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El Ministerio de “Capital Humano” y su titular Sandra Pettovello han quedado atrapados en un escándalo ascendente de corruptelas y crisis internas. Es una expresión prematura del derrumbe del precario Gobierno liberticida y de ningún modo un acontecimiento aislado. El cese de cinco decenas de altos funcionarios en un corto lapso de tiempo no ha ahorrado a ningún ministerio o secretaría. Las vacantes sin cubrir son tantas, que el autoproclamado libertarianismo no tiene más remedio que reclutar la adhesión ‘infiel’ de una casta política y empresarial entrenada en el saqueo y la conspiración.
De la ofensiva judicial sobre las organizaciones sociales, la ministra ha pasado al centro de las críticas, primero por las denuncias por la retención indebida de alimentos para la asistencia social y, ahora, por múltiples casos de corrupción. La expulsión contrariadade Pablo de la Torre, secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, por desvío de fondos, toca a una facción del gobierno que quiere desarmar al Pro, para arrear funcionarios y punteros a la construcción del partido de Milei.
Al menos medio centenar de funcionarios de ese ministerio -autorizados por la firma de Pettovello- montaron un esquema para cobrar contratos truchos a partir de la asistencia financiera de la Organización de Estados Iberoamericana (OEI). En lugar de aplicarlos a los niños, los adolescentes y las familias, esos fondos fueron convertidos en sobresueldos para la casta liberticida y otros enjuagues en el mercado de cambios. Entre los beneficiados están, por ejemplo, un grupo de diputados de Milei -Sotelo y Santurio- conocidos como "La Banda del Opus Dei" y un grupo de “rugbiers” del colegio Lasalle. La banda recibió por esta vía 120 millones de pesos.
También replicaron la avivada desde la Secretaría de Educación, a cargo de Carlos Torrendel, que utilizó el convenio con la OEI para contratar a 300 personas y hacer compras directas sin licitación. Este ministerio –“social” y “humano”- sólo ejecutó el 3% del presupuesto para los comedores escolares y no repartió el mobiliario educativo y las juegotecas a los establecimientos.
Con la OEI también se firmó un acuerdo para la adquisición de alimentos que el gobierno adjudicó a empresas denunciadas por “direccionamiento, sobreprecios, cartelización en las compras y falta de trazabilidad”. La OEI, que tiene un presupuesto asignado para este tipo de ayuda a la Argentina de más de 6.000 millones de pesos, ha emitido un comunicado para despegarse de estas artimañas. Luego de denunciar los fondos extrapresupuestarios de las administraciones anteriores, los mileístas desvían a su bolsillo la plata de un fondo del exterior. En esta crisis se ha destacado en defensa de Pettovello una ex funcionaria kirchnerista, ex macrista, ex albertista y ex massista, Leila Gianni, un ejemplo de un gobierno de arribistas.
Pettovello entiende que todo esto no es más que una operación en su contra. Alega, como lo hacía Cristina Kirchner, “desconocimiento de lo hecho por sus funcionarios”. Puertas adentro, se insinúa, efectivamente, hay una operación calculada para voltear a la ministra. De la Torre fue denunciado por Pettovello en la Oficina de Anticorrupción nacional, lo que derivó en la renuncia de todos los funcionarios vinculados con el ex secretario. Milei esta buscando “contener” desesperadamente una renuncia de Petovello, que no ha ido a las reuniones de gabinete.
Este enriquecimiento ilícito ha cobrado voltaje porque emparenta en menos de lo que canta un gallo al gobierno de Milei con todos los gobiernos patronales anteriores. No es por asomo, sin embargo, el robo mayor emprendido por la camarilla libertaria, el cual está concentrado en el DNU 70/30 y en la encaminada ley de bases que significan una confiscación social inédita a los trabajadores en beneficio de un grupo de lobbys capitalistas.
La denuncia de Petovello contra De la Torre ha caído en manos de Ariel Lijo, el juez federal que el propio Milei promueve como nuevo integrante de la Corte Suprema. La podredumbre en Capital Humano se entrelazará con la disputa a muerte acerca de esta candidatura. Para medir el entrevero digamos que lla Cámara de Comercio norteamericana (AmCham) (y por lo tanto la embajada) recusan a Lijo, en tanto que la DAIA, la organización sionista vinculada también a esa embajada, no se cansa de firmar pronunciamientos para apoyarlo.