las condiciones de vida a la que los gobiernos capitalistas someten a la clase obrera.

Barriadas y villas cada vez más numerosas, en la que proliferan el hacinamiento y escasea la infraestructura básica (aguas servidas a cielo abierto, inundaciones, pastizales y acumulación de basura, entre otros), son el caldo de cultivo más que propicio para la proliferación del mosquito aedes aegypti, trasmisor del virus del dengue. Bajo estas condiciones, a nadie puede asombrar el récord de casos que alcanzó Argentina, en marzo 2024: más de 150.000 confirmados, número que, según los especialistas, habría que multiplicar por 5 o 6 para dimensionar realmente el alcance de esta epidemia, ya que muchas personas son asintomáticas o, aun con sintomatología de dengue, no concurren a las guardias, por estar estas colapsadas.

La crisis sanitaria en Argentina adquiere dimensiones catastróficas, y esto ocurre a escasos dos años de haberse “fortalecido” con motivo de la pandemia de COVID 19. En rigor, los servicios que se habían montado en aquella oportunidad fueron inmediatamente desmantelados, dejando al sistema con cada vez menos recursos para hacer frente a la crisis sanitaria creciente que padece la población trabajadora.

El padecimiento social: un negocio para los laboratorios

La política de abandono y miseria social planificada impuesta por Milei y los gobernadores (no existen campañas de prevención hoy en día), genera condiciones propicias para que los laboratorios productores de vacunas y repelentes hagan jugosos negociados. El vocero Adorni refirió, en una reciente conferencia de prensa, que no tiene sentido realizar la campaña de vacunación porque, dijo, la inmunidad se alcanza recién a los tres meses de aplicada, y que, para entonces, ya no habría mosquitos trasmisores. Con estos dichos, el gobierno no solo anuncia que abandona a la población a su suerte en la crisis actual, sino que además nada hará para evitar una mínima catástrofe para el 2025. El precio de las vacunas -con un costo al público de más de $ 100.000- y repelentes de calidad, es restrictivo para la mayoría de la población trabajadora empobrecida a niveles históricos. Mientras tanto, los laboratorios la juntan en pala.

Debatamos una salida

La clase obrera debe intervenir en la crisis en defensa de su propia vida. Ante el abandono de los gobiernos, son los y las trabajadoras de la salud quienes, sin insumos, en condiciones precarias y con salarios de miseria, hacen frente a esta barbarie tal como ocurriera durante la pandemia de COVID.

Pongamos en pie asambleas autoconvocadas en los hospitales y las barriadas por: planes de vacunación, distribución de repelentes fumigación, descacharrización de espacios públicos.

Tracemos la perspectiva de la huelga general para derrotar el plan de guerra de Milei y los gobernadores contra la clase obrera.

LEER MÁS:

El dengue bate récords de contagios y muertes La política de salud del gobierno ´libertario´ es criminal. Por Daniel Blanco, 26/03/2024.

Dengue: un retrato de la política capitalista Por Daniel Blanco, 20/03/2024.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera