Salta: la justicia de Sáenz absuelve a policías de gatillo fácil

Escribe Florencia Ruiz

Tiempo de lectura: 3 minutos

Luego de cuatro años, se llevó adelante el juicio contra un grupo de policías acusados de distintos casos de atropellos y violencia institucional durante 2020. Entre ellos, el caso que sobresalió por la lucha y los pronunciamientos que desató, fue el de Luciano Cruz, ocurrido el 24 de febrero de ese año en Barrio Norte Grande. Hoy, los efectivos que habian sido imputados, Pablo Exequiel Toledo, Rómulo Segovia e Ignacio Esteban Zurita, fueron absueltos lisa y llanamente por el Tribunal de Juicio Sala V, presidido por Mónica Faber y los vocales Marcelo Rubio y Gabriela Romero Nayar. Se trata de un fallo de impunidad en línea con las sentencias del caso de Cristian Gallardo y Agustina Nieto, donde los policías asesinos fueron absueltos por el beneficio de la duda, o simplemente no investigados.

Luciano tenía 19 años cuando, yendo del trabajo a su casa, fue increpado por un móvil policial en el barrio que llegaba a “despejar” una esquina. Tras lo que la defensa alegó como un “enfrentamiento” entre vecinos del barrio y la policía, recibió disparos en la cara y el cuerpo perdiendo la vista por el impacto de una posta de goma que le causó el estallido traumático de un ojo, y le quitó en un 94% la visión del otro. Tras la lesión fue trasladado al hospital Papa Francisco donde fue rápidamente operado. Estando internado, dos de los policías agresores lo volvieron a buscar, lo golpearon y le dijeron al oído “cagate si perdiste el ojo”. De esto no se hallaron pruebas que el hospital haya podido ofrecer. La pérdida de Luciano es irreversible. Su única forma de subsistencia es una pensión por discapacidad. Cómo él mismo indicó “lo mataron en vida”. Luciano es un sobreviviente y los asesinos potenciales están libres.

La estrategia de la defensa fue apoyarse en los antecedentes de adicciones o situaciones anteriores de confrontación con la “autoridad” policial por parte de los damnificados. Es decir, fue de carácter totalmente fascistizante. En el caso de Luciano dijeron que lo que le pasó fue por estar alcoholizándose en la esquina en vez de estar en su casa. Sin embargo, se omitieron los videos donde se lo ve trabajando todo el día anterior y se lo coloca interesadamente en una escena de ingesta de alcohol en la esquina del barrio el día del carnaval mientras los policías hacían sus adicionales.

Durante los años de espera Luciano fue perseguido, incluso detenido con causas armadas. Ahora el juicio que se venía posponiendo fue finalizado antes del tiempo estipulado. Para la justicia los policías actuaron en cumplimiento de la ley, en su defensa y la de terceros porque fueron violentados cuando Luciano y su amigo se defendieron de sus agresiones.

Los veredictos de impunidad apuntan estrictamente a sostener dentro de la institución a grupos de policías corruptos capaces de tirar a matar en un cuadro de ascenso de luchas obreras frente al brutal empobrecimiento de la clase trabajadora, y así dar vía libre a toda la fuerza para un accionar de éste tipo. No es casual que Sáenz haya impulsado antes que Bullrich el Protocolo Antipiquete, que sin embargo fue quebrado con la huelga docente en 2023, así como fue derrotado a nivel nacional con las multitudinarias movilizaciones contra el gobierno de Javier Milei.

La justicia de la democracia del capital, por enésima vez encubre y justifica el accionar policial contra los trabajadores y los excluidos de los barrios. En este punto no hay diferencia de principios entre la política del Estado provincial con la intentona fascista de Milei y Bullrich; fallos como éste le allanan el camino. Sólo la lucha por ponerle fin a este gobierno por parte de la clase obrera y el conjunto de los explotados, podrá acabar de raíz con la impunidad y el gatillo fácil.

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