Milei negocia la impunidad de la ´casta´ jujeña

Escribe Iñaki Aldasoro

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En su carácter de presidente electo, y titular del poder ejecutivo, Javier Milei ha decidido desistir ante la Corte Suprema por la demanda iniciada contra la provincia de Jujuy por la reforma Constitucional local. La demanda había sido promovida por Alberto Fernández, como una salida ‘elegante’ a su posición de no intervenir durante la reforma -que fue votada por todo el bloque legislativo del PJ-, y recién se produjo luego de la pueblada que salió a rechazarla y de la violenta represión que ejerció el gobierno de Morales contra ella.

Con este gesto, la Corte Suprema -que no tiene ni tuvo ningún interés en fijar posición sobre el caso- se prepara para archivar la denuncia.

Para Hernan Capiello, de La Nación (7/5), se trata de “un gesto amigable en pleno debate en el Senado por la Ley de Bases” y que, “si bien dos senadores jujeños son libertarios, el presidente necesita apoyo radical para la Ley de Bases en el Senado”. La banca restante la ocupa la peronista Carolina Moises.

Los diputados radicales, Sarapura y Rizzotti, ya manifestaron su aprobación en el Congreso a la Ley Bases. Se espera que el gobierno sea parte del “Pacto de Mayo” que se celebrará el próximo 25 en Córdoba.

Bien mirado, el alcance de la medida de Milei es mucho mas profunda: la reforma jujeña se emparenta en más de un sentido con la Ley de Bases y el DNU/70. La reforma jujeña se hizo a la medida de las mineras para poder explotar no sólo el litio, sino todos los recursos naturales posibles de explotación; ya que establece el uso de tierras fiscales susceptibles de aprovechamiento productivo. El Gobierno de Jujuy ha puesto a remate mas de 200 mil hectáreas de la puna para exploración y explotación minera, en detrimento de las comunidades originarias que habitan la zona. Tambien ha establecido una rabiosa legislación antiobrera, ya que da carácter ´constitucional´ a la prohibición de los cortes de ruta y calles y a la “ocupación indebida” de edificios públicos.

Milei, que llegó a tildar de dictador a Morales por la detención de dos tuiteros, acaba blanqueando su acompañamiento a la reforma consitucional. En el pasado reciente, Milei dijo de Morales que “actuó con tibieza” (LN, 21/6/23) cuando reprimió brutalmente a la población movilizada contra la reforma, dejando centenares de heridos.

Queda claro que los ataques de Milei a Morales, a quien acusó de 'casta' por meter decenas de familiares conchabados en el estado, o la mofa del presidente recientemente frente a la presunta infidelidad de su esposa, pasan a segundo plano cuando lo que está en juego son los intereses de las multinacionales mineras.

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